Varias cosas estaban previstas. Se sabía que La La Land sería una de las grandes ganadoras de la noche y así fue (obtuvo Diseño de Producción, Fotografía, Banda de Sonido, Canción Original, Actriz y Director). Aunque se llevó menos premios de los esperados. Además nadie podía preveer que la máxima triunfadora sería Moonlight, la sorpresiva ganadora del Oscar a Mejor Filme. También se especulaba con que a pesar de su ausencia física, en el escenario del Dolby Theater, el espíritu del presidente Donald Trump diría presente. Jimmy Kimmel en la conducción aseguraba momentos de sarcasmo y la posibilidad de poner en boca de un comunicador popular el pensamiento generalizado de los miembros de la Academia. Y no defraudó: hubo chistes y referencias a lo largo de la ceremonia.
La transmisión tuvo un arranque potente, con Justin Timberlake entonando la canción nominada por Trolls. De allí en adelante todo fue emoción, color y glamour.
A la hora de los premios, lo importante, sin dudas, de menor a mayor en los rubros técnicos, los galardones fueron repartidos de la siguiente manera:
Como ya hemos mencionado Mejor Fotografía fue para La La Land. Linus Sandgren, el director de fotografía, logró hacer magia con la luz del filme, dotando a la cinta de Chazelle de colores vividos y estridentes.
Mejor montaje fue para Hasta el último hombre de Mel Gibson, una labor que se disfruta sobre todo en las secuencias bélicas. Mejor edición de sonido también fue para Hasta el último hombre, rubro que ha jugado un papel fundamental para que funciones y resulten creíbles las escenas de batallas y mejor mezcla de sonido fue para La llegada, historia atípica de ciencia ficción, que se ha convertido en un filme de culto. Mejor maquillaje para la vapuleada Escuadrón Suicida, un filme de villanos de DC que incluyo la caracterización de Jared Leto como El Guasón. Mejor Vestuario fue para otro filme del estudio Warner Bros, Animales Fantásticos y donde encontrarlos. Un merecido reconocimiento en una categoría en la que La La Land parecía tener asegurada la estatuilla. Mejores efectos visuales fueron para la revolucionaria versión live action de El libro de la selva.
Una de las categorías que llegaba cargada de polémica y cuestiones extra artísticas era la que galardonaba a la Mejor cinta de habla no inglesa. En realidad es un rubro que siempre permite darle visibilidad a problemáticas sociales o revindicaciones de derechos humanos. (Pasó en su momento con nuestra candidata La Historia Oficial, y mas aquí en el tiempo con la Bosnia No Man´s Land) Por eso la presencia entre las nominadas de una pelicular iraní (a semanas de la decisión de Trump de denegarle el ingreso a cualquier persona de esa nacionalidad) era una oportunidad que los activistas de Hollywood no iban a dejar pasar. The salesman obtuvo el segundo Oscar en la historia para Irán y dejó en el camino a la cinta alemana Toni Erdmann que era la favorita hasta hace un par de semanas.
Algo similar ocurrió con la ganadora a Mejor Cortometraje Documental: The white helmets sobre los cascos blancos en Siria, su reconocimiento fue uno de los momentos más emotivos de la noche.
Casi tan importante como cualquier rubro a premiar, el segmento dedicado a los que ya no están, fue uno de los más emotivos de la noche. El 2016 y lo que va del 2017 ha sido duro en materia de desapariciones físicas en el mundo artístico, la presencia impensada de Carrie Fisher y su madre Debbie Reynolds, juntas, en el homenaje póstumo, fue un emocionante reconocimiento, digno de Hollywood. Párrafo aparte, para la emoción de Jennifer Aniston al recordar a Bill Paxton, muerto en la víspera de la entrega, un momento que generó un nudo en la garganta en todos los que crecimos viendo cintas como Twister, Mentiras Verdaderas, Apollo XIII o la mitica Titanic.
En el apartado animado, Zootopia de los estudios Disney le ganó el mano a mano a su hermana Moana, un mar de aventuras. Un premio merecido por lo osado de un guión que apelo al policial en clave de cinta animada, y con animales habitando una sociedad símil humana.
El reconocimiento en Mejor Documental fue para O.J. Made in America, un filme que entró en la historia por ser el más largo (7 horas y 47 minutos) en ganar una estatuilla. Además de confirmar, que en este género, tampoco habría un #OscarSoWhite.
Los quintetos de nominados actorales generaron en los días previos bastantes especulaciones. ¿Lograría Emma Stone vencer a la eterna Meryl Streep?¿Afectaría a Casey Affleck el escándalo sexual del que fue acusado?¿Serían Viola Davis y Mahershala Ali los encargados de reivindicar a la comunidad afroamericana en la premiación? Los resultados dejaron contentos a todos:
Mejor Actor de reparto, el premio que abrió la ceremonia fue para Mahershala Ali por Moonlight, Luz de luna. Un actor afroamericano que además participo en Talentos ocultos, otra cinta con varias nominaciones. Su premiación suena a reparación por los olvidos y controversias del año pasado. El papel de Ali en el filme es muy pequeño, quizás en otra época no hubiera triunfado, pero dado el contexto político, su galardón fue muy bien recibido por sus colegas.
En la categoría Mejor Actriz de reparto ocurrió algo similar, Viola Davis se llevó el premio por Fences: Una gran actriz nominada en el momento justo.
Mejor Actor principal, una categoría muy peleada, que finalmente premió a Casey Aflleck por su visceral labor en Manchester junto al mar. Los problemas extra artísticos, no afectaron la decisión del jurado y Affleck corona con este premio un gran año en lo laboral.
Mejor Actriz principal, presentaba un quinteto de grandes actrices peleando por el premio mayor. La ganadora fue Emma Stone, algo que ya había ocurrido en Los Globo de Oro, en los SAG y más atrás en el prestigioso Festival de Venecia. El reconocimiento a una actriz tan bella como talentosa.
En los rubros dedicados a los guiones (génesis de cualquier película) se consideró al Mejor Guión Original fue para Manchester junto al Mar, una manera de consolar con un premio importante a este gran drama intimista.
Y de la misma manera el Mejor Guión Adaptado fue para Moonlight, reconocimiento para una historia de superación con un fuerte mensaje de tolerancia.
El director ganador de su rubro fue el nuevo niño mimado de La Meca del Cine, Damien Chazelle, con 31 años, se transformó en el más joven en obtener ese premio. Un realizador talentoso y osado. Un merecido reconocimiento a un artista virtuoso que se anima a encarar un musical clásico apelando a todos los recursos que el arte cinematográfico ofrece.
Y cuando llegó el momento más importante de la noche, el de conocer cual sería la Mejor Película, la Academia le cedió tal honor a Warren Beatty y Faye Dunaway (los míticos Bonnie & Clyde) quienes anunciaron a las nueve candidatas. La ganadora resultó Moonlight, tras una confusión increíble, minutos eternos, en los que se dio por ganadora a La La Land. Un momento bochornoso difícil de explicar, pero que hace más épico el triunfo del filme de Barry Jenkins.
Tras conocer a todos los ganadores y confirmar los pronósticos y las sorpresas, al final de la noche quedó la sensación que la Academia intentó contentar a todos, la única duda que queda por saber es… cuánto tardará Donald Trump en tuitear alguna barbaridad sobre el vergonzoso final de una entrega que difícilmente quedé en el olvido.