El Samsung Galaxy S8+ y el iPhone 7 Plus son dos de los teléfonos de alta gama más deseados y mejor posicionados en el mercado por varios motivos.
Uno de los factores que los destacan del resto es que cada uno de ellos integra una cámara que permite hacer fotos y videos casi a nivel profesional. Pero, ¿cuál es mejor?
En esta nota se pueden ver los resultados logrados con los dos smartphones en diferentes contextos. Las imágenes no fueron tomadas por un profesional de la fotografía, justamente para poder evaluar cómo se desempeñan los celulares cuando los utiliza un usuario promedio, que es amateur.
Todas las tomas que figuran en el clip al comienzo de este texto, así como en las fotos al pie de este artículo, se realizaron en modo automático, salvo en el caso en que se empleó enfoque selectivo, una herramienta del modo manual que incluye el S8+.
Cabe aclarar que el iPhone no le permite al usuario utilizar la cámara en modo manual, excepto que se descarguen algunas aplicaciones que habilitan la configuración de ajustes específicos como balance de blancos, ISO y apertura de diafragma.
El Samsung Galaxy S8+ tiene una cámara principal con resolución de 12 MP y apertura focal de 1,7 que demostró un muy buen desempeño en situaciones de escasa luz. Se lograron imágenes precisas y con colores vibrantes incluso en ámbitos oscuros o apenas iluminados.
Por su parte, el iPhone 7 Plus cuenta con una cámara dual, que también tiene 12 MP: una con apertura focal de 1,8 y otra, de 2,8. Según se pudo ver en las pruebas realizadas, en buenas condiciones de luz funciona con bastante precisión, aunque en zonas con escasa iluminación el resultado no siempre es el mejor: las fotografías aparecen granuladas.
Esto mismo ocurre cuando se usa el teléfono de Apple en modo retrato. Esta opción, que permite hacer el efecto bokeh, donde el fondo aparece desenfocado, se luce sólo cuando se realiza la fotografía en el exterior y con muy buenas condiciones de luz.
En cambio en el S8 +, la opción de enfoque selectivo permite generar muy buenos retratos, en tonos vivos y definidos.
Los dos equipos cuentan con autofoco por detección de fase que, en la práctica, permite lograr un enfoque rápido y certero.
En lo que se refiere al video, los dos equipos graban en 4k y tienen estabilización óptica, que es fundamental para evitar que los clips aparezcan movidos o con temblor. De todos modos, hubo diferencias en el resultado final a la hora de grabar con poca iluminación y en cámara lenta, tal como se aprecia en el clip que está al comienzo de esta nota.
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