La historia del “falso Aníbal Fernández” que seducía mujeres para estafarlas

Gustavo Omar de los Santos se hacía pasar por el ex jefe de Gabinete y por importantes funcionarios para obtener beneficios para otros presos y forzar a una pareja a tomar préstamos. La división Búsqueda de Prófugos lo detuvo ayer en General Rodríguez. Su prontuario por robo y trata de personas

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El verdadero Aníbal Fernández. (NA)
El verdadero Aníbal Fernández. (NA)

Demasiada labia puede ser un problema. Gustavo Omar de los Santos, de acuerdo con las imputaciones de la Justicia, tenía el hábito poco agradable de hacerse pasar por otra gente. De 47 años de edad, oriundo de General Rodríguez, provincia de Buenos Aires, De los Santos solía llamar a tribunales orales y a cárceles del Servicio Penitenciario Federal haciéndose pasar por el ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández o por el ex jefe de la AFI, Oscar Parrilli. También se hacía pasar por abogado, sin estar colegiado en la profesión en Capital Federal o la provincia de Buenos Aires. Habría sido una suerte de changa: De los Santos les cobraría a otros imputados para hacerlo, para así conseguir beneficios para ellos. Lo habría hecho, al menos, desde 2013.

Su prontuario es largo, con delitos peores que mentirle a un funcionario público por teléfono. De Los Santos cayó por primera vez en 2001, en una causa por estafa investigada por el Juzgado N° 46; el Juzgado N° 27 lo investigó por robo en 2006, cinco años después. Reapareció en Santa Rosa, La Pampa, a comienzos de 2011. El Juzgado Federal de esa ciudad lo mandó detener por trata de personas y abuso deshonesto. De Los Santos habría pasado de ser un simple ladrón y estafador a ser un proxeneta.

Su costumbre de mentir por teléfono no iba a salirle gratis, tampoco. El Juzgado Federal N° 2 de San Isidro recibió una denuncia por sus llamadas en 2013 e inició una causa en su contra bajo la carátula de "averiguación de delito". En la tarde de ayer, cuatro años después, la división Búsqueda de Prófugos de la Policía Federal lo detuvo en General Rodríguez, según confirman fuentes de la investigación a Infobae, con un pedido de detención recibido el 31 de marzo pasado.

Una consulta en registros comerciales llevó a sus presuntos domicilios en la localidad. El Registro Nacional de la Propiedad Automotor también lo delató. De Los Santos, a pesar de ser un supuesto estafador maestro, había registrado un vehículo a su nombre. Los domicilios llevaron a una vigilancia; la concubina de De Los Santos fue identificada primero. Así, la PFA le siguió el rastro hasta llegar al prófugo, en una casa en el Barrio Bicentenario. De Los Santos terminó esposado a la vereda, para ser trasladado esta mañana al juzgado de Arroyo Salgado.

El "falso Aníbal" tiene otro capítulo turbulento en su historia. Un artículo de La Voz del Interior detalló una de sus jugadas más atrevidas: hacerse pasar por el doctor Alberto Lozada, el fiscal general de la Cámara de Apelaciones cordobesa, para seducir a una mujer y convencerla de que tome dos créditos y le entregue el dinero.

Ocurrió en marzo de 2011. La mujer se encargaba de atender un local en una galería de la capital cordobesa; De Los Santos, obeso, corpulento, le compró la lapicera más cara en el mostrador, mientras le aseguraba ser el fiscal Lozada y le decía que tenía serias chances de ser juez federal. Luego, la convenció de que podría conseguirle una casa mediante el IPV provincial.

Así, empezaron una corta relación. La mujer, entusiasmada, se endeudó por veinte mil pesos con un banco local y con una firma de préstamos. Poco después, De Los Santos desapareció tras decirle a su enamorada que debería esperar 15 días para escriturar su supuesta casa. La mujer incluso llegó llorando al despacho del verdadero fiscal Lozada, que pidió una investigación al respecto de cara a la mancha en su nombre.

En el medio, De Los Santos no se habría privado de estafar a otras personas con trámites migratorios truchos, robándole, por ejemplo, 1.800 pesos a un matrimonio peruano y ofreciendo ciudadanías italianas falsas.

De Los Santos volvió a hacer un poco de ruido, eventualmente. En enero de 2012, el presunto estafador pidió un hábeas corpus a la Justicia cordobesa. Estaba preso en el Complejo Penitenciario N° 5 de Villa María; ya había estado encarcelado años antes en el penal de Marcos Paz. En Córdoba, aseguró que había sido golpeado y lacerado por otros internos tras denunciar la corrupción y venta de droga en la cárcel. El juzgado de Arroyo Salgado comenzaría a investigarlo por hacerse pasar por Aníbal Fernández un año después.

 
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