Más datos se suman a la escalofriante causa que investiga los abusos sexuales a menores hipoacúsicos en la sede mendocina del instituto religioso Antonio Próvolo. Un joven de 20 años, la víctima número 18 que testificó ante la Justicia, confirmó la muerte de un alumno y detalló que lo abusaron tantas veces que ya no recuerda la cantidad.
La víctima viajó a Mendoza para aportar este viernes su testimonio en Cámara Gesell ante el fiscal Gustavo Stroppiana, donde aportó aberrantes detalles que no dejaron de sorprender a las autoridades. Según indicaron fuentes judiciales al diario UNO, su relato fue bastante claro pese a su hipoacusia.
El ex alumno del instituto confesó que era atacado sexualmente, luego lo ataban y lo golpeaban hasta que se desvanecía y cuando despertaba lo volvían a vejar. Y apuntó contra las personas que ya están imputadas en la causa, en la mayoría de los casos contra los empleados José Luis Ojeda, de 50 años y Armando Gómez, de 46. También recordó que en una ocasión fue atacado por el cura Horacio Corbacho, de 56 años.
Otro dato notorio fue que también señaló aproximadamente a seis personas que si bien no abusaron de él, sabían de la situación. Fuentes judiciales detallaron que se trata de un clérigo ya fallecido y de cinco no religiosos.
El testimonio confirma en forma directa lo que la querella viene tratando de reconstruir desde hace varios meses: el presunto encubrimiento y complicidad a través del silencio por parte de autoridades y personal del establecimiento.
La víctima también habló de una muerte que ya habían mencionado de forma indirecta otros dos testigos. Se trata de un alumno que caminaba por el techo del albergue y cayó al suelo, perdiendo la vida al instante.
El hecho habría ocurrido en 2004. Según comentó el joven ante la Justicia, fue testigo directo de ese trágico accidente y el cura Nicola Corradi, de 82 años, lo castigó apartándolo del resto de sus compañeros y dejándolo encerrado, algunos días sin comida. Además, existe el agravante de que ningún documento de los revisados por las autoridades existe constancia del deceso.
Ubicar a la víctima número 18 no fue tarea fácil para los investigadores. Varios alumnos lo habían sindicado por nombre y apodo, pero las autoridades no lograban contactarlo ya que, a mediados de 2009, el joven salió del instituto y se fue a vivir a otra provincia. "No tiene Facebook y ningún tipo de contacto con sus ex compañeros", graficó una fuente judicial.
La Defensoría de las Personas con Discapacidad de Mendoza investigó durante varios meses y logró contactar al joven, quien aceptó contribuir en el expediente. Viajó esta semana para realizar su declaración, la cual se consumó este viernes durante un lapso de siete horas y ahora volverá a su lugar de residencia.
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Con información de la agencia NA