La finalidad declarada de esta reforma es revertir los malos resultados en materia de aprendizaje y aumentar el porcentaje de estudiantes que completan el nivel secundario que, recordemos, es obligatorio desde el año 2006 en todo el país.
Hasta ahí, hay acuerdo de todos los sectores. Las discrepancias -y las dudas- surgen de las modalidades de la reforma que se aplica desde este año en 93 centros de educación media (CEM) de la provincia, quedando provisoriamente afuera de este cambio los colegios técnicos y privados que se sumarán más adelante.
La reforma del secundario deriva de una nueva Ley de Educación provincial, la 4.819, dictada por impulso del gobernador Alberto Weretilneck, que asumió en 2012. Inicialmente hubo un diálogo entre gobierno y sindicatos en torno a sus modalidades pero luego se interrumpió y las autoridades decidieron avanzar de todos modos con los cambios.
La fusión en áreas curriculares implica, por ejemplo, la desaparición de historia y geografía como materias independientes
Las materias "tradicionales" se fusionan en 7 "áreas curriculares": matemática, lengua y literatura, ciencias sociales y humanidades, educación científica y tecnológica, segundas lenguas, lenguajes artísticos y educación física. Esto implica, por ejemplo, la desaparición de "historia" o "geografía" como materias independientes, pese a tener objetos y metodologías de estudio específicos y distintos, más allá de la interacción que pueda haber entre ciencias sociales.
La parte más polémica es quizás la modalidad de cursada. Partiendo del concepto de "trayectoria educativa", el alumno que no apruebe una de estas "áreas curriculares", para lo que se necesita una calificación igual o superior a 7, no repetirá el año sino que podrá recursar esa materia en contraturno, mientras avanza con las demás.
"La situación de la escuela secundaria en Río Negro no era buena, con una tasa de egreso del 45 por ciento; aunque no es muy diferente a la de la Nación, no nos resignamos", dijo a Infobae la ministra de Educación de la provincia, Mónica Silva, consultada sobre el origen de esta iniciativa.
De acuerdo a la nueva ley, explicó, el nivel secundario debía organizarse siguiendo determinados criterios, a saber: la integración del trabajo pedagógico por áreas de conocimiento; la organización del trabajo docente por cargo -implica poner fin a los profesores taxi-; y la incorporación de nuevos formatos curriculares. "Es decir -explicó Silva respecto a esto último- que las materias no son dictadas como cuando nosotros íbamos a la escuela, sino incorporando formatos tales como ateneos, seminarios, talleres, conferencias, diferentes modos de acercar el conocimiento a los estudiantes que hoy en día ven que el conocimiento se genera y se distribuye de una manera distinta que antes. Así lo dice la ley: generar formatos curriculares, modalidades de cursado, que tengan un correlato con lo que requiere el ámbito del aprendizaje académico. Por ejemplo, un ateneo es una modalidad muy interesante que podría generar muchos aprendizajes tanto en los estudiantes como en los propios profesores y en los especialistas que participen. Una escuela que verdaderamente tenga anclaje en esta sociedad del siglo XXI."
Queremos una escuela contrahegemónica, que no genere más individualismo (Mónica Silva, ministra de Educación)
La reforma también se propone "fortalecer el proceso educativo de cada chico y el proceso grupal, porque queremos una escuela contrahegemónica, que no genere más individualismo que el que ya hay en la sociedad sino un modo de pensar en conjunto, solidario, una escuela que permita pensar en cómo se hace para vivir con otros", dijo la ministra.
En cuanto a la eliminación de la repitencia, Silva explicó que "si bien no van a repetir de año, la materia que no puedan aprobar la van a tener que rehacer, recursar, como en la universidad".
La ministra sostiene que "el resultado de la prueba nacional Aprender muestra con toda claridad que la repitencia no mejora los aprendizajes sino al contrario, cuanto más repiten, es mayor el porcentaje que obtiene resultados por debajo del básico".
"La escuela -siguió diciendo- contempla la formación de un comité académico con un profesor por área, un docente del servicio de apoyo, un padre o madre y un estudiante, que analizará los casos de quienes no hayan podido aprobar para preguntarles qué les pasa, por qué, cómo ayudarlos, cómo ven su proceso de aprendizaje. Con un apoyo extra, esos alumnos pueden aprobar y seguir su camino y no irse de la escuela como ocurre hoy. Pero en el 2° año de la escolaridad [N.de la R: cuando concluye el ciclo básico en este nuevo formato] si no tienen las materias aprobadas no pueden seguir en el ciclo superior".
¿Puede suceder entonces que estudiantes que no aprobaron matemática de primer año cursen al año siguiente con otros que sí la aprobaron?, fue la pregunta de Infobae.
"No, porque antes de pasar a 2° van a tener muchas alternativas para hacerla de nuevo, por ejemplo, a contraturno. Si va a la mañana, lo puede hacer a la tarde. La materia de 2° no la va a poder hacer si no tiene aprobada la de 1º. Puede estar en 2° haciendo lengua y literatura pero no matemática. Va a tener distintas alternativas para que esto no suceda, para prepararla con otros métodos, otras estrategias… pero si sucede tendrá que esperar para entrar en 2° de matemática y continuar con aquellas en las que le fue bien".
Para las estadísticas, Río Negro tendrá cero repitencia porque para los chicos no existe la repitencia, existe la trayectoria (María Inés Hernández, Unter)
Desde el sindicato docente de la provincia, María Inés Hernández, secretaria de Prensa de Unter (Unión de Trabajadores de la Educación de Río Negro), explicó a este medio sus críticas y dudas sobre esta modalidad: "La ley que dice que los alumnos no van a repetir, sino que van a hacer trayectoria. ¿Hacia qué? Todos juntos empiezan 1er año y todos juntos terminan 5°. En el medio, todos estos chicos van a tener una trayectoria diferente en función de los aprendizajes. En cinco años tienen que terminar. En 3er año un docente puede llegar a tener veinte chicos con quince trayectorias diferentes. Para las estadísticas, Río Negro va a tener cero repitencia porque para los chicos no existe la repitencia, existe la trayectoria. En los papeles, no habrá repitencia, ni abandono. Sí va a haber sobreedad. Pero eso no va a figurar en la estadística".
En cuanto a las cursadas en contraturno y la posibilidad de que se esté cursando en paralelo dos niveles diferentes, Hernández dice: "Eso es tener una trayectoria. Es como en el nivel universitario. No se aprueba una materia, se la deja, y al año siguiente se la vuelve a cursar. Pero en paralelo tiene que ir cursando las otras. La teoría es maravillosa. Pero eso de los contraturnos es irrealizable, cuando en un mismo establecimiento funciona una escuela a la mañana y otra a la tarde. Entonces la trayectoria forzosamente la va a tener que hacer al año siguiente en su mismo turno. Me puedo encontrar con chicos que tienen la mitad del curso. Y nosotros como docentes tenemos que hacer una buena trayectoria con los contenidos mínimos que pueda aprobar. La escuela tiene que ser un espacio de construcción de conocimiento, no que el alumno transite y pase. No que se recorten los contenidos como para que llegue sabiendo 'algo', no importa qué, lo mínimo. A ese chico, después de los 5 años, le quedan 18 trayectorias por aprobar y las irá aprobando con un docente tutor hasta que termine. ¿Cómo va a llegar a la universidad?"
Lo sorprendente es que, según María Inés Hernández, puede pasar que le den el título a un estudiante que no haya aprobado todas las unidades.
¿Es una suerte de título "condicional" entonces? "Sí -responde Hernández-, hasta que termine las trayectorias pendientes. En la provincia se hace lo que se llama la 'bajada' en 5° año, la fiesta, toda la ceremonia, le dan al estudiante un diplomita y el título definitivo cuando termine las trayectorias pendientes. Hay muchos chicos a los que les quedan cuatro o cinco por rendir y están cuatro o cinco años hasta que se presentan. La realidad es que los que no tienen el proyecto de ir a la universidad buscan un trabajo".
Ante la consulta de cuál es el marco teórico pedagógico de esta reforma, la ministra Silva responde: "En el aspecto pedagógico el eje central está en el concepto de trayectoria escolar, Flavia Terigi es la especialista que más lo ha trabajado a nivel nacional. Esta idea de la trayectoria genera alternativas diferentes para los estudiantes y no los condena a repetir una vez y otra vez sino que mejora el nivel de aprendizaje. Hay que buscar nuevas formas, y eso es una escuela que decida que los estudiantes sean personas preparadas, personas de bien, que trabajen para el conjunto, que entiendan lo que es vivir con otros".
"En la escuela se trata de la preparación para vivir en una sociedad que no admite ya más intolerancia que la que existe -agrega Silva-. Se imparte conocimiento en las distintas áreas que mencioné, conocimientos sólidos, profundos, y además es una escuela que prepara a los estudiantes para otros procesos vitales y existenciales en la sociedad".
¿Es posible aplicar un régimen de tipo universitario, pensado para estudiantes que ya han elegido una carrera y por lo tanto estudian voluntariamente lo que les interesa, a estudiantes secundarios que están en un ciclo obligatorio?
En este sentido, Silva señala que para aplicar plenamente la reforma "hay que tener un personal preparado para lo que es este aprendizaje, porque el conocimiento debe ser presentado en diferentes formatos curriculares para que sea más efectivo, más atractivo, para que a los chicos les den ganas de ir a la escuela". "Por eso el foco de atención también tiene que estar en la formación de los docentes -agrega-. Las universidades no pueden formar a los docentes como los formaban para una escuela de otras características; la sociedad requiere profesores con otras habilidades, con otras características, con un manejo diferente de las nuevas tecnologías".
En opinión de la ministra, las críticas de los gremios, que piden discutir la reforma un año más, tienen origen en lo salarial, porque la Provincia venía trabajando en conjunto con los representantes de los docentes desde 2015 en el debate de la reforma. "Pero en 2016 tuvimos desinteligencias relacionadas con lo salarial, además de que hubo un cambio en la conducción de la Unter".
Los docentes y directivos de una de las escuelas secundarias de la provincia, el CEM 11 de J. J. Gómez, expresaron en una carta pública sus desacuerdos: "Se plantea en la nueva ley de Educación una atención muy 'individualizada' al alumno, tarea demasiado amplia y difícil de llevar adelante por un docente, teniendo en cuenta la cantidad de alumnos que éste tiene a su cargo". También sostienen que "se desdibuja la labor del docente" y preguntan si es la escuela la que "tiene que hacerse cargo del contexto social del alumno".
"No queremos una escuela asistencialista -afirman-. (…) Queremos mejorar la calidad educativa. Consideramos que tal como está planteado el cambio se baja la calidad educativa".
Además, sostienen que "la deserción de los alumnos no es exclusiva responsabilidad del sistema educativo o de los docentes". "Los problemas sociales no pueden ser resueltos en la escuela. Los docentes no somos niñeros ni asistentes sociales", afirman.
También los Supervisores de Educación Secundaria de las Zonas I y II AVC1 Cipolletti, aunque compartiendo el diagnóstico preocupante de la deserción y del bajo porcentaje de egreso y la necesidad de una reforma, hicieron públicas sus objeciones: "(Según el nuevo sistema) los estudiantes podrían ser reagrupados por nivel de logro a mitad y a fin de año. Nadie repite y todos egresan al 5º año. (…) Las capacidades actuales en la formación docente, la escasa colaboración familia-escuela y las experiencias institucionales existentes anticipan que será difícil lograr calidad inclusiva en aprendizajes reorganizando los grupos cada cuatrimestre según su trayectoria. ¿Qué pasa si son muchos los estudiantes que acumulan procesos no logrados más de un cuatrimestre, un año, dos años y hasta cinco años?".
Laboratorio de ensayos
Con esta reforma inédita, la provincia será sin duda un laboratorio de ensayo de soluciones a los problemas de la educación argentina actual. Es una apuesta de riesgo y la aplicación enfrenta además la oposición o la reticencia de parte de los docentes, es decir, de quienes deben aplicarla. Algunas modernas teorías pedagógicas -que no han pasado aún la prueba de fuego de la realidad- serán puestas en marcha en las escuelas medias rionegrinas.
El concepto de trayectoria al que aludió la ministra implica que, si tradicionalmente se considera que existe un recorrido escolar estándar que todos deben seguir -se avanza año a año merced a la adquisición de determinada cantidad y tipo de contenidos-, algunos pedagogos consideran que existen "trayectorias escolares reales", es decir las que efectivamente desarrollan los alumnos y que por una serie de circunstancias pueden apartarse de ese trazado teórico que prevé el sistema. Esas trayectorias que no siguen el modelo plantean desafíos a los que el sistema debe adaptarse, no mostrarse expulsivo.
Lo primero que salta a la vista es que el concepto de trayectoria lleva, como señalan algunos docentes, a postular casi una enseñanza personalizada en un contexto colectivo. En definitiva puede ser un concepto revolucionario o bien simplemente un eufemismo para maquillar el fracaso de la escuela actual en transmitir los conocimientos en tiempo y forma.
Cabe recordar que este concepto de trayectoria es uno de los argumentos usados por muchos docentes para oponerse a la evaluación Aprender (y a cualquier otra de ese tipo): si cada chico "transita su escolarización de modos heterogéneos, variables y contingentes", no es posible "medir" a todos por igual, aunque sean de un mismo grado escolar.
La reforma es tan ambiciosa como drástica. Falta tal vez un mayor consenso, que sería necesario para una empresa tan amplia.
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