En base al testimonio del chofer del colectivo Urquiza en el que viajaba y de una pasajera, pudieron reconstruirse los momentos previos a la captura de Diego Loscalzo, acusado de un séxtuple crimen en Hurlingham. El sospechoso fue detenido a la altura de la localidad cordobesa de Río Segundo.
Loscalzo subió al colectivo sin bolso y se sentó en el asiento número 13. Mientras tanto era intensamente buscado en Villa Lugano, donde vive su madre y había abandonado anoche su moto, y en toda la Capital Federal.
Alertados del prófugo, la Policía de Córdoba paró este lunes la unidad a la que se había subido el sospechoso a la altura de Río Segundo. "No me peguen", fue lo primero que gritó el acusado de la masacre de Hurlingham, quien atinó a encerrarse en el baño del ómnibus.
"Que me perdonen", pedía a los gritos Loscalzo mientras lo subían al patrullero.
Según le relató el chofer de la empresa Urquiza que lo transportaba al medio cordobés La Voz, lo primero que le llamó la atención fue que no llevara ningún bolso, ni siquiera pequeño, para un viaje tan largo. "Venía con lo puesto", indicó.
Además, en diálogo con el mismo medio, apuntó que aunque no lo reconoció en un primer momento lo notó nervioso, tanto al subir al ómnibus en Buenos Aires como en cada parada.
Andrea, una mujer que viajaba en el colectivo, contó sobre el momento en que los oficiales detuvieron la unidad: "Yo le avisé a la Policía que había alguien en el baño que me parecía muy nervioso".
"Siempre vino como durmiendo y se tapaba con una campera de cuero, se la tiraba encima, y se bajaba al baño en cada parada. Cuando el colectivo paró por el control policial, me pidió que lo deje pasar al baño y salió muy apurado. Yo viajé desde Leones hasta acá. Cuando me subí, él estaba ahí. No habló por teléfono con nadie. Tampoco me lo imaginé como sospechoso ni nada", agregó.
Fuentes vinculadas a la investigación precisaron a Infobae que desde esta madrugada la Policía de la Provincia de Buenos Aires tenía intervenido el teléfono del sospechoso. Se comenzó a seguir el rastro, hasta que en un momento el prófugo cambió el chip. A pesar de la maniobra, poco tiempo después sería ubicado nuevamente en Retiro.
Con los datos que se desprendieron del teléfono celular fue que se confirmó que Loscalzo se dirigía a Córdoba y se coordinó con la policía de esa provincia la detención a la altura de Río Segundo.
Loscalzo está acusado de matar a su ex mujer, la agente de policía Romina Maguna; a los hermanos de la mujer, Vanesa y José Maguna; a la madre de los tres, Juana Paiva, y a Darío Daniel Díaz, pareja de Vanesa. Además, hirió de gravedad a Beatriz Lloret, esposa de José Maguna y concuñada del asesino. Lloret estaba embarazada de nueve meses y debido a las heridas el bebé murió.
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