Tragedia en Mendoza: un sobreviviente escuchó al chofer gritar "¡Me quedé sin frenos!"

Se trata del testimonio de David Sosa, uno de los profesores de la escuela de danza Soul Dance, según relató su hermano Claudio ante la prensa. En los próximos días se realizará el peritaje sobre el micro del accidente

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A medida que pasan las horas y aparecen nuevos testimonios de los sobrevivientes, se empiezan a esclarecer nuevos detalles sobre el misterio del vuelco del micro en San Rafael, Mendoza, que se cobró la vida de 15 personas. Si bien en la tarde del lunes, las versiones de una madre y de un estudiante de danza apuntaban a un exceso de velocidad por parte del chofer del ómnibus, hoy salió a la luz la palabra de un joven que puede ayudar a dar un nuevo giro en la investigación.

Claudio Sosa es el hermano de David, un joven que se desempeña como profesor de la escuela de danza Soul Dance y que era reconocido como la mano derecha de Claudio Giménez, el director de la institución.

Claudio habló con el canal TN y brindó un dato revelador, respecto a lo que le dijo su hermano: "Pude hablar diez minutos con él. Lo único que me dijo que se acuerda del accidente es que escuchó que el chofer gritaba '¡Me quedé sin frenos, me quedé sin frenos!', lo dijo dos veces", explicó el joven.

Así, parece encontrarse explicación a los testimonios anteriores de Graciela Corvalán, una de las madres que acompañaba a la delegación de estudiantes, quien había afirmado que el conductor "aceleró como si fuera a suicidarse", o el de Brian Urueña, otro de los bailarines, que se alertó por la alta velocidad con la que se desplazaba el ómnibus.

Precisamente, los testigos relataron que minutos previos al vuelco, el chofer Damián Pinelli detuvo el vehículo y se bajó del mismo para revisar un posible desperfecto técnico.

David Sosa es profesor y
David Sosa es profesor y la mano derecha de Claudio Giménez en Soul Dance

Junto a David viajaba la madre de ambos, que lamentablemente fue una de las 15 personas fallecidas. En cambio, el joven profesor de la escuela salió despedido por una de las ventanillas pero apenas sufrió heridas leves en su cabeza.

"Tuve una charla muy corta porque él estaba muy sedado, con antidepresivos. Él se sentía muy culpable por lo que le pasó a mi vieja", añadió Claudio Sosa en su relato.

El joven especificó que la madre acompañaba en los viajes a David siempre y cuando podía. Ya habían hecho juntos cinco viajes y representaban los momentos más felices en la vida de su hermano.

Sosa admitió que ningún integrante de la delegación dudó sobre la empresa de transporte que los trasladaba. Tampoco llegaron a sospechar siquiera que el micro no contaba con la habilitación necesaria como para circular.

Se espera que los peritos realicen las inspecciones correspondientes sobre el micro en los próximos días, con la esperanza de poder determinar si, efectivamente, el ómnibus había sufrido una rotura en sus frenos justo antes del siniestro.

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