María Victoria Camuyrano, de 44 años, vive en Barrio Norte junto a sus hijas de 9 y 10 años. Hoy a las 14 deberá viajar a la ciudad de Virginia por orden de la Corte para restituir a las menores a su padre, que tiene una causa abierta por abuso sexual contra una de ellas.
Camuyrano fue denunciada por Alberto Quintana (47) por el "secuestro" de sus hijas, por lo que asegura que una vez que ingrese a ese país "puede quedar presa".
Pero eso no es lo que más preocupa a Victoria. Tampoco advierte que sea "un problema de tenencia". Su gran temor según dice es que el hombre "vuelva a abusar de ellas".
En marzo de 2010, la mujer radicó una denuncia por abuso contra Quintana. "El 4 de enero de 2010 mi mamá lo pesca a la madrugada metido en la cama de mi hija mayor teniendo sexo con ella. Él niega todo y se termina yendo a Estados Unidos", contó al diario Clarín.
La relación entre Camuyrano, de doble nacionalidad argentina y estadounidense, y Quintana, puertorriqueño, había comenzado en 2000, cuando ambos vivían en Estados Unidos. Al poco tiempo arrancaron los inconvenientes, en los cuales, según ella, persistían los episodios de violencia por parte de su ex pareja.
"Me apretaba de los brazos y me zamarreaba, me arrastraba por las escaleras y me gritaba desaforadamente cada vez que lo contradecía. Además, tenía un arma y yo temía que me pegara un tiro", afirmó Camuyrano, que en 2005 quedó embarazada de su primera hija y a los seis meses de dar a luz volvió a embarazarse.
Ese año viajaron a Malasia donde descubrió los primeros indicios de abuso a su hija mayor. Camuyrano cuenta que observaba que la niña "se le subía encima a la hermanita y apoyaba su pelvis contra la cola de su hermana y hacía movimientos". Cuando increpó a Quintana, el hombre "siempre le echaba la culpa a alguien más".
En 2009, la familia se instaló en Buenos Aires y en el lapso en que Quintana estuvo en suelo argentino, la abuela de las niñas descubrió el supuesto abuso, cuando la mayor tenía tres años.
En ese momento, llevó a la niña a una psicóloga que le confirmó que existía una situación de abuso. Entonces realizó la primera denuncia en la oficina de violencia familiar, donde le recomendaron que no iniciara una causa penal "para no revictimizar a su hija".
Por eso tardó Camuyrano medio año en radicar la denuncia y, si bien en primera instancia se lo encontró culpable a Quintana, ese retraso fue el argumento que utilizó la Corte para fallar en su contra, ya que la denuncia se registró días después de que el padre demandara la restitución, aunque ella afirma que "nunca la notificaron".
"En octubre de 2016 me entero que mis hijas tenían que volver. La procuración de la Corte (Suprema de Justicia de la Nación) se niega a que devuelvan a las chicas por el tema del abuso sexual y a pesar de todo la Corte menciona eso y dice que vuelvan igual. Dice 'por el convenio de La Haya, EE.UU. pide una restitución, restituyamos'".
Carlos Acosta, el abogado de Victoria en Argentina, explicó que en el ámbito civil los magistrados se expidieron en contra de la restitución en primera instancia aunque, tras la apelación de Quintana, la Cámara dio vuelta el fallo y la Corte terminó confirmando dicha decisión. Sin embargo, en lo penal la causa permanece abierta.
Acosta señaló que presentaron una medida cautelar ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos para que revise la sentencia "porque no están protegiendo a las menores ni se respetó su derecho a ser escuchadas".
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