Antoni Guitérrez-Rubi, consultor político español, presentó su libro "La transformación digital y móvil de la comunicación política" y dejó conceptos interesantes sobre cómo las nuevas tecnologías cambiaron y continuarán cambiando los modos de comunicación, de interacción y de hacer política en el mundo.
"Internet es muy humano y esta colonizando nuestra cultura humana. Es lo que más se parece al cerebro y manera de pensar. Nuestro cerebro es una red, todo lo que es vivo es una red. Es lo más vital y humano que podemos encontrar", comenzó el gurú, quien enfatizó que no hay diferencias entre los niveles socioeconómicos para entender la importancia de los aparatos tecnológicos.
"La gente que menos tiene ya ha comprendido que conectividad y comunicación son las claves del desarrollo. La gente sabe que para salir del agujero, para progresar, necesita conexión. Sucede en todas partes. El primer banco digital es una compañía de teléfonos en África, que se ha convertido en un laboratorio permanente de industria e innovación digital. Para romper prejuicios que nos han llevado durante mucho tiempo de que es el teléfono móvil o pc era como la fase de los electrodomésticos. La gente que no tiene nevera o televisor está buscando un teléfono para salir de la miseria. Hay pocas cosas en la historia de la humanidad que hayan tenido un nivel de penetración como la telefonía móvil. En Mongolia tienen teléfonos móviles sin conexión pero hacen fotografías, lo usan como una manera de producir cultura aunque no tengan conexión", manifestó en la Fundación Telefónica.
Pero Gutiérrez Rubi hizo hincapié en la tecnopolítica que "está definiendo los nuevos fenómenos" y puso como ejemplo las manifestaciones: "Antes si no coincidía día y horario no podía participar. Ahora la acción política no está vinculada a la presencialidad. Puedes estar compartiendo una manifestación en la que no estás, es decir, liberar a la acción política del tiempo y el espacio lo cambia todo. No es necesario estar juntos en una sala para una asamblea o en la calle para una manifestación".
Y sentenció: "Esta contribución que nos libera de tiempo y espacio es una oportunidad para revitalizar a las fuerzas políticas y pensar seriamente nuestros sistemas representativos, pero queda tiempo. Ahora encontramos que tenemos tiempo, que creemos que sabemos, compartimos contenidos y podemos. Esta idea de que los representantes los tenemos cuando renunciábamos por imposibilidad a ejercer nuestra soberanía tenemos que revisarla de manera tranquila y profunda. Hay una dinámica creciente de recuperar parcialmente la soberanía".
Al respecto, enfatizó que "el poder pensaba que los ciudadanos no tenían capacidad de conexión pero esto se acabó" y explicó que ahora podemos "introducir elementos de participación para que nuestra voz no sea escuchada cada 1460 días (4 años, una elección)".
También explicó que cambiarán las campañas políticas debido a los datos públicos que cada individuo posee y que ayudan a los gobiernos y empresas a conocernos más: "Cambia las maneras de planificar las campañas con el dato disponible, dejamos rastro en las redes voluntaria o involuntariamente. Estos rastros nos permiten vivir nuestra identidad múltiple. Ese único perfil se ve multiplicado por mi exposición en las redes. La gente puede descubrir mis intereses. Descubrir donde vive digitalmente la gente permite nuevas maneras de comunicación".
Y ejemplificó: "Prefiero saber qué comparten a saber el número de domicilio de su casa o qué les motiva y no una fotografía binaria básica de información socioeconómica territorial. Los nuevos territorios no son mapas convencionales. Son nuevas geografías de relaciones y de comunidades de fuertes vínculos que nos hacen vivir en varios territoritos sin salir de casa".
Otro punto fundamental que desarrolló Antoni Guitérrez es la desintermediación, la cual pone en jaque el rol de los medios con respecto a la política: "Durante mucho tiempo la política se hacía en los medios y lo que no aparecía allí no existía. La dependencia o interdependencia o en algunos casos la complicidad entre medios y partidos hacia que lo que no estuviera en la tapa no existía. Ahora estamos teniendo un fenómeno de desintermediación que hace que los lectores no sean pasivos. Son activos y pueden emitir noticias, opinión y estamos en una nueva dinámica por lo cual somos los lectores los que damos las noticias".
Sobre esto, el consultor apuntó contra la forma en que los políticos encaran sus campañas: "Un ecosistema de movilización no tiene nada que ver con expertos. Tiene que ver con que has liberado la campaña y la has entregado a ciudadanos que son capaces de crear mejores contenidos que cualquier agencia de publicidad. Quienes quieren ganar una elección, seducir, persuadir, movilizar y liberar la campaña, entrégala a los activistas porque ellos son mejores generadores de contenidos que cualquier agencia".
"El activismo comunicativo, de la propaganda a la conversación, la publicad tiene tasas de retorno cada vez más débiles. La gente está en movimiento, hablando y haciendo. Esta idea de que le decimos a todos lo mismo porque están todos quietos y callados se acabó. Mejor una conversación vinculante que una propaganda estética que espera por arte de la plata una audiencia cautiva, pasiva y claudicante. Se acabo en política y mercados", argumentó.