En los últimos tiempos hubo una explosión de innovación en lo que tiene que ver con realidad virtual y aumentada así como Internet de las Cosas o el concepto de Ciudades Inteligentes. El crecimiento fue tan vertiginoso que todavía muchos no terminan de entender qué hay detrás de todas estas tecnologías.
Aquí, un detalle sobre el alcance de estos desarrollos y qué dirección tomarán en los próximos cinco años.
1. Robótica. Hace rato que se viene hablando de robots y que se invierte en el desarrollo de diferentes dispositivos que hacen múltiples tareas. En la actualidad hay unos 25 millones de robots móviles en todo el mundo. En un futuro no tan lejano se proyecta una inserción más exponencial tanto en ambientes domésticos como industriales. "En los próximos 15 años, se estima que 4 de cada 10 personas van a ser reemplazadas por robots para realizar tareas repetitivas como cortar el pasto o cobrar productos en el cajero del supermercado", explica Joan Cwaik, innovador tecnológico, coordinador del Centro de Divulgación Tecnológica de la Facultad de Ingeniería de la UADE y asesor de la Asociación de Marketing Directo e Interactivo de Argentina (AMDIA).
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2. Realidad virtual, aumentada y mixta. Este año se comenzó a vivir con mayor intensidad lo que tiene que ver con realidad aumentada, virtual y mixta. Se empezaron a vender los cascos de realidad virtual de forma masiva y se desarrollaron más alternativas, en el marco del software, para poder vivir estas experiencias digitales que tienen múltiples usos. Además de emplearse en videojuegos, la realidad virtual también se utiliza a nivel educativo y para tratar ciertas afecciones como fobias.
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Por eso, no es alocado pensar que, en los próximos años, habrá más cascos de inmersión que pantallas de TV en los hogares. "Lo interesante de esto es que cambió la forma en que consumimos y generamos contenido. Se está modificando el lenguaje cinematográfico. Ahora, al relato hay que pensarlo en 360 grados y saber que en realidad virtual se estimulan diferentes sentidos. Si bien a lo que más se apela por ahora es a lo visual y auditivo, se van sumando dispositivos que incorporan sensores para el tacto, el olfato, etcétera. Creo que con el paso del tiempo se van a ir integrando todas estas opciones en un mismo equipo", analiza Cwaik.
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3. Impresión 3D. Este tema, que ya se instaló en la agenda, va a ir progresando cada vez más. Lo más interesante, según detalla el especialista, es que esto implica una descentralización de la producción industrial. Se pone al alcance masivo la posibilidad de imprimir casi cualquier cosa. De alguna manera se democratiza el proceso productivo. "En cinco año se podrán imprimir tenedores, platos y celulares. Y al hacerse masivo se va a reducir mucho el precio de los equipos. Hoy, una impresora 3D ronda los 20 mil pesos. En 2020, quizás puede llegar a disminuir el costo en un 50%".
Los robots de Google podrían modificar la forma de componer música https://t.co/7Z27BvNPHM Por @djaimovich pic.twitter.com/xSilULWjKj
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4. Ciudades inteligentes. Los drones y los autos autónomos reconfiguraron la forma en que se vive y mira la ciudad. La perspectiva y la forma de movilidad tomaron una nueva perspectiva. A eso hay que sumarle los sensores de automatización que se multiplican. "En la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, se están colocando sensores en cloacas y desagües para medir qué cantidad de agua hay y así anticipar una inundación. Y hay proyectos para censar tachos de basuras y ver cuán lleno están", remarca el especialista.
Como todo lo que está relacionado a Internet de las Cosas, el objetivo es optimizar los procesos. En una ciudad inteligente se busca tener registro de cómo funcionan los servicios, las distintas instalaciones y así poder tomar mejores decisiones, reducir costos y prevenir problemas.
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5. Hogares autónomos. La misma lógica está detrás de las casas inteligentes. "Esto está vinculado a la domótica, es decir a la automatización de distintas cuestiones del hogar como puede ser la apertura y cierre de puertas, la climatización, el uso de la electricidad", enumera Cwaik. La idea es propiciar el ahorro, sumar sustentabilidad y contribuir a hacer un más eficiente consumo de la energía. "También hay que pensar en robots que hacen tareas específicas como cortar el césped o limpiar la pileta, que es algo que ya se usa y se venden hace rato", concluye el asesor de AMDIA.