Daniela y Diego, dos completos desconocidos, conquistaron al país con su historia de amor gracias a la tierna carta de un amigo, que llegó a Perros de la calle, el programa de Andy Kusnetzoff en Metro.
Para ellos fue un verdadero sueño hecho realidad. Un pequeño sueño. Muy pequeño. Que no tardó en tomar dimensiones impensadas. Querían unirse en matrimonio. Y lo hicieron, pero como en un verdadero cuento de hadas. No tenían nada. Sólo amor. Amor y mucha valentía. Mucha valentía ante una difícil prueba de la vida: un cáncer que la aqueja a ella hace varios meses.
Damián -un íntimo amigo de la pareja- le contó a Andy que estaban preparando su boda. Le pidió una pequeña ayuda: "Con la familia y amigos estamos colaborando para que esto sea más que perfecto. Uno de los hermanos de Dani le regala la torta y algo para la mesa dulce, la madrina les presta un galpón y yo voy a cantar con mi hermana para ellos. Necesitamos mesas para 27 familias, son casi 100 invitados, tenemos algo de la decoración, a Dani le prestan el vestido y bueno, ¿nos podrás ayudar con algo?".
Salieron al aire en ciclo de Kusnetzoff y, en cuestión de minutos, la magia del éter los enalteció. El teléfono de la radio empezó a sonar. Del otro lado: la solidaridad de cientos conmovidos con la historia de Dani y Diego. De golpe dos completos desconocidos se habían convertido en un fenómeno viral. De golpe, Diego y Dani tenían la fiesta que siempre soñaron gracias a alguien que donó dos perniles, otro que se prestó para las fotos y el video de la celebración, una mujer que se ofreció para ser wedding planner, y tantos más que también brindaron su ayuda de forma desinteresada.
Dicho y hecho. Anoche Dani y Diego se convirtieron en marido y mujer ante la presencia de familiares, amigos íntimos y amigos desconocidos, que no tardaron en hacerse íntimos.
Todo fue perfecto. La novia llegó en una lujosa limusina blanca. Ingresó al salón, con un bello vestido de Verónica Lozano, y desde entonces ambos no pararon de llorar.
Andy fue -a pedido de ellos- quien los casó y, muy emocionado, les dedicó unas palabras: "Hicieron felices a muchos con su historia. Por eso estoy hoy acá. Quiero desearles lo mejor. Esto es lo verdaderamente importante: el amor".
Luego vino la fiesta. Damián, que fue quien generó todo con su carta al programa de Kusnetzoff, cantó para sus amigos. Y, en la mitad de la noche, Ciro y los persas sorprendieron a los homenajeados con un mini recital vía Skype.
No faltó nada. El vals, muy buena música, comida para más de 100 invitados, el tradicional momento de las cintas, el ramo de la novia por el aire, el carnaval carioca, la mesa dulce y amor, mucho amor.