Tres mujeres fueron asesinadas a puñaladas por el ex marido de una de ellas, que también atacó a una niña de siete meses y un niño, en una casa de la localidad mendocina de Godoy Cruz, donde otro nene de 8 años logró esconderse y pedir ayuda por teléfono.
El atacante, identificado por fuentes de la investigación como Daniel Gonzalo Zalazar Quiroga, es un profesor de artes marciales de 31 años y oriundo de Santa Cruz que tras perpetrar los crímenes dejó las hornallas de gas de la cocina abiertas y una vela encendida, fue a un hospital a curarse una herida en un brazo y quedó detenido.
Los femicidios fueron perpetrados a las 8:30 de hoy en una vivienda de la calle Entre Ríos al 1600, en el barrio El Trapiche, de Godoy Cruz donde al parecer el atacante mantuvo una discusión con su ex pareja tras lo cual comenzó a acuchillar a toda la familia.
Las víctimas fueron identificadas como Claudia Lorena Arias, de 30 años, la tía de la joven, Marta Susana Ortiz, de 45 años, y la abuela de Arias, Vicenta Díaz, de 90 años.
Además, hirió gravemente a su hija de siete meses que logró ser reanimada por los médicos y quedó internada en el hospital pediátrico Humberto Notti junto a su hermano de 11 años, quien fue intervenido quirúrgicamente, porque presentaba una herida de arma blanca en el tórax y rastros de perdigones.
Los niños se encuentran internados en "estado grave", de acuerdo a lo informado por el director del hospital pediátrico, Raúl Rufeil.
El jefe médico indicó que cuando fueron recibidos por los "médicos de guardia, el niño fue directamente a quirófano y la beba a terapia" intensiva.
"Ellos son hermanastros y hay un tercer chico (de 8 años) que se escondió en el baúl del auto" durante los ataques en la casa desde donde pudo pedir ayuda por teléfono, añadió Rufeil.
El directivo resaltó que la lesión que presentaba la beba "fue intencional. Fue muy certera la herida fue al cuello".
La saña implementada en los ataques también fue resaltada hoy por el ministro de Seguridad de Mendoza, Gianni Venier, quien calificó de "psicópata" al atacante y sostuvo que se trata de "un enfermo, un asesino de veras que produce una masacre". Salazar, quien trabajaba como instructor de artes marciales en el polideportivo del barrio La Estanzuela, huyó del lugar tras los crímenes pero fue detenido en el hospital Central, a donde acudió para recibir asistencia médica bajo la excusa de que había sido víctima de un robo.
El fiscal especial Santiago Garay, a cargo de la investigación, tenía previsto indagar hoy al detenido en la comisaría séptima y señaló que el hombre sería "pareja o ex pareja" de una de las mujeres asesinadas.
Garay coincidió con el ministro Venier en señalar que el atacante dejó "la hornalla de gas abierta y una vela prendida".
Venier remarcó que "no se puede creer esta maldad humana" y sostuvo que se trata de "un asesino, psicópata que no puede alegar ninguna situación violenta". Y, señaló que "esa actitud posterior al delito (de dejar el gas abierto y una vela encendida) es de alguien que tiene pleno uso de sus facultades".