Los dibujos y las tareas escolares que revelaron el abuso sexual de un maestro a nenas de nueve años

Un estudio sobre la escritura y las carpetas de grado confirmó que cinco compañeras de un colegio de la ciudad de Buenos Aires eran sometidas por su maestro de 46 años en plena clase

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Una de las nenas le dijo a su mamá que el maestro las tocaba en clase. Los dibujos y la Cámara Gesell demostraron las terribles vejaciones que sufrían las menores
Una de las nenas le dijo a su mamá que el maestro las tocaba en clase. Los dibujos y la Cámara Gesell demostraron las terribles vejaciones que sufrían las menores

Un peritaje grafológico sobre dibujos y tareas escolares de nenas de nueve años reveló que las menores eran víctimas de abuso sexual. El trabajo fue una de las pruebas que llevó a la detención y el procesamiento del acusado de los hechos: el maestro de la grado de las niñas.

Los abusos –según el relato de las menores– ocurrían en el aula y delante del resto de los alumnos. Una compañera de las nenas le contó a su mamá lo que pasaba y ese relato dio inicio a la causa penal.

"Las escrituras presentan síndromes gráficos compatibles con estados emocionales alterados por interferencias psicoafectivas. Es posible confirmar que las mismas, tanto en la escritura manuscrita como en el análisis grafológicos de los dibujos, manifiestan síndromes gráficos atribuibles a niños que han sufrido abuso sexual", concluye el peritaje de la Policía Federal al que accedió Infobae.

Los hechos ocurrieron entre marzo y septiembre del año pasado en el cuarto grado de un colegio público de la ciudad de Buenos Aires (NdA: no se revelerá ningún dato que permita identificar a las víctimas). El maestro de grado era un hombre de 46 años y fue apartado cuando comenzó la causa. Poco tiempo después quedó detenido. 

Una de las alumnas le contó a su mamá que algunas de sus compañeras le dijeron que el maestro las tocaba. La mujer se lo transmitió a las autoridades del colegio que citaron a los padres de las nenas abusadas.

Las padres hablaron con sus hijas y ellas reconocieron los abusos que vivían y que nunca lo habían contado "por vergüenza". Una de la nenas reveló que los abusos comenzaron en marzo, en el inicio de clases, y se extendieron hasta septiembre cuando se conocieron los hechos. Los padres presentaron la denuncia que quedó a cargo del juez de instrucción Manuel de Campos con la intervención del secretario Diego Villanueva.

Por los testimonios de las menores se determinó que las víctimas de los abuso eran cinco nenas. Una de las medidas que se tomó en la causa fue analizar las carpetas escolares de las víctimas con Hello Kitty, Violetta y otros personajes infantiles en sus portadas. El trabajo quedó a cargo de una perito de la División Scopometría de la Policía Federal.

El estudio reveló que la escritura y los dibujos de las menores presentaban "sentimientos de inseguridad, ansiedad, angustia, miedo, inhibición, agresividad".

Uno de los dibujos que se analizó en el peritaje
Uno de los dibujos que se analizó en el peritaje

La especialista analizó el dibujo de una de las nena: "Podemos observar excesivos borrados en la zona inferior del dibujo, lo que manifiesta descontento con la propia persona, sería compatible con el mecanismo de defensa psicológico llamado 'anulación'. Dividiendo la figura en tres zonas: superior, media e inferior y relacionándola con las zonas de la escritura, se puede decir que la zona superior está desproporcionada con respecto a las otras. Esto denota hiperactividad de la faz intelectual, hipervigilancia".

“El color marrón es tomado como indicador de abuso sexual infantil”
“El color marrón es tomado como indicador de abuso sexual infantil”

En otro dibujo la perito recalcó que "el borrado cuando es excesivo se debe a un exceso de autocrítica, sentimientos de culpa, inseguridad, ansiedad, incertidumbre". En este caso, agregó "la forma de pintar el suelo denota una descarga de tensión importante, por el tipo de barrido que realiza y por superar el límite impuesto por el margen pre-pautado. El color marrón es tomado como indicador de abuso sexual infantil".

"También se observan rasgos escriturales compatibles con mecanismos de defensa correspondientes al abuso sexual infantil. Las mecanismo de defensa son estrategias psicológicas autónomas e inconscientes, para hacer frente a la realidad intolerable", concluyó sobre el análisis de ese dibujo.

“Al analizar los dibujos, se observa excesivo borrado en la mayoría de ellos”
“Al analizar los dibujos, se observa excesivo borrado en la mayoría de ellos”

Uno de los aspectos que más se repite en el trabajo es la atención sobre la letra F porque "se vincula con la imagen corporal" y  "manifiesta conflictos con su imagen corporal y en la esfera instintual"

En los textos, se analizó cómo con el paso de los meses se modificó la escritura de la F: "Se observa que la letra no se enlaza con la letra siguiente, todo esto simboliza que la relación con su imagen corporal se ve afectada", señaló la especialista.

La perito marcó una gran diferencia entre cómo escribía una de las menores antes y después de los abusos: "Se puede visualizar un cambio notorio y desfavorable de la escritura, en la cual se manifiesta miedo, ansiedad y angustia".

Otro de los aspectos que se tuvo en cuenta en el peritaje fue la presión del lápiz sobre el papel que "revela estrés, fatiga o intoxicación". "Es un tipo de presión que se observa en niños abusados", indicó la perito y agregó que "esto se corresponde a un aumento de la tensión del escribiente y a un gran caudal de ira contenida".

Para la perito no hubo dudas: las niñas sufrieron abuso sexual.

Las menores declararon en la causa en una Cámara Gesell. Se trata de una habitación especialmente acondicionada para el testimonio de menores donde los profesionales buscan tener un diálogo espontáneo. Y allí revelaron cómo eran los abusos. 

Contaron que el maestro las llamaba a su escritorio y tapándose con el banco las manoseaba y sacaba su pene para que se lo miren y toquen. En otros casos hacía que el resto de los alumnos se dieren vuelta para concretar sus abusos. También les hacía tocamientos cuando pasaba por sus pupitres para corregir los ejercicios.

Los médicos que hicieron la Cámara Gesell concluyeron que las nenas dieron "un relato libre" y "veraz" en el que "no hay intervención de terceras personas en sus dichos", así como tampoco "evidencia signos de estar afectado o motivado por animosidad odio o enemistad" contra el maestro.

"Han sido las propias víctimas quienes no dudaron al señalarlo como responsable de dichos sucesos", sostuvo el juez de Campos en el procesamiento que le dictó al maestro.

El magistrado señaló que el acusado abusó de las menores "en el tiempo y en forma reiterada" por lo que "no fueron actos esporádicos, sino una práctica habitual cuando éste estaba a cargo del grado que cursaban las pequeñas, demostrando así el imputado el desprecio, no sólo por la integridad sexual de las damnificadas, sino también emocional de estas".

"La experiencia india que el sometimiento a este tipo de conductas por parte de quien ostenta una cualidad particular (educador) respecto de víctimas en su primera infancia, dejan una impronta traumática que perdura a lo largo del tiempo y que en el caso concreto se ha evidenciado a partir de las conclusiones a las que arribaron los especialistas que llevaron a cabo el peritaje grafológico del cual se desprende que las menores presentaban signos de angustia, represión, sentimientos o indicadores demostrativos de la existencia de actos abusivos como los denunciados", concluyó el juez.

El maestro está procesado por abuso sexual gravemente ultrajante agravado por hacer sido cometido por el imputado cuando se encontraba encargado de la educación de las víctimas y por corrupción de menores.

Las menores están bajo tratamiento psicológico y la causa a la espera el dictamen de la Fiscalía y de la querella que representan a las familias de las menores para que el maestro sea enviado a juicio oral y público.

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