Para Mariano Germán Salomón, "El Gitano" era seguramente un apodo un poco más glamoroso que "El Gordo", su mote más común. En diversas escuchas, los otros miembros de Los Monos de Rosario lo llamaban "Gitano" por un motivo simple: su mujer era miembro de esa comunidad. Y para ser un aparente segunda línea en la estructura de la banda narco más célebre de la Argentina, tenía presuntas responsabilidades bastante altas.
Con línea directa a la familia Cantero, el clan que es el corazón operativo de Los Monos, Salomón fue padrino de uno de sus hijos. Se sospecha que no solo se dedicaba a lavar el dinero de los Cantero con la compra-venta de autos, sino que también fue parte central de las vendettas luego del asesinato de Ariel "El Pájaro", la mayor cabeza de la organización. Información del Ministerio de Seguridad indica que la Justicia rosarina busca su testimonio por 20 homicidios, además de estar buscado en la megacausa por asociación ilícita a cargo de la jueza de instrucción Alejandra Rodenas que investiga lo que queda de la banda.
Salomón era, precisamente, el último prófugo jerárquico de la banda, luego de la detención de Ramón "Monchi" Machuca Cantero, a quien reportaba directamente: se mantuvo prófugo durante tres años. Cayó ayer en Lomas del Mirador, en un operativo conjunto encabezado por las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) de la Policía santafesina junto a la Unidad Federal de Investigaciones Federales y el grupo GEOF de la PFA. A Salomón, "El Gitano", fue precisamente una pista gitana lo que le costó caer preso.
Información policial a la que accedió Infobae indica que el TOE se acercó a la Unidad Federal de la PFA en busca de asistencia para capturar a Salomón con un dato certero: miembros de la comunidad gitana lo estarían protegiendo. Así, la Unidad Federal comenzó el miércoles pasado un esquema intensivo de escuchas telefónicas bajo orden judicial y tareas de vigilancia sobre un teléfono en Santa Fe y otro en Buenos Aires. Así se logró identificar una línea que usaba Salomón.
El análisis de antenas telefónicas, complementado con tareas de campo, dio su ubicación exacta: un domicilio en la calle Hernandarias de Lomas del Mirador. Salomón jamás salía de la casa, pero no estaba solo; se descubrió que dos hombres le oficiaban de custodios y mandaderos. Comenzó una vigilancia encubierta alrededor de la casa. Así llegó la orden de allanamiento desde el juzgado de la doctora Rodenas en Santa Fe, con un exhorto enviado al Juzgado Federal N°2 de Morón, a cargo del doctor Jorge Rodríguez.
Cuando el GEOF irrumpió junto al TOE encontró a dos hombres que también fueron detenidos. Salomón estaba en la terraza. Había una pistola Bersa Thunder en el techo de la casa vecina; el prófugo la había descartado mientras trataba de huir. El arma, por su parte, tiene una historia interesante: el número de serie reveló un pedido de secuestro de enero de este año de una empresa de seguridad platense. Se encontraron en la casa también una mochila con varias balas calibre .40, tarjetas de celular, teléfonos y una máquina cuentabilletes. Además, tres autos, entre ellos un BMW.
Hoy, Salomón espera la definición de su traslado en una celda de la Superintendencia de Investigaciones de la PFA en Madariaga y General Paz.