Nelson Alderete (25) asesinó de un balazo en la cabeza a Francisco Chávez (15). Horas después mató a Brian Falcato (17) tras enfrentarse en un tiroteo en el que además hirió de gravedad a Lautaro Olivera. Pero como si tanta muerte y sangre no fuera suficiente, los amigos de las víctimas decidieron buscar a Alderete y ejecutarlo: lo decapitaron y luego lo prendieron fuego.
A grandes rasgos, este es un pequeño resumen de la sangrienta batalla ocurrida ayer en el límite entre los barrios General Pueyrredón y El Martillo, en la ciudad de Mar del Plata. Pero para llegar a este punto hay que remontarse al 30 de abril pasado, fecha en la que Matías Moyano (31) fue asesinado.
Ese día, el joven salió como todos los domingos de la cárcel de Batán para aprovechar su beneficio de salidas transitorias. Iba en moto junto a su novia, cuando de un momento a otro fue acribillado de cuatro balazos. Desde la Policía informaron que un hombre que iba en otra moto se puso al lado y lo fusiló. Los investigadores creen que el crimen estaría vinculado a la venta de droga.
Pero más allá de los motivos, su muerte golpeó de lleno en Alderete, ya que Moyano era su mejor amigo. Los dos habían nacido en Termas de Río Hondo y habían llegado al mismo tiempo a Mar del Plata. Lo cierto es que el hecho generó una ola de rumores en ambos barrios sobre quién podría ser su autor.
Al tener conocimiento de las internas que mantenía Moyano y de las versiones que circulaban por el barrio, Alderete ideó una cruel venganza sobre los que –según él– eran los autores del crimen de su amigo. El domingo a la noche esperó tranquilamente en la esquina de las calles Sicilia y Vidal.
De repente apareció en escena el joven Mariano Lescano (18), uno de los apuntados por el asesinato. Estaba en su Volskwagen Gol Trend Negro, con Chávez como acompañante. Al verlos, Alderete no dudó y disparó contra el auto en varias oportunidades. Una de las balas hirió en la cabeza al adolescente de 15 años. El agresor escapó.
Lescano llevó a su amigo al Hospital Interzonal de Agudos, donde finalmente moriría. Pero el problema no terminó ahí. A partir del ataque se puso en marcha otra venganza que se desarrollaría la madrugada de ayer.
Lescano le comentó lo ocurrido a Falcato y Olivera, quienes fueron a buscar a Alderete a su casa. Allí se produjo otro tiroteo que terminó con los dos jóvenes baleados e internados. Poco tiempo después, Falcato también falleció, mientras que Olivera, herido de gravedad, aún pelea por su vida en el hospital.
Los amigos de Chávez, Falcato y Olivera volvieron a buscar a Alderete. Llegaron al lugar en camionetas y cercaron el barrio, hasta que lo encontraron en una casa ubicada en Sicilia al 7200. El joven de 25 años estaba junto a su novia, cuando se produjo otro enfrentamiento hasta que pudo escapar y esconderse en una casa cercana.
Pero no fue suficiente. Lo encontraron y lo ejecutaron de la peor manera: lo decapitaron y después lo prendieron fuego. Los restos fueron arrojados en el medio de la calle y, según detallaron los testigos, tuvieron que tapar el cadáver con chapas porque los perros se lo estaban comiendo. En total fueron siete horas de un violento tiroteo en el que tres jóvenes murieron, dos fueron heridos y varias casas fueron destruidas.
Los amigos que llevaron adelante la venganza, cercaron y usaron los autos como barricadas para que la policía no pudiera pasar. De hecho, un patrullero que intentó acercarse fue baleado. "Nadie podía entrar. Nosotros tuvimos que apagar la casa que había sido prendida fuego", dijo una vecina al diario La Capital de Mar del Plata.
Intervino la fiscal María Isabel Sánchez. En principio, las muertes de Chávez y Falcato no serán investigadas ya que su autor también fue asesinado. En cambio, los acusados de haberlo decapitado y prender fuego su cuerpo aún están prófugos.