Durante la tarde de ayer, Alan Marcial Villalba esperó sentado en la Alcaidía de los Tribunales de Talcahuano la novedad básica para todo preso: saber qué penal se encargará de alojarlo, algo que la regla de cupo decide. Ante la duda, Alan trató de adelantarse; pidió a través de su abogado defensor ir a la cárcel de Ezeiza para estar cerca de su padre, Miguel Ángel, alias "Mameluco", uno de los delincuentes más famosos de los últimos 20 años, condenado a 23 años de cárcel por ser el mayor capo narco de la historia de San Martín. Alan se parece a su padre; tiene los mismos ojos, los mismos pómulos, la misma piel y nariz. También tiene la misma imputación.
En la mañana de este miércoles, Alan cayó preso en un operativo de 29 allanamientos realizado por la división Drogas Ilícitas de Lomas de Zamora de la Policía Bonaerense luego de diez meses de investigación del Juzgado Federal N°1 con el doctor Patricio Santa Marina y su equipo, en una causa originada por un testigo de identidad reservada. A Alan se lo acusa de ser co-partícipe de una organización dedicada a la venta de drogas, la misma calificación que comparten los otros 13 detenidos del operativo. Y drogas es lo que se encontró: 42 kilos de marihuana y 11 kilos de cocaína boliviana, fraccionada en 12 mil dosis listas para la venta, junto a otros 7 kilos de sustancias de corte para continuar el estirado. Se encontraron también armas de alto calibre, 133 mil pesos en efectivo, 74 celulares, máquinas termoselladoras y seis autos de alta gama.
Sin embargo, a pesar de la acusación colectiva, todos los detenidos no tienen la misma responsabilidad en los cálculos del juez Santa Marina. Tal como a su papá, el Juzgado Federal N°1 le imputa a Alan el rol de jefe. Una voz clave en la investigación apunta a Infobae: "Alan era frío, calculador. El negocio de los Villalba es como una PYME, y él tomó el control". No es el único hijo de "Mameluco" preso por drogas; en junio del año pasado, su hermano Iván Gabriel fue condenado a más de 8 años de cárcel en Entre Ríos por transportar 80 kilos de marihuana.
Escuchas telefónicas y diversos seguimientos le revelaron al juez del caso la forma de operar de Alan. Con apenas 23 años de edad, el hijo de "Mameluco" Villalba se movía como un auténtico capo. Alan no se ensuciaba las manos, por así decirlo. Otra voz en el expediente asegura: "Alan no tocaba droga. No iba a los lugares de fraccionamiento, pero estaba encima de todo. Daba directivas, tenía plena información de cuentas y movimientos. Manejaba a la gente en la villa 18 de Septiembre en San Martín, donde 'Mameluco' siempre operó. Todos lo respetaban".
Irónicamente, el joven está registrado en la AFIP como kioskero; un kiosko, según fue revelado por las pesquisas, es uno de tres negocios aparentemente lícitos que tiene la familia y que serían un frente para otras actividades. Cuando fue detenido en su casa en la zona de Carlos Spegazzini, la Policía no le encontró ni un gramo de estupefacientes. Nerina Ramírez, su concubina y madre de su hija de un año y seis meses, también fue presa junto a él. Se la acusa de ser su cómplice de una forma bastante menor, atendiendo teléfonos cuando Alan no estaba. Al contrario del hijo de "Mameluco", Nerina recuperó la libertad horas después de ser arrestada.
Alan hablaba casi exclusivamente con un presunto lugarteniente, Martín Rodríguez, alias "Pony", que se encargaba de recibir las ordenes fue detenido en uno de los allanamientos. Hay otros dos detenidos, de apellido Debórtoli, padre e hijo, que cayeron en un lugar muy distinto a puntos como la Villa 18 de San Martín: fueron capturados en su casa de estilo moderno en el corazón de un barrio privado en la zona de Villa Rosa, Pilar. Ambos fueron señalados como los supuestos proveedores de la banda; se les encontraron 30 kilos de marihuana.
Desde el expediente, se habla de seguimientos encubiertos y pinchaduras telefónicas que vinculan a los Debórtoli con Alan para cerrar tratos en estaciones de servicio con adelantos por lotes narco de hasta 500 mil pesos, algo que la defensa del joven niega.
Diego Storto, el abogado que representa a Villalba hijo, vio a su cliente ayer en la Alcaidía de Tribunales. El defensor asegura: "Es un joven que no es como lo describen. No tiene antecedentes, nunca fue requerido por la Justicia. No se le encontró droga en su casa, no hizo entregas de nada. Solo carga el mote de llamarse Villalba". Por lo pronto, Storto espera para avanzar en su estrategia la resolución de la situación judicial de Alan, que Santa Marina resolvería dentro de diez días.