Carlos Carrascosa, quien se encontraba bajo prisión domiciliaria acusado de haber asesinado a su esposa, María Marta García Belsunce, recuperó la libertad luego de que un fallo de la Cámara de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires lo absolviera.
Efectivos del servicio penitenciario se presentaron en su domicilio de Luján para quitarle la pulsera electrónica que se utilizaba para fiscalizar que estuviera cumpliendo con la condena en los términos que había fijado un fallo anterior.
"Mi objetivo ahora es conocer quién mató a mi mujer. Esto es un alivio, tengo la grandeza de ser inocente. Nunca me sentí condenado por la sociedad. Ahora no sé qué voy a hacer ni dónde voy a vivir", declaró.
Asimismo, en la puerta de su casa frente a varios medios, contó que no está bien de salud: "Estoy jodido, tengo problemas cardíacos, hepáticos, EPOC y 72 años".
También reveló que hará una demanda por estar tantos años preso y que será querellante en la causa por la muerte de Belsunce.
"No me he sentido condenado por la sociedad, he tenido ocho internaciones y nunca pasé un mal momento y por la calle nunca sentí una agresión. Al contrario, sentí gente que decía 'fuerza carrascosa'", expresó.
El viudo había sido absuelto en el juicio oral por el homicidio de María Marta, ocurrido el 27 de octubre 2002 en su casa del country Carmen, del partido de Pilar, pero condenado a cinco años y seis meses de prisión por "encubrimiento agravado".
Al revisar la sentencia, la Sala I del Tribunal de Casación bonaerense lo condenó a prisión perpetua como "coautor del delito de homicidio agravado por el vínculo".
Su abogado, Díaz Cantón, apeló y llegó hasta la Corte Suprema, que en 2014 dispuso una nueva revisión judicial en virtud de jurisprudencia de tribunales internacionales que garantiza la doble instancia judicial para todos los imputados por delitos penales.
El caso
García Belsunce, socióloga y miembro de la Fundación Missing Children, fue encontrada muerta en la bañera de su casa. Estaba vestida y sumergida en el agua.
Los primeros testigos de la escena pensaron que se trató de un accidente doméstico -o al menos eso declararon-. Pero tiempo después se confirmó que se trataba de un crimen con numerosas hipótesis, varios sospechosos y un móvil que 14 años después es una incógnita.
Tres familiares, un médico, un vecino y una masajista fueron juzgados por su presunta participación en los hechos de aquella tarde lluviosa mientras la atención de la mayoría de los argentinos estaba puesta en los televisores: River y Boca jugaban en el Monumental por el Campeonato Apertura a la misma hora que se cree que se perpetró el homicidio.