"Gozamos del privilegio de tener un héroe que no necesita maquillaje. Nos falta dar la talla", dijo Gustavo Gorriz, director editorial de esta obra colectiva que reúne el trabajo de historiadores, ilustradores, diseñadores, guionistas y editores.
"Argentina merece un destino mejor. Hay una gesta por venir, casi tan importante como la del pasado que hoy recordamos. Un 30 por ciento de pobres en Argentina lo merecen", agregó Gorriz, director de la revista DEF y vicepresidente de la Fundación TAEDA, en la presentación del libro Bicentenario del Cruce de los Andes. Historias ilustradas de la gesta sanmartiniana, que, en concordancia con el tema, tuvo lugar en el Regimiento de Granaderos a Caballo.
El equipo que realizó esta obra, de muy cuidada edición, fue coordinado por la doctora en Lingüística Andrea Estrada que, según sus propias palabras, actuó como "una directora de orquesta" de este amplio y heterogéneo grupo, integrado además por Virginia Gallino (diseño gráfico), Armando Fernández (guión), Sergio Ibáñez (ilustraciones), Ezequiel Abásolo y Sergio Toyos (asesoramiento histórico), Ignacio Bello (infografía) y Rocío Fernández (letreado).
También hubo agradecimientos para la Sociedad Militar "Seguro de Vida" y para el Instituto Nacional Sanmartiniano.
Gorriz recordó el compromiso de TAEDA, "una editorial pequeña pero vigorosa", con Argentina y "con la generación de una agenda para el país".
"La idea fue ilustrar la gesta en el género de la historieta –explicó a su turno Andrea Estrada-. El relato está ordenado en 12 capítulos, que se completan con infografías y documentos, y contamos con la supervisión de Diego Alejandro Soria, ex presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano".
"La edición, como la traducción, cuando está bien hecha, no debe notarse", señaló Estrada con orgullo.
El historiador Ezequiel Abásalo reseñó la personalidad de San Martín a través de la visión de historiadores y de testigos de su gesta.
Por último, el anfitrión, Oscar Armanelli, jefe del Regimiento de Granaderos a Caballo, rindió homenaje a los hombres que formaron el Ejército de los Andes y acompañaron al Libertador en su Campaña.
"Su mayor esfuerzo lo dedicó (San Martín) a organizar el ejército -escribe Diego Alejandro Soria en el prólogo de esta obra-. Por primera vez en nuestro país se puso en ejecución una especie de servicio militar obligatorio, para poner bajo las armas a la mayor parte de la población masculina en condiciones de prestar servicios. Le dedicó particular atención al campo de la conducción militar, lo que hoy se llama 'logística', que estaba muy descuidada en los ejércitos dela época, aun en los europeos. Ello le permitió cumplir la hazaña del cruce de la cordillera a un costo ínfimo de bajas".