El domingo por la noche, cuando volvía de dirigir el encuentro entre Deportivo Hurlingham y Alvear por la segunda división de futsal, el árbitro de esa categoría y juez de línea de la B Metropolitana, Lucas Cueto Viñas, fue interceptado por delincuentes en la localidad de Merlo.
El hecho se produjo luego de que el hombre dejara a un compañero en la estación de San Antonio de Padua. Allí fue abordado por un Ford Fiesta y una moto: dos hombres armados se subieron a su Peugeot 307.
Durante más de una hora, los secuestradores se comunicaron con la familia de la víctima para fijar un monto para el pago del rescate.
Cueto Viñas permaneció más de sesenta minutos en el asiento trasero del auto y, cuando se encontraban en la localidad de Moreno, los captores lo ataron de manos y lo encerraron en el baúl. Por motivos que aún se desconocen, la banda trasladó a la víctima 58 kilómetros y en la localidad de Carlos Keen, partido bonaerense de Luján, lo dejaron atrapado y huyeron. La Policía lo rescató cerca de las 6 del lunes, tras escuchar los gritos de auxilio que emitía desde el interior del vehículo.
El árbitro fuera de la cancha: el día que se tiró en paracaídas (Youtube)
Tras declarar ante las autoridades policiales y colaborar con la investigación, Cueto Viñas pudo recuperar todas sus pertenencias. En su auto encontró su celular y sus documentos.
En diálogo con Clarín, la víctima relató que fue agredido "con algunos cachetazos" pero aseguró que está bien y que cuando se encontraba dentro del baúl "no escuchaba nada, no sabía qué hacían, ni con quién hablaban. No veía por dónde me llevaban", contó.