El fiscal Nelson Mastorchio ordenó la detención de seis policías que el pasado 2 de marzo estaban de servicio en la seccional primera de Pergamino. Cinco efectivos ya fueron capturados. El comisario Alberto Donza está prófugo, informaron fuentes judiciales.
Los efectivos fueron acusados por el fiscal de abandono de persona seguido de muerte luego de que un incendio en una de las celdas de la dependencia dejara el saldo fatal de siete detenidos muertos. El delito que les imputan contempla una pena de entre cinco y quince años de reclusión o prisión.
Los integrantes de las fuerzas de seguridad detenidos son los oficiales Alexis Eva, Carolina Guevara y Ezequiel Giuglietti, el sargento César Carrizo y el teniente primero Juan Rodas, en tanto que el comisario Albeto Donza permanece prófugo.
Mastocchio ordenó la detención de los seis policías porque, según él, "no hicieron todo lo posible" para salvar de morir asfixiados a los presos durante el trágico episodio del mes pasado. Los efectivos de la fuerza de seguridad están acusados del delito de "abandono de persona seguido de muerte".
Según trascendió, el episodio se inició con una pelea entre dos presos, que derivó en una requisa y una posterior protesta que dio lugar a una quema de colchones. Al lugar acudieron bomberos, que sofocaron las llamas y encontraron los cuerpos de los presos identificados como Sergio Filiberto, Federico Perrota, Alan Córdoba, Franco Pizarro, John Mario Chillito Claros (de nacionalidad colombiana), Juan Carlos Cabrera y Fernando Emanuel Latore.
En el momento del confuso episodio, los familiares de los presos mostraron algunos de los mensajes que las víctimas mandaron antes de la tragedia que acabó con sus vidas y desacreditaron la versión oficial que señala que el incendio en el penal se inició tras una pelea entre dos detenidos. Flavia Gradiche, madre de Alan Córdoba, uno de los fallecidos, mostró la advertencia que recibió diciendo: "Mamá vení rápido que nos matan la Policía".
El fiscal que investiga la causa realizó una inspección ocular en los calabozos de la dependencia y también se entrevistó con los familiares de las víctimas, a quienes les pidió que guarden las pruebas que tenían en sus móviles. A partir de ello, Mastorchio comentó que iba a "organizar" ese material "para tomar testimonios" a los efectivos de la Bonaerense (PBA) que estaban presentes en el lugar del hecho y que en ese sentido también intentaría "determinar por qué los presos tenían teléfonos celulares en las celdas".
En cuanto a la reconstrucción de los hechos, el fiscal había confirmado que a partir del enfrentamiento ocurrido entre dos de los detenidos, "los policías volvieron a encerrarlos en la celda" y "en señal de protesta, porque querían salir y deambular nuevamente por los pasillos, empezaron a incendiar los colchones".
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