"Me dieron en el corazón, me muero", le dijo Miriam Coppolillo a su esposo luego de que cuatro motochorros le dispararan mientras festejaba un cumpleaños en la localidad bonaerense de El Palomar. El trágico hecho ocurrió el viernes, cerca de las 20:30, cuando el matrimonio se subió a su Citroën C4 y abandonó la casa de la calle Guaraní al 1500. Minutos después fueron interceptados por delincuentes y sucedió lo peor: la mujer recibió un balazo en el pulmón y murió. Eduardo Cruzans, el marido de Miriam, los persiguió, chocó una de las motos e hizo que la policía detuviera a uno de los ladrones, de 17 años. El resto escapó.
Horas después, la policía logró detener a otro joven de 18, mientras que aún buscan intensamente a los otros dos. El mayor de los dos motochorros fue aprehendido en una vivienda de Villegas al 400. Allí fue secuestrada una pistola Bersa Thunder 40, proyectiles y un chaleco antibalas. El otro detenido, el menor, tenía en su poder una pistola Bersa calibre 9 milímetros.
El caso tuvo una enorme repercusión, al punto que fue uno de los impulsores de la reunión que esta mañana encabezó Mauricio Macri con Patricia Bullrich por los últimos casos de inseguridad que se registraron en el país.
Pero lejos de ser dos jóvenes delincuentes más, la investigación permitió establecer que son parte de una banda de cuatro integrantes dedicada al robo de autos, que reside en el Monoblock 17 del barrio Carlos Gardel, en el oeste del Gran Buenos Aires. La particularidad es que una vez que se apoderan del vehículo, lo usan para vender los neumáticos y el estéreo.
Los detenidos fueron identificados como Joel (17) y "Pony" (18), quien hasta el año pasado jugaba en las inferiores del club Almagro. El menor de los arrestados, por su parte, sabía que era buscado por la Policía y por eso no dormía en el barrio. Incluso, hace pocas semanas había dejado sus estudios secundarios. Lo cierto que la banda del Monoblock 17 es muy conocida en los juzgados de los Tribunales de Morón y cuenta con un amplio historial delictivo. Pero la policía estaba tras sus pasos.
Hace dos semanas hubo allanamientos por robos y homicidios en ese barrio: hubo cinco detenidos, todos integrantes del mismo grupo, mientras que otros tres quedaron prófugos. Fueron denunciados varias veces por sus propios vecinos. La Policía sostiene que hasta hace un año eran un grupo de 30 jóvenes, pero hoy sólo quedan no más de diez. A principios de septiembre, dos integrantes fueron heridos de bala. Uno murió y el otro quedó en estado vegetativo, precisó Clarín.
Los que aún quedan libres paran en uno de los banquitos construidos por el Municipio de Morón. Las motos sólo las usan para salir a robar autos y celulares. Consumen pastillas con alcohol y cigarrillos de marihuana mezclados con cocaína. Ninguno supera los 21 años. Suelen gastar el dinero que obtienen en costosas zapatillas y salidas a bailar y publican sus "hazañas delictivas" en Facebook.
Están enfrentados a los chicos de Monoblock 15, en el marco de una reconocida pelea de ladrones que marcó la vida del barrio durante generaciones. El líder de la banda es un adolescente con libertad domiciliaria y que se moviliza en silla de ruedas. El menor fue herido en un tiroteo con la Policía. Su hermano, también del grupo, perdió una pierna en un accidente en moto. Hay otro que fue herido de bala mientras probaban un arma.
Además de romper el "código" de no asaltar a sus propios vecinos del barrio Carlos Gardel, la banda opera en Ramos Mejía, Caseros y El Palomar. Empezaron robando en las paradas de los colectivos, hasta a los automovilistas que circulaban por las calles que bordean el barrio. Se autodenominan también como "La Mafia" y entre sus víctimas hay otros ladrones. Dentro del mundo del hampa son conocidos por quebrar una serie de códigos, lo que les genera gran cantidad de enemigos.
"Esto los transformó en 'antichorros' en las cárceles. Es por eso que no son bien recibidos en ningún penal. Ellos saben que los están esperando", dijo una fuente al diario.