Lleva 51 años ejerciendo el periodismo incansablemente: "Es una vida excitante, fascinante, durísima y riesgosa, pero es lo que uno ha elegido". La vocación era variada: quiso ser corredor de autos, médico y cantante de tango. Tuvo sus inicios en La botica del Ángel de Bergara Leumann hasta que sus jefes en la editorial se enteraron y lo hicieron elegir. El resultado es conocido por todos.
Se formó a sí mismo. Fue responsable de múltiples medios gráficos, portales de noticias, conductor radial y creador de numerosos programas televisivos. Hoy conduce Primera edición, por Crónica TV, alterna sus tardes entre Radio Belgrano y Pamela a la tarde, y luego hace Polémica en el bar. Como si fuera poco, una noche por semana asiste religiosamente a Intratables.
¿Elección o necesidad? "Ambas" responde Chiche: "En esta época uno no puede quejarse de tener trabajo. A mí no me fue bien en los últimos tres años en materia empresaria. Es complicado". Así explica por qué con su trayectoria y a los 73 años mantiene una rutina agotadora que comienza a las 5 de la mañana todos los días.
Entre programa y programa, indefectiblemente se hace una escapada a la casa que comparte con su mujer desde hace 40 años, Cristina Seoane. Juntos son padres de Federico (37), María (35) y Magui (30), y abuelos de cuatro nietos de entre 2 y 9 años. La fórmula, explica, es renovar los votos cada día:"Es un laburo. En cuanto vos te relajás, no sirve. Te tenés que re enamorar a diario".
El modelo fueron sus padres, que estuvieron 64 años casados: "Te diría que hasta se calentaban, a mí me daba vergüenza porque se besaban en la boca y los padres no se besan en la boca". Hoy mantiene su ejemplo y sigue besando en la boca con su mujer.
En esta charla Chiche Gelblung habla de todo, la decepción que siente con Mauricio Macri, el dolor por el presente del país, su ideología comunista y los momentos más emotivos de su carrera. Además, compara a Lanata con una señora de Barrio Norte y asegura que si Tinelli no pudo con la AFA, menos podría ser presidente. A continuación, las principales definiciones de una charla imperdible (que puede verse completa al pie).
Sobre el periodismo:
—Veo a las nuevas generaciones culturalmente flojas de papeles. La tecnología es un instrumento muy importante y la manejan con mejor ductilidad. Lo que veo difícil es la formación, son bastante más brutos de lo que fuimos nosotros.
—La calle es el único periodismo real. Las redacciones son apasionantes, me encanta pensar las notas, y soy bastante buen editor, pero me divierte la calle, me encanta estar con la gente.
—Reconozco que periodistas como [Bernardo] Neustadt son tipos que han dejado un sello histórico. No por su etapa de televisión solamente, el tipo escribía sus crónicas diarias en El Mundo que la gente no tiene idea que existía hace 50 años. Horacio de Dios, Esteban Peicovich, tipos que realmente tenían plumas e investigaciones maravillosas. No puedo admirar contemporáneos. Lanata me parece un periodista importantísimo, pero lo veo un poquito como una vieja de Barrio Norte. Demasiado oficialista, quejándose mucho de Cristina. Cristina es un fenómeno muy argentino, hasta en su conducción.
—El estrellato de Víctor Hugo fuera del fútbol no lo termino de entender. Es un tipo que tiene muy buena capacidad de palabra, comunicación, todo. Para mí fue el mejor relator de fútbol de la historia, no tengo ninguna duda. Pero sus opiniones políticas no me interesan, no le veo una visión social interesante.
—Brancatelli en los Martín Fierro fue un boludo, se lo puedo decir tranquilamente en la cara. Por supuesto que tiene que seguir en el canal. Es una boludez, cualquiera comete un error. Es joven. Me dio vergüenza ajena. Una cosa indigna de un chico inteligente.
Sobre la actualidad del país
—Argentina es un país que duele. Duele porque podríamos estar mucho mejor, porque vivimos de crisis en crisis. Cuando Macri propone no perder el tren de la historia en la campaña, yo de algún modo le creí. No lo voté igual pero creí en esa posibilidad. Y lo perdemos el tren de la historia, estamos muy atrasados.
—Me preocupa estar a contramano del mundo, todavía tenemos problemas que no podés creer que alguien los viva. Estamos a nivel social realmente en una etapa casi te diría africana; no es ofensivo, África está tres siglos atrasada, va corriendo la historia de atrás.
—Hay gente que vive en la Edad Media, gente que hace sus necesidades en un pozo. No en la Puna, acá a cinco minutos del Obelisco.
—El asesinato del nene de tres años debió haber sido un punto de inflexión en la realidad social de la Argentina, y no pasó nada, a las 24 horas nadie hablaba del tema.
—Todo se naturaliza. Que maten a un chico de tres años es natural. Que te tiran al piso y te apunten por un reloj es natural. Que haya 17 días de paro docente en la provincia de Buenos Aires, casi cinco millones de chicos que no pueden estudiar y nunca van a recuperar los días perdidos. Esto es lo que preocupa, que se naturalice que tenemos 30% de pobres.
—El Congreso se ha vuelto muy periodístico, trabaja sobre la coyuntura. Sale el 2×1, que produjo una gran indignación, en 24 horas armaron una ley y la votaron, ya está, listo, se terminó. Si hubiera pasado algo con un chiquito de tres años, hay que bajar la edad de imputabilidad.
—No creo que haya que bajar la edad de imputabilidad, es un delirio. Vamos a tener cárceles con chupete dentro de poco. Vos podés bajar la edad del delito si tenés instituciones que le den la cobertura a eso.
—Las cárceles son escuelas de delito. Para los más chicos ¡ni hablar! Los institutos de menores son orfanotrofios, es una cosa terrible, es enfermante, no podés creer que puedan vivir en esas condiciones: cucarachas, ratas, maltratos, humedad, agua. No existen.
—Del Ni Una Menos me parece buena la intención, me complica la ejecución. Hay un tinte político. Se ha convertido en una batalla desordenada. Obviamente, nadie quiere que maten a ninguna mujer ni nadie quiere perder a una mujer, es un drama que tenemos los argentinos. Pero no me gusta el estilo del movimiento, no me gusta que participe gente a la que no le creo. Es como una militancia rara, yo adhiero a todos sus postulados, no me gusta el sistema.
—El escrache es una de las cosas más espantosas que he conocido. A quien sea. Es un sistema fascista insoportable, no tolero que le digan a [Carlos] Zannini nada, no tolero que lo molesten a [Axel] Kicillof. Siempre me molestó. Más allá de haberlo sufrido, me jode muchísimo. La verdad que es un mecanismo horrible, antidemocrático, un desastre.
Macri y Cristina
—Macri ha sido una gran frustración, te lo digo sinceramente. A lo mejor tiene tiempo todavía de revertirlo, pero para mí es una gran frustración. Lo que dejó el gobierno anterior era una gran desazón. Vos tenías la oportunidad de hacer una propuesta épica, demostrar que podés hacer grandes cosas. No lo hicieron y se perdieron la oportunidad histórica. Cuando hablo de propuesta épica, no es que vas a hacer una revolución: agrandá la General Paz, hacé dos General Paz. No puede ser que vos tengas que tardar entre Belgrano y el Centro dos horas, es un delirio.
—El gobierno necesita a Cristina candidata. La polarización es un elemento político importante. Sí, yo creo que la necesita: la inventó y la provoca cada vez más.
Su ideología:
—Me defino dentro de la izquierda. Yo soy un comunista genuino, no de la militancia porque nunca milité, pero entiendo la diferencia y me molestan ciertas cosas que no se entienden de la izquierda. La gente cree que son reivindicaciones de tipo teóricas pero son muy concretas.
—Los representantes de la izquierda argentina son muy truchos. La izquierda, para ser izquierda desde el punto de vista intelectual, tiene que tener una épica, la política sin épica no existe. Tenés que tener un proyecto superador, mejorador, que tenga un sentido aglutinante, y la izquierda tiene horizontes chiquitos. En el mundo hay cambios que están ocurriendo y estamos llegando tarde al capitalismo. Ya hay una etapa pos capitalista que es bastante más parecida a lo que uno hubiera querido. El capitalismo está en una crisis total, terminal, y no hay reemplazo.
Marcelo Tinelli:
—No está bien Tinelli. Él dice que tiene ataques de pánico, ese tema de la voz son ataques de pánico y no me llama la atención. No asimiló el 38-38 de la AFA. Él creyó que nada podía pararlo en cuanto a sus intenciones de ser presidente de la AFA. Esta pavada de que no descarta ser presidente de la Argentina es una respuesta histérica, casi maníaca. ¿No pudiste ser presidente de la AFA y pensás que podés ser presidente de la República?
—Tinelli es uno de los cinco tipos más poderosos de la Argentina sin ninguna duda, a nivel de cualquier representante político. Y no pudo ser presidente de la AFA. Que te gane una pulseada Chiqui Tapia es muy deprimente para Tinelli. Para la política le falta la estructura. Vos en Argentina no podés ser presidente sin una estructura. Las elecciones se ganan con aparato. Vos podés existir, figurar, pero nunca el rating da voto, todos los que confundan rating con voto están totalmente equivocados.
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