Un huevo dorado de cinco metros de alto y cuatro de ancho se erige en las afueras de Kiruna, la ciudad más septentrional de Suecia, de escasos 18 mil habitantes y que se encuentra -también a escasos- 145 kilómetros del Círculo Polar Ártico.
Esa escultura gigante e imponente que resalta con su luminoso amarillo en un paisaje dominado por el blanco invernal no es un mero adorno de lujo. Ni tampoco se trata de un misterioso medio de transporte del más allá ni de la mansión de un excéntrico millonario.
El Huevo solar o Solar Egg, tal como se lo denomina en inglés, es un sauna y todo un símbolo. Es casi una invocación al diálogo. Se trata de la obra más reciente de la dupla Bigert & Bergström que tiene esa forma porque busca representar "una incubadora que nutre la conversación y el intercambio de ideas", según sus creadores.
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En Escandinavia, donde las temperaturas en invierno pueden llegar a los -15°C, los saunas son habituales, hay miles de ellos en toda la región. Son un espacio para relajarse y conversar.
En el caso de Kiruna en particular, este gran huevo solar constituye un punto de encuentro para reflexionar sobre los grandes cambios culturales y ambientales que vinieron aparejados con el incremento de la actividad minera por la compañía estatal LKAB.
Durante años, la extracción de hierro fue vital para el crecimiento económico de la región pero también implicó grandes cambios en su paisaje y medio ambiente, a tal punto que la ciudad por completo se mudará a un nuevo pueblo que se construirá con ese propósito, a tres kilómetros de donde está actualmente Kiruna.
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Se estima que todos los edificios se traslarán al nuevo distrito para 2020 y el centro actual se desalojará en 2025, para terminar por completo con el proyecto recién en 2035.
En medio de esa polémica, el gran huevo dorado busca ser un símbolo del costo ambiental que están pagando a raíz de la explotación minera y también un sitio desde donde se debatirá, entre otras cosas, el desarrollo sustentable.
La estructura, que fue construida a pedido de la cooperativa de viviendas Riksbyggen, cuenta con 69 paneles irregulares de acero inoxidable cubiertos por titanio dorado que reflejan el espacio exterior. Gracias a su diseño se puede desmontar y trasladar con facilidad.
El interior es de madera de pino y en el centro hay una estufa de piedra con forma de corazón que alcanza temperaturas de entre 75 y 85ºC . Un verdadero contraste del frío que domina, casi todo el año, la región.
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