Google premió a dos científicos del Conicet por crear una app para facilitar los diagnóstico psiquiátricos

Se trata de Diego Fernández Slezak y Facundo Carrillo, dos especialistas en computación. El sistema permite analizar, de forma automática, el discurso de los pacientes para identificar distintos trastornos de la mente. En diálogo con Infobae hablaron de su desarrollo, de la pasión por la ciencia y de los escasos recursos que se dedican, actualmente, a la investigación

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"El laboratorio tiene un proyecto de análisis automático de texto. Usamos la computador para que entienda el contenido de un texto y entonces aplicamos esa herramientas para asistir al psiquiatra para que pueda diagnosticar distintas enfermedades", explica Diego Fernández Slezak (36), profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA e investigador del CONICET.

A partir de este concepto, Slezak y su alumno, Facundo Carrillo (29), becario del Departamento de Computación de la misma facultad, idearon un sistema que permite analizar patrones del discurso de los pacientes de modo tal que se puedan identificar diferentes trastornos psiquiátricos en estadíos tempranos. Presentaron esta idea a Google, que decidió otorgarles unas beca de investigación por un año para que completen el proyecto.

Fueron los dos únicos argentinos, entre 24 investigadores latinoamericanos, que obtuvieron esta distinción. Calculan que la aplicación estará lista, de manera preliminar, en los próximos seis meses.

"La usabilidad es grabar al pacientes y que la app o el sistema interprete automáticamente los datos. Esto se envía a nuestra central donde con diferentes algoritmos se podrá medir y darle feedback al médico", detalló Carrillo.

Antes de llegar a esta conclusión, se hizo una prueba con 35 pacientes que fueron estudiados durante dos años y medio. Con esa base se elaboró el sistema que hoy presentan. Los dos reconocen que se trata de una muestra limitada pero destacan que no hay límites para las aplicaciones que este sistema podría tener a futuro.

"Si bien hoy nos estamos centrando en esquizofrenia y bipolaridad esto se puede usar en recursos humanos, selección de personal, criminología, cualquier cosa que afecte a la salud mental", destacó Slezak, que ya lleva años trabajando en el campo de la interacción entre la computación y la neurociencia.

"Soñaba con ser inventor"

Los dos coinciden en que la pasión por la ciencia les viene desde siempre. Los dos son padres y dicen que disfrutan de ver cómo a sus hijos, que rondan los tres años, exploran el mundo como si fueran pequeños científicos.

En algún momento esa inquietud, si no se alienta, se pierde. Pero nada de eso les ocurrió a ellos. Todo lo contrario. Los dos dicen que sus familias siempre los incentivaron para que exploraran su pasión.
"Mis dos padres son científicos. Los dos son físicos, así que siempre estuve rodeado de ciencia. En las cenas en casas se escuchaban cosas como: 'me falló el láser de neón' y cosas por el estilo así que para mí fue natural elegir esta carrera", contó, entre risas, Slezak.

"Yo de chico soñaba con ser inventor. Estaba fanatizado con el inventor de Volver al futuro, que creo que es uno de los íconos de cualquier científico de mi edad", añadió Carrillo.

Pocos recursos para la ciencia

Los dos remarcaron que son pocos los egresados de la carrera de computación que se vuelcan a la investigación en el ámbito público. Uno de los motivos es que hay muchas posibilidades en el mercado y el salario que se ofrecen en las empresas es bastante más cuantioso que el que se puede obtener en el mundo académico.

Un becario CONICET, que tiene la obligación de tener dedicación completa no llega a cobrar 14 mil pesos por mes. Puede sumar un poco más si toma un puesto de docencia de turno simple en algún secundario o en la universidad. Así, trabajando cerca de 12 horas por día, quizás se llegue a los 20 0 25 mil pesos, explicaron.

En el mercado, un desarrollador de aplicaciones con la experiencia de ellos puede aspirar a ganar tres veces más. Sin embargo, Slezak dice que su mundo seguirá en el ámbito académico. Carrillo también elige ese mismo rumbo, pero añade que es "por ahora" y que no sabe qué pasará en el futuro.

"En el último año en particular, en este sinceramiento fiscal, se han frenado los proyectos. No quiere decir que no haya más, los proyectos siguen estando pero están frenados esperando que el presupuesto alcance y sean asignados", reflexionó Slezak.

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