Equipados con teléfonos, laptops y mochilas se fueron subiendo, uno a uno, a un colectivo decorado con la estética de un trencito pirata que los llevaría a recorrer la Ciudad para identificar y diagnosticar las distintas redes Wi-Fi.
Así, unos 30 hackers se dispusieron a coronar la primera jornada de la Ekoparty, un evento que reúne a especialistas y aficionados en seguridad informática, y que se lleva a cabo en el Centro Cultural Konex hasta hoy.
Esta búsqueda de conexiones inalámbricas desde un vehículo en movimiento se conoce como wardriving. "El objetivo es recolectar información sobre las distintas redes Wi-Fi que hay en la Ciudad", explica Germán Monzón, estudiante de ingeniería en sistemas, mientras muestra en la pantalla el listado de nombres y códigos que figuran en la pantalla de su computadora. "Podemos ver qué cifrado usan y con eso se pueden armar estadísticas".
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Uno de los primeros datos que surge del recorrido es que la mayor cantidad de redes Wi-Fi inseguras o con un grado de encriptación más bajo están concentradas en el microcentro.
"Con esta aplicación, que se llama Wi-fi tracker, lo que estamos viendo es la zona por la que estamos recorriendo y las diferentes claves Wi-Fi. Las de color rojo son las que mayor nivel de seguridad tienen y las de verde y amarillo, las más vulnerables", detalla Santiago Bottiroli, consultor de BASE4 mientras desliza el dedo por el celular.
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"Esto está pensado para hacer auditorías y que uno le diga al dueño de la red qué tipo de vulnerabilidades tiene y cómo debería cubrirlas", añade Facundo, que prefiere no dar su apellido porque, dice, no se dedica de lleno a la informática y esto es apenas un hobby que quiere mantener en secreto.
Lo que ellos hacen se llama hacking ético o, en inglés, ethical hacking. Para resumir, se podría decir que son hackers buenos, que usan sus conocimientos tecnológicos para combatir el ciberdelito. "Por ahora", agrega, entre risas, uno de los tripulantes del trencito.
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