Con restos de acero y lata es posible construir baterías eléctricas potentes con una velocidad de carga superior a las de plomo y ácido. Así lo demostraron investigadores de la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos, junto con la National Science Foundation y la NASA.
Desarrollaron un prototipo con un voltaje de 1,8 voltios. Ahora tienen que trasladar esa experiencia a un modelo de gran escala.
LEA MÁS: Cómo lograr que la batería del celular dure semanas
Lo verdaderamente novedoso no es que se desarrolle una batería a partir de la chatarra, sino que se incorporó un proceso de anodización (un proceso electrolítico de pasivación utilizado para incrementar el espesor de la capa natural de óxido en la superficie de piezas metálicas) en los metales.
De este modo, se generan cadenas de partículas nanométricas de óxido que almacenan electricidad y la transmiten al entrar en reacción con una disolución acuosa con hidróxido de potasio.
LEA MÁS: 5 mitos urbanos sobre los celulares
Con esta técnica, "los desechos férricos descartados servirán para almacenar la electricidad procedente de las fuentes de energía renovables, en lugar de convertirse en una carga para las plantas de reciclaje y para el medio ambiente", explicó Cary Pint, uno de los responsables de la investigación, según publicó el diario El País.
Con una densidad de 20 Wh por kilogramo, se podrían emplear en viviendas con paneles solares u otro sistema de almacenamiento de energía, aunque no podría usarse en dispositivos móviles.
LEA MÁS: Por qué es buena idea recargar la batería del celular cuando está al 50%
La batería preserva más del 90% de su capacidad luego de 5.000 ciclos de carga y descarga consecutivos.
Este desarrollo es interesante por varios motivos. En principio, estas baterías eventualmente se podrían a fabricar (con un poco de pericia) en los hogares. A su vez, favorece el uso de energías renovables y tiene un costo de producción muy bajo, con lo cual permitiría ahorrar dinero.
LEA MÁS:
Cómo convertir el celular viejo en una cámara de seguridad
El invento argentino que permitiría ahorrar 29.500 millones de dólares en un año