El barrio porteño de Flores volvió a ser el escenario de un crimen. La víctima: un hombre de unos 60 años llamado Pablo Pelisch. Si bien en principio su caso se presentaba como un hecho de inseguridad más dentro de una larga serie, ahora la principal hipótesis que manejan los investigadores indica que su ex mujer estuvo detrás de lo que ocurrió.
El episodio violento sucedió alrededor de las 2 del primer día del año, en Bacacay y Fray Cayetano. Pelisch estaba en su auto esperando a una amiga a la que había ido a visitar. En ese momento, fue abordado por al menos tres hombres que le aplicaron más de 10 puñaladas en el cuerpo y una en el cuello.
Su amiga encontró a Pelisch ensangrentado e inconsciente en el asiento del conductor, dentro de su Mercedes Benz. El hombre fue trasladado al Hospital Álvarez, donde murió mientras era asistido por los médicos de guardia.
En el transcurso del día, efectivos de la Comisaría 50 de la Policía de la Ciudad allanaron la habitación del hotel de Fray Cayetano al 300, donde se aloja la ex mujer de Pelisch. Ella no estaba, pero los investigadores encontraron prendas de ropa manchadas con sangre. Estos indicios fueron reforzados por el testimonio de la madre de la sospechosa, que incriminó a su hija en el homicidio y aportó a la Policía información sobre el resto de los involucrados. Hacia el final del día, un hombre fue detenido mientras que la principal sospechosa -al parecer autora intelectual del crimen- era intensamente buscada.
"Mataron a un hombre honesto. Le dieron varias puñaladas y le cortaron el cuello", dijo María, la mujer a la que había visitado Pelisch. "Quiero justicia, no se puede vivir así", agregó en declaraciones al diario Crónica.
El crimen de Pelisch se convirtió en el segundo asesinato ocurrido en el barrio de Flores en menos de una semana. El lunes pasado, Brian Aguinaco, de 14 años, falleció luego de que dos días antes recibiera un disparo en la cabeza realizado por "motochorros" cuando se movilizaba junto a su abuelo en un auto en la intersección de Asamblea y Robertson. El hecho provocó una violenta manifestación de vecinos que provocaron destrozos en la comisaría 38, con jurisdicción en la zona.
En tanto, en el cercano barrio de Mataderos, el martes pasado, Jonathan Echimborde, de 28 años, murió tras recibir un disparo, presuntamente realizado por policías que perseguían delincuentes, mientras arreglaba una camioneta en la puerta del taller de su padre.
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