En un puñado de días alcanzaría el quinto mes de gestación. Estaría esperando un varón. Y la inicial del nombre elegido sería la I. ¿Iván? ¿Ignacio? ¿Ian? ¡¿Icaro?! Cuando se trata de Wanda Nara las especulaciones siempre están presentes, aún cuando la vida de la botinera por excelencia –aunque ella jure y perjure que no es tan sencilla– se encuentre tan expuesta.
Por algo demoró tanto en confirmar su quinto embarazo (primero se hizo la desentendida en una entrevista con la revista ¡Hola!, para semanas más tarde anunciarlo en un medio italiano). Y también en todo este tiempo escondió -o disimuló- su pancita: no había en su cuenta de Instagram -allí donde muestra su vida en Milán junto a Mauro Icardi y sus cuatro hijos- una sola imagen clara en la cual apreciar su embarazo.
Hasta hoy.
Su pancita ya no puede ocultarse, a no ser que se tome una foto carnet. Pero eso no sería lo aconsejable si la intención es compartir con su millón y medio de seguidores las distintas postales de un paseo en yate por el Mediterráneo. Porque este fin de semana Wanda y Mauro se quedaron solos con Francesca Icardi, ya que Valentino, Constantino y Benedicto -los tres hijos mayores de la representante de Icardi- están con su papá, Maxi López.
Y ahí fueron los tres -o los cuatro, más bien- a navegar por ese paraíso zarpando desde el puerto de Mónaco.
Y entre tantas fotos, Wanda se permitió una picardía. Porque avisó: "Primero voy a comer esto…"
"Y después…"
Y bueno, ella es la jefa, la que negocia contratos millonarios. ¡Habrá que hacerle caso! ¿O no, Mauro?