Naomi Watts es una psicóloga infantil que habita una casa en medio de la nieve acompañada solo por un hijo tetrapléjico al que cuida amorosamente. La llegada a su vida de un niño huérfano sordomudo la llevará a vivir experiencias extremas de horror en las que nada es lo que parece.
Farren Blackburn dirige esta interesante y original cinta, que con pocos actores y recursos de producción mínimos logra generar climas de terror y suspenso de manera efectiva. Watts logra transmitir sus sufrimientos, primero como una madre castigada por la vida y luego como una "reina del grito" sutil. El elenco que la acompaña cumple, aunque vuelve a sobresalir por encima del resto el niño de La Habitación, Jacob Tremblay (otra vez como un infante dócil, aunque en esta oportunidad apelando a ciertas cuotas de misterio detrás de su inocente mirada).
Bien filmada y entretenida, con algunos homenajes a "El Resplandor", hay en el guión una clásica vuelta de tuerca sobre el final que resulta un tanto previsible. Pese a eso, es un filme que sin ser una obra maestra del género se deja ver.
Mi calificación: 7 puntos