Quiénes son y qué hacían en la Argentina los narcos mexicanos detenidos en Bahía Blanca

Formaban parte de una organización delictiva que planeaba enviar cocaína a Barcelona y Canadá. Su líder vivía en Puerto Madero

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Max Rodríguez Córdova, con DNI
Max Rodríguez Córdova, con DNI argentino y domicilio en Mendoza.

Faltaba saber quién es quién. Luego del megaoperativo llevado a cabo en Bahía Blanca y Mendoza por la división Operaciones Federales de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la PFA –y supervisado por el jefe de la fuerza, Néstor Roncaglia– que derivó en la detención de 17 personas y la incautación de dos mil kilos de cocaína ocultos en ocho bobinas de acero y valuados en 60 millones de dólares por el Ministerio de Seguridad, fuentes de la investigación revelaron a Infobae las identidades de los cuatro mexicanos arrestados este lunes a la madrugada, acusados de liderar la banda. Sus nombres fueron confirmados en la pesquisa con el apoyo de la DEA, la agencia antidrogas estadounidense.

Varios de ellos llegaron al país al menos en diciembre último, para instalarse en Bahía Blanca en enero pasado. La presunta meta: exportar droga a Barcelona y Canadá para una ganancia multimillonaria. Cincuenta líneas telefónicas fueron intervenidas por orden de Adrián González Charvay, juez federal de Campana a cargo de la causa, con seguimientos fotográficos que mostraron a los sospechosos hasta de paseo en el shopping local de la ciudad bonaerense.

Se presume que los detenidos tienen vínculos con un cartel que opera en Michoacán, uno de los estados de México más castigados por la violencia narco, aunque todavía no fue determinado si operaban para una organización narco mayor o actuaban como cuentapropistas con un negocio propio.

Los cuatro detenidos no registran, por lo pronto, ordenes de captura internacional emitidas por Interpol en su contra, no llegaron a la Argentina como prófugos. Sin embargo, los primeras datos disponibles sobre los movimientos los mexicanos en el país son al menos interesantes.

Rodrigo Alexander Naged Ramírez, de 58 años, constructor de profesión, es una figura un tanto sombría. Su nombre figura, por ejemplo, en la composición societaria de una importadora radicada en Panamá.

En Buenos Aires, Naged Ramirez vivía en un departamento en en un coqueto edificio con frente de ladrillo sobre la calle Olga Cossetini, zona de Puerto Madero. El juez González Charvay lo considera el cabecilla, el organizador y director: le encontraron, por ejemplo, papeles que detallan los gastos y compras de materia prima de la banda. Se lo acusa, también. de dirigir el acondicionamiento de las bobinas. Los investigadores de la causa todavían esperan sus antecedentes pedidos al exterior.

No fue la primera vez que un presunto traficante del este de México pisó una de las partes más elegantes de Buenos Aires, por otra parte. Gerardo González Valencia, oriundo de Jalisco, número dos de la organización Los Cuinis y uno de los capos más acaudalados de su país, especialista en la exportación de cocaína y metamfetamina a Europa, se había instalado con su familia en la zona a fines de 2008 tras fugarse de México con su esposa y tres hijos.

González llegó a invertir en un proyecto para construír supermercados de lujo y vivió en departamentos en un reconocido hotel top: el fiscal federal Sebastián Basso lo investigó por lavado de dinero, con más de dos millones de dólaresy  una sociedad anónima conformada en la provincia de Buenos Aires. Cayó en Uruguay el año pasado, con una extradición pedida por Estados Unidos.

La DEA, tal como con los hombres de las bobinas de acero, aportó a la investigación de Basso una supuesta conexión de González Valencia con el cartel de Sinaloa, comandado por "El Chapo" Guzmán. El cartel de Sinaloa, por su parte, penetró en Michoacán gracias a su alianza táctica con Los Caballeros Templarios, una de las bandas más poderosas y violentas de ese estado.

Gilberto Acevedo Villanueva, domiciliado y
Gilberto Acevedo Villanueva, domiciliado y arrestado en Bahía Blanca.
Jesús Madrigal Vargas, también domiciliado
Jesús Madrigal Vargas, también domiciliado y preso en Bahía Blanca.

Max Rodríguez Córdova, de 45 años y oriundo también de Michoacán, llegó más lejos que sus coimputados: tuvo un DNI y un CUIT argentino, con un domicilio fiscal en la zona de Vistalba, departamento de Luján de Cuyo, Mendoza. Allí ocurrió la segunda parte del operativo: otros 500 kilos fueron encontrados en un depósito, ocultos en piedras, de acuerdo a información del Ministerio de Justicia. Varios argentinos fueron arrestados allí, sospechados de ser cómplices de los mexicanos.

Ahora, ¿por qué Rodríguez Córdova se asentó en Mendoza como supuesta avanzada del grupo? ¿Fue Luján de Cuyo una parada intermedia, una base en el camino? Lo cierto es que la PFA y el juez González Charvay, de acuerdo a voces en la investigación, determinaron contactos de larga data entre los miembros del grupo en Capital Federal y Bahía Blanca y los que operaban en Mendoza, con repetidos viajes de ida y vuelta al noroeste del país al momento del rellenar las bobinas.

Se infiere que la droga podría haber ingresado al país por Chile, aunque no hay pruebas directas de ello en la causa. Los investigadores especulan que la banda habría hecho una ruta inversa a la normal en cualquier envío narco, menos efectiva en costos, haciendo que la cocaína pase, presuntamente, desde Bolivia hacia Chile, para luego entrar a Mendoza.

La cocaína encontrada en Luján de Cuyo es distinta a la encontrada en Bahía Blanca. En la ciudad costera los panes fueron de envoltorios de cinta de varios colores; en Mendoza, el logo de Playboy estuvo estampado en la droga, tanto en el envoltorio como en los panes mismos. La cocaína con el clásico conejo apareció en operativos narcos a lo largo del tiempo en puntos tan diversos como Rosario, con 20 kilos incautados en 2014 y otros 26 panes capturados este año en la República Dominicana.

Rodrigo Alexander Naged Ramírez, de
Rodrigo Alexander Naged Ramírez, de 58 años, con domicilio en Puerto Madero: el presunto jefe.

Gilberto Acevedo Villanueva y Jesús Madrigal Vargas, de 28 y 27 años cada uno, se encargaron de afincarse en una casa de la calle Cevallos al 200 en Bahía Blanca. Fueron arrestados, irónicamente, mientras paseaban por el shopping Plaza de la ciudad.

El juez González Charvay, en principio, indagará a los cuatro mexicanos este miércoles en su despacho en Campana así como a sus trece cómplices argentinos, entre ellos varios despachantes de Aduana reconocidos en el mercado bahiense.

Así estaba oculta la droga
Así estaba oculta la droga
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