En las fotos promocionales y en los videoclips de YouTube, Maxi Pardo aparece como en un póster. Su vestimenta -mezcla de punk y latinlover latinoamericano- y su pose hablan más de un actor engalanado que de lo que realmente es: un cantautor, y así se define él mismo. ¿Por qué? Tiene más de 300 canciones compuestas. Le hizo temas a Los Tekis, por ejemplo, y también a la serie de Pol-ka Solamente Vos. "Las canciones que no terminan siendo para mí van para otros artistas", dice en diálogo con Teleshow y explica que no es ningún geek, que la tecnología para él tiene que ver con un revestimiento, ya que prefiere lo clásico -puño, papel y guitarra- y luego le agrega lo que corresponda. "Lo más difícil es cuando tengo que hacer canciones que salen con mi nombre porque uno se desnuda más", comenta.
En Argentina el pop es visto con malos ojos porque es una etiqueta que está muy ligada al mercado. Sin embargo, en Latinoamérica ese prejuicio está menos masticado y las bandas románticas y las melodías amables suelen ser moneda corriente. "En el fondo soy un músico", dice para no entrar en los vericuetos de los rótulos, siempre atados a un contexto que muchas veces encasillan tanto que asfixian. Quizás esa reticencia entre algunos músicos locales por el pop tenga que ver con el mercado ya que sus canciones logran masificarse. Pero, ¿hay una fórmula para "pegarla"? "No me sale buscar el quinto elemento para ser comerciales y pegarla en la radio. Nunca me funcionó. Hasta un punto me funcionaba pero después dije: 'yo hago lo que me sale'", dice y agrega: "Trato de ser auténtico en lo que escribo. Los artistas que más perduraron fueron los más auténticos".
Maxi Pardo tiene un largo recorrido; comenzó en el siglo pasado a tocar en bares hasta que se decidió a grabar su debut en el 2006. Hoy cuenta con cuatro álbumes y la cuestión parece recién comenzar, ya que tiene lazos muy arraigados con el exterior. Contradicciones que se festejan: además de ser un experimentado, es también una promesa. Abrió varios shows de Ricardo Arjona, giró por Costa Rica, Honduras, Guatemala, México, Estados Unidos, está produciendo el disco de Víctor Patrón, el histórico pianista de Arjona y participó del reality The Voice como el presentador de lo mejor de la semana para Latinoamérica. "Lo importante era hablar de música que a mí me encanta", recuerda.
Sentado en el sillón, juntando sus manos, hablando encorvado para poder expresarse mejor, Maxi Prado cuenta que la carrera de un músico es difícil pero que vale la pena. De a poco su nombre empieza a sonar en varios lugares que hasta hoy lo desconocían. Todo es un trabajo de hormiga, por eso se toma el tiempo de grabar algún streaming en vivo para sus seguidores en las redes. "Internet es la radio de los músicos", comenta e insiste que lo más importante es ser auténtico. "Hoy hay artistas que son marcas y no sabemos qué canción cantan", dispara. Hoy vuelve al país con un show prometedor -el jueves 11 de agosto tocará en el ND Teatro- mientras prepara un nuevo disco explorando su mejor cara: la del cantautor.