Tenía 27 años cuando un accidente automovilístico terminó con su vida. Acababa de dar un show en La Plata y viajaba hacia Buenos Aires por la autopista en su camioneta roja. Rodrigo Bueno no iba solo, lo acompañaban cinco personas. Fue en la madrugada, a las 3:30, que se produjo el choque con otra camioneta, entonces perdió el control de su vehículo y se estrelló contra la barrera de contención, volcándolo. Él salió expulsado y murió. También perdió la vida Fernando, hijo del recordado "Negro" Olmedo; los otros cuatro acompañantes sobrevivieron. Fue una noche inolvidable, un 24 de junio de 2000, donde los canales de televisión y las emisoras de radio daban la triste noticia. En el pico de su carrera, cuando había logrado llevar el cuarteto cordobés a todo el país, popularizar el género de su cuna, falleció. Así se creaba la leyenda de uno los personajes más importantes de la historia de la música popular argentina.
Murió a los 27, como Jimi Hendrix, como Janis Joplin, como Jim Morrison y Kurt Cobain. Se transformaba así en el rockero argentino –pese a ser cuartetero, su forma de ser no distaba tanto de la cultura del rock– que ingresaba en el Club de los 27. El último disco que había publicado, el número 13 de su carrera, fue unos meses antes de su muerte, en diciembre de 1999, y su nombre era, como una paradoja, A 2000. El lugar del accidente se convirtió en un santuario, como si fuera un santo o, algo más que eso, un héroe de la alegría popular. No caben dudas, "El Potro" es una marca de época, una figura indiscutible para pensar a la argentinidad. Atravesó generaciones, culturas, gustos musicales, rivalidades, barrios y regiones.
Hoy se cumplen 16 años de su muerte y como un chiste eterno, cada vez que suena su música, todos bailan, todos celebran y cantan. Por eso mismo, como la figura transgeneracional que es, Teleshow reunió a diferentes artistas para recordarlo y homenajearlo. No reproduciendo su obra tal cual es, sino versionándola, trayéndola al presente, generando algo nuevo. Sólo de esta forma, Rodrigo seguirá presente, con la apropiación respetuosa de Los Olestar, León Rogani y Nico Canedo, haciendo (a su manera) tres canciones clásicas de su repertorio. Porque "El Potro" ya es de todos, de la cultura popular, y así vivirá eternamente.
"Cómo olvidarla", por El Muñeco y Pablo de Los Olestar
"Amor Clasificado", por León Rogani
"Ocho Cuarenta", por Nico Canedo