Diego Rodas (43), un verdulero de la localidad bonaerense de Ituzaingó, se transformó en una nueva víctima del Conurbano sangriento. Todo ocurrió anoche, hacia las 22 en la esquina de Lomas de Zamora y Saldán, cuando el hombre y su familia salían en su auto de la casa de su suegro, ubicada en la calle El Delta al 2300.
En pocos segundos fueron sorprendidos por al menos tres delincuentes armados quienes pretendían robar su auto, un Volkswagen Vento. Según trascendió, la banda estaba huyendo de un asalto que había cometido en la zona de Tres de Febrero, donde habían robado una camioneta.
Al verse increpado en medio del raid delictivo, Diego intentó acelerar su vehículo para escapar, pero los ladrones llegaron a dispararle al menos dos veces. Herido, el hombre logró doblar la esquina pero se desvaneció. En el medio de la balacera, su esposa -Virginia- fue herida en una mano, mientras que su bebé recién nacido resultó ileso. Los delincuentes finalmente huyeron corriendo sin llevarse nada.
La mujer fue trasladada hasta un centro médico cercano, donde quedó internada, en estado de shock, aunque fuera de peligro. Tomó intervención la comisaría segunda de Ituzaingó, donde se instruyeron actuaciones por "homicidio en ocasión de robo y lesiones".
A la esposa hace unos meses –cuando estaba embarazada– la asaltaron unos motochorros en la esquina de la casa. Ella les entregó todo y les pidió que no le hicieran nada. Los tipos igual la golpearon en la panza.
Según contó Virginia, eran dos o tres delincuentes. Lo cierto es que Juan era conocido y muy querido en el barrio. Estaba a cargo de un negocio que heredó de su padre y toda la vida estuvo en Ituzaingó.
"Murió adentro del auto. Era un pibe laburador", dijo una vecina, quien dio cuenta de la grave situación de inseguridad que atraviesan en el barrio. "Queremos seguridad como piden todos, pero no pasa nada. Quiero que encuentren a los asesinos y haya justicia por Diego", dijo la mujer.
La inseguridad no da tregua
Con este, ya es el tercer crimen de un padre frente a su familia en menos de una semana en el conurbano. El domingo, un hombre de 50 años murió tras ser baleado por delincuentes que lo balearon cuando intentó resistirse al robo de su moto, en Temperley. A la víctima le dispararon delante de su hijo, de 10 años.
Todo pasó cerca de las 16:30, cuando Guillermo Simeonoff (50) viajaba junto a su hijo en una moto Honda XR Tornado. Habían salido a dar una vuelta. En la esquina de la avenida Almirante Brown y Cangallo, el hombre se detuvo en un semáforo. Allí fue interceptado por dos motochorros que lo amenazaron para que le entregara la moto.
Según relató el propio nene, Simeonoff habría intentado defenderse del robo y le dispararon. Fue herido en el tórax y en una pierna. Los ladrones se escaparon con las dos motos.
La semana pasada, la víctima fue Juan Ignacio Tejero. Un joven de 22 años que había sido padre hacía apenas tres semanas. Fue ejecutado por dos delincuentes en Lanús que lo abordaron para robarle el auto en el que se desplazaba junto a su mujer Alejandra y su bebé.
La víctima recibió dos disparos y los atacantes huyeron sin concretar el robo. Lo increparon cerca de las 21 de este lunes en la intersección de las calles Colombia y Santiago Plaul, partido de Lanús, frente al domicilio de Gustavo, suegro de Juan.
Semanas atrás, el municipio fue escenario del asesinato de Nicolás Gamboni, hijo de la dirigente massista Claudia Serapio. La noche del 19 de agosto, fue sorprendido en la calle por dos malvivientes que, armados a bordo de una motocicleta, lo interceptaron a punta de pistola para robarle el teléfono celular y con un disparo se llevaron su iPhone.