Hoy por la mañana, el cadáver de una mujer encontrado en un descampado de Villa Recondo, partido de La Matanza, era un misterio absoluto. Su identidad era desconocida; estaba semidesnuda, con los tobillos atados, envuelta en una bolsa de consorcio. La autopsia había determinado una muerte por asfixia mecánica, un estrangulamiento, sin signos de abuso sexual.
Poco antes del mediodía, el doctor Carlos Adrián Arribas, fiscal de Homicidios de La Matanza a cargo del caso, todavía no había recibido la devolución del registro de las huellas dactilares de Policía Federal que confirmarían la identidad de la víctima. En apenas una tarde, Arribas no solo pudo reconocer el cadáver: también detuvo a los dos presuntos culpables. Son hermanos, aparentemente enfrentados entre sí. El móvil, para Arribas, según afirman fuentes de la investigación a Infobae, se vuelve obvio: celos.
Beatriz Valencia Parra, de 22 años, boliviana, ama de casa, sido pareja de Nelson Luna Calle, también boliviano, durante varios años. Con él tuvo dos hijos, de 2 y 4 años. Pero, aparentemente, Valencia Parra había roto con Nelson para formar una nueva relación con su hermano José Daniel.
Con este último, Beatriz había tenido un bebé hace apenas un mes, luego de mudarse a mediados de año a Villa Recondo, en una pequeña casa sobre la calle Los Fresnos. El forense que practicó la autopsia incluso remarcó que encontró en la víctima una cicatriz de cesárea fresca y que sus pechos estaban lactando al momento de morir.
Arribas temió que ambos se escaparan a Bolivia, emitió incluso alertas a Migraciones. Tuvo suerte: los encontró directamente en La Matanza, con un rastreo y detención realizada por la Policía Bonaerense. A José Daniel, el fiscal lo halló directamente preso en la DDI local.
El autor material, en cálculos del fiscal, no sería otro que Nelson. Pero su hermano, el viudo, quedó preso como partícipe necesario: Arribas cree que lo ayudó a mover el cuerpo hacia el descampado.
Ambos serán indagados por el fiscal mañana por la mañana.