Son siete en total, tienen entre 15 y 19 años y jamás pensaron en las terribles consecuencias del evento clandestino que organizaron con tanta anticipación. Se trata de los convocantes a la fiesta "Proyecto XXX" que se llevó adelante en Moreno y que dejó como resultado un adolescente asesinado de un balazo de un el pecho.
Según confiaron fuentes de la investigación a Infobae, en su declaración ante la Justicia los jóvenes aseguraron que su objetivo "nunca fue ganar dinero" y que por ese motivo no cobraron la entrada. Aseguraron, además, que alquilaron la quinta para la fiesta pero que "jamás pensaron que se iba a presentar tanta gente".
Esta versión contrasta con los dichos de los asistentes, quienes afirmaron que tuvieron que pagar un ingreso para participar del festejo. Tampoco coincide con los mensajes que circularon en redes sociales antes de la tragedia, donde los jóvenes palpitaban la fiesta de la primavera como un evento masivo.
Los organizadores precisaron que se contrató el servicio de un micro para "levantar gente" y que la seguridad en el interior del predio y en la entrada estuvo a cargo de padres y familiares, "quienes no cobraron un peso". Tampoco le pagaron al Disc Jokey, aseguraron.
El punto más llamativo de sus dichos está vinculado con el expendio de bebidas. Dicen que no vendieron tragos, pese a que hay registros en redes sociales en donde convocaban a una fiesta de "alcohol, armas y drogas".
"No ropa deportiva, no armas, no botellas de vidrio, no problemas, van a ver sorpresas para nuestros amigos", decía -según dijeron- la invitación para la fiesta. Además, en ella aclararon que "no se cobraba la entrada" y que "sólo debían llevar lo que tomarían durante el transcurso del evento". Sin embargo, otros testigos contaron que en el interior de la fiesta había jóvenes que portaban armas de puño y navajas.
Durante el peritaje aparecieron puñales, facas caseras, barras de fierro, picanas, botellas y piedras. También encontraron balas de revólver y vainas de pistolas de distintos calibres.
Los jóvenes que concurrieron a la fiesta en Moreno llegaron en colectivo, autos y motos. Algunos de los vehículos estaban estacionados afuera de la quinta y les permitieron a muchos de los chicos huir del lugar con mayor rapidez. La fiesta denominada "Proyecto XXX" terminó con una batalla campal entre grupos antagónicos de jóvenes.
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