En mayo último, Z.R, un comerciante chino con domicilio porteño, conoció una mujer a través de la red social de citas Badoo y acordó un encuentro romántico en la zona de Wilde, sobre la calle Crisólogo Larralde. Al llegar, estaba la mujer, pero acompañada de varios hombres: Z.R fue golpeado y obligado a entregar las llaves de su casa para luego ser desvalijado. El comerciante luego hizo la denuncia correspondiente, que recayó en el Juzgado de Instrucción N°19 a cargo del doctor Javier Slupski bajo la carátula de "robo y privación ilegítima de la libertad".
El hecho que sufrió Z.R y que disparó la causa no fue el único: el Juzgado de Garantías N°10 y la UFI N°2 de Avellaneda apilaron otros dos delitos al expediente. Mismo modus operandi, misma carátula: citar por Badoo con un señuelo, golpear y robar. Drogar a sus víctimas para atontarlas también era parte del proceso. En el día de ayer, en un operativo a cargo de la división Robos y Hurtos de la PFA, según confirmaron a Infobae fuentes judiciales a cargo de la causa, la banda finalmente cayó. Z.R pudo señalar el lugar exacto en Wilde donde fue citado por la mujer: la puerta fue derribada con un ariete.
Junto a otros cinco allanamientos en Capital y la zona de Bernal, seis hombres de 30 a 60 años de edad fuero detenidos, todos de nacionalidad argentina. Uno de ellos tiene un pedido de captura vigente por secuestro extorsivo en un juzgado federal de Lomas de Zamora.
Lo incautado en el operativo dio la idea tanto a la Justicia como a la PFA de una banda altamente organizada: se encontraron tres vehículos, incluida una camioneta utilitaria donde posiblemente transportaban a sus víctimas, varios precintos para maniatar víctimas, guantes de látex, sogas y cintas de embalar, una pistola calibre .45 y varios celulares. La hipótesis de que le administraban calmantes por la fuerza a sus cautivos tiene respaldo; gran cantidad de blisters de psicofármacos como Alplax y Lexotanil.
En la lista, hubo un hallazgo al menos inquietante: varias pinzas odontológicas y tres dientes. La duda es obvia: ¿la banda le arrancaba los dientes a sus víctimas a modo de tortura?
El modus operandi de la banda, por otra parte, coincide exactamente con el robo que sufrió este lunes último un comerciante de 57 años dedicado al rubro de bijouterie, que también concertó una cita por Badoo para luego ser drogado, golpeado en la cara y atado a un sillón. Fue finalmente liberado en Avellaneda y deambuló hasta San Telmo, donde lo asistió personal de la Policía Federal de la Ciudad. Con sus llaves, dos ladrones ingresaron a su casa en Balvanera, donde estaban su hija y su hermana, para llevarse un botín poco significativo. El caso quedó en manos de la Fiscalía de Instrucción N°35: la Justicia deberá determinar si la banda detenida ayer es la responsable de este golpe.