Yellow es una aplicación que, al igual que Tinder o Happn, permite vincularse con otros usuarios que se encuentren en los alrededores.
Basta con deslizar el dedo hacia un lado u otro según se quiera aceptar la invitación o no de las personas que se hallen en las cercanías.
Yellow no se diferencia mucho de otras app que permiten contactarse con gente desconocida, pero está causando polémica porque ganó mucha popularidad entre los adolescentes, especialmente en Inglaterra. De ahí que ya se lo bautizó como el "Tinder para adolescentes".
Según informaron varios sitios y periódicos en el Reino Unido, los jóvenes usan la red social para enviar fotos de ellos desnudos entre amigos y desconocidos.
Como el servicio no establece una edad mínima de 18 años para conectarse, ocurre que lo usan adolescentes de 13 o 14 años sin ningún tipo de control. Esto es peligroso porque podrían quedar a merced de pedófilos y ser víctimas de grooming y otros tipos de acoso.
"La configuración de Yellow permite que adultos se conecten con niños a través de un servicio que está diseñado para seducir y entablar relaciones, con lo cual se genera una oportunidad para que agresores sexuales se contacten con gente joven", aseguró un vocero de la ONG británica Sociedad Nacional para la Prevención de Crueldad a los Niños (NSPCC, por sus siglas en inglés), según publicó The Sun.
Desde la asociación quieren que se establezcan controles regulatorios que impidan que menores de 18 años puedan tener acceso a este tipo de aplicaciones.
¿Cómo actuar en estas situaciones?
De acuerdo con un informe de Microsoft, 9 de cada 10 niños de 11 y 12 años usan las redes sociales (aunque la edad mínima legal es de 13 años). El problema no es Yellow, Facebook o Snapchat, sino el uso que se haga de estas plataformas y de la web en general.
La solución está en la educación. Aquí algunas sugerencias de la ONG Chicos.net para que las familias lleven adelante:
1. Mostrarse predispuestas a conocer las aplicaciones, programas, juegos, etc. que usan los niños, niñas y adolescentes para poder acompañarlos y asesorarlos con respecto a los cuidados necesarios y a los usos positivos de las TIC.
2. Ayudar a los niños, niñas y adolescentes a encontrar un equilibrio entre el uso de la tecnología y otras actividades, como juegos al aire libre.
3. Acompañar, más que limitar, a los niños, con el fin de promover el uso responsable. Y que ese acompañamiento pueda graduarse de acuerdo a cada edad.
4. Poder aprender de los hijos.