Sabrina Ravelli lo cuenta todavía con miedo. Un hombre "de unos cuarenta años, morocho y de pelo largo", le arrancó la frazada "de una manera muy bruta" mientras dormía plácidamente en la casa de una amiga, las dos en una de esas camas enormes, tamaño king size. La modelo pretendió manejar la incomodidad con algo de calma. "No te preocupes, no te voy a quitar tu lugar", le dijo, procurando restarle importancia a esa gesto poco cortés, y creyendo que se trataba de alguien cercano a su eventual compañera de cuarto.
Enojado, el hombre se acostó entre las chicas (porque será violento, sí, pero también afortunado). Rato después Ravelli concilió el sueño. Y recién en el desayuno, charlando con su amiga sobre lo ocurrido, comprendió: el hombre era un espíritu. Y todos los días duerme en el lado de la cama que ella ocupó esa noche. Porque al fin el problema lo tiene su amiga, sí… ¡pero ella se llevó flor de susto! "Espero que no se enamore de mí", le contó a Teleshow, ya permitiéndose bromear sobre el asunto.
La suya es la última experiencia sensorial que vivió un famoso. Pero hay otros casos similares -¡y aún peores!- al de Sabrina.
En 2011 Emilia Attias relató el misterio que ronda en su familia desde hace años. Sucedió cuando los encargaron unos trabajos de remodelación en el caserón de los Attias, y antes de que comenzaran las obras se tomaron distintas fotos de las habitaciones, como es costumbre. Pero eran otros tiempos: cámaras con rollos, no digitales, y ni hablar siquiera de celulares. Así, al revelar los negativos, Emilia y los suyos se toparon con una sorpresa…
La imagen no deja dudas: desde el interior del ropero se asoma un niño, sacando la lengua. "Tiempo atrás -contó Attias-, ese nene se había ahogado en la pileta de la casa". ¡Ay…!
La modelo hizo público el extraño acontecimiento en Pura Química, donde por aquella época trabajaba como panelista Eugenia Tobal. Pues bien, cierta tarde Tobal mostró al aire -en ese mismo programa de ESPN– una foto que se había sacado con sus amigas en una reunión, brindando despreocupadas. Y como le había ocurrido a Emilia, grande fue la sorpresa -y el susto- al notar que alguien se había colado en la imagen. Bueno, alguien… no. Porque no sería una persona, sino un espectro, un fantasma, un espíritu, un… ¡¿un qué?!
Menos mal que existe la foto, porque de lo contrario habríamos pensado que el alcohol ya había hecho efecto en las tres amigas… Por suerte, Tobal hoy está muy bien acompañada, y no por un fantasma sino por un muchacho al que le decimos, así, sin pudor: ¡no te evapores! A Eugenia la cuidás, y más que de los espíritus, ¡de las desilusiones amorosas!
Graciela Alfano, quien por estos días se juega todo por quedarse en el jurado del Bailando, protagonizó un hecho por demás extraño durante una visita a Intrusos, en 2009. La actriz –quien más de una vez fue acusada de brujería– hacía su descargo al aire sobre una polémica con Aníbal Pachano cuando de pronto, y sin que nadie lo ordenara, la canción Rapsodia Bohemia, de Queen, comenzó a sonar a todo volumen, casi aturdiendo a los televidentes y al propio equipo del programa.
Tras la interrupción de la música, un extrañado Luis Ventura -quien esa tarde condujo el envío de América– intentó seguir con la entrevista. No fue posible: segundos después, y otra vez a un volumen altísimo, se escuchó la voz del inolvidable Freddy Mercury entonando la misma canción.
El conductor pidió una tanda, y un médico terminó atendiendo a Graciela, quien se descompensó tras el misterioso incidente: la consola de sonido desde la que se "disparó" el tema estaba en un control desocupado en ese momento, sin que nadie se encontrara allí durante la emisión de Intrusos. Todavía hoy en los pasillos del canal todos se preguntan qué sucedió esa tarde con Alfano y Queen…
El locutor Héctor Rossi, quien justamente fuera "la voz" de Intrusos durante muchos años, conduce un programa todas las noches en Radio Pop. Pero los lunes y miércoles la temática cambia: se hace un "especial paranormal", y los oyentes llama para relatar sus propias historias escalofriantes.
"Una vez se comunicó una mujer -recuerda Rossi- que nos contó que de niña, cuando se iba a dormir sentía ruidos, en el piso de madera de su habitación, como si alguien caminara alrededor de su cama. Una vez se asomó, y vio a un bebé gateando. Un bebé… fantasma, porque cuando prendió la luz, ya no estaba".
Esa niña se hizo adolescente, después adulta, y terminó perdiendo aquella conexión. Ya mayor, un día su madre -quien en su infancia le había restado importancia al asunto, diciéndole que esa visión era producto de su imaginación- le confesó entre lágrimas algo que ella desconocía: un hijo suyo murió a pocas horas de haber nacido. "Y ese bebé que ella observaba gatear de pequeña -precisa Rossi-, era en verdad su hermanito mayor…"
Lo de Amalia Granata es todo un tema. ¡Y esta vez no hablamos de la infidelidad de Leonardo Squarzon!, sino de una selfie que le mandó a sus amigas mostrándoles cómo evolucionaba su embarazo de Roque. Fue una de sus compinches quien notó en la pantalla de su celular una sombra reflejada en una de las paredes del baño:
Tal vez por un desafortunado efecto de las luces, ¿quizás como una señal desde otra dimensión?, lo cierto es que allí se distingue claramente el perfil de una mujer. "¡Me asusté mal! Me dio miedo", reconoció la periodista, quien tomó esa foto en el baño de la casa de Squarzon, antes de que probaran la convivencia.
Descreyendo de cualquier truco fotográfico, la parapsicóloga Lourdes Verón -en una visita al programa Los ángeles de la mañana– explicó que ciertos espíritus suelen aparecer en las casas donde quedan como moradores. Pero semanas después no faltó quien lanzara una nueva especulación: esa sombra es de… ¡Paula Linda!, quien apareció en la vida de Granata surgiendo de entre las sombras de un affaire, y es hoy un fantasma en la relación. Y eso sí que asusta.
Por las dudas, quien esto escribe hoy dormirá con la luz encendida, para evitar la aparición de un hombre de unos cuarenta años, morocho y de pelo largo. Y también, de una Paula Linda.