Curas abusadores: el horror de una de las víctimas del Instituto Próvolo en primera persona

Una chica sordomuda de 17 años, que fue violada en el colegio mendocino desde que tenía 5, declaró ante la Justicia el calvario al que fue sometida

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Horacio Corbacho, uno de los sacerdotes acusados
Horacio Corbacho, uno de los sacerdotes acusados

"Ahora, gracias a mi terapeuta, tengo valor para contar que fui violada", relató en Cámara Gesell una de las víctimas de uno de los curas abusadores del Instituto Antonio Próvolo, en Mendoza. Se trata de una chica sordomuda de 17 años que fue violada desde que tenía cinco.

Con lenguaje de señas y la intervención de una intérprete, la adolescente relató el horror al que fue sometida por el sacerdote Horacio Corbacho (56), uno de los cinco detenidos en la causa. Los otros cuatro son el también cura Nicola Corradi (82), el celador Luis Ojeda (50), también sordomudo, el asistente y monaguillo Jorge Bordón (55), y el jardinero Armando Gómez (46).

Luego de que estallara el escándalo, el gobierno de la provincia de Mendoza suspendió el Instituto -especializado en chicos sordos e hipoacúsicos- hasta que haya sentencia en la causa por el abuso sexual.  Es un expediente que incluye denuncias de menores internados desde el año 2005 hasta 2016 que fueron abusados.

La joven, que estuvo en el Próvolo desde los 5 años hasta los 15, volvió al colegio y colaboró en persona con la investigación. En medio de su dolor, llevó al fiscal Gustavo Stroppiana, a sus asistentes y los abogados hasta el baño donde fue violada. Según fuentes reseñadas por el diario Clarín, la adolescente contó que fue abusada anal y vaginalmente por Corbacho. Recordó en su declaración judicial que  esa noche -cuando tenía- "una monja de la institución tuvo que colocarle un pañal por la cantidad de sangre que perdía".

En su dramática recorrida por el colegio en el que sufrió abusos durante casi toda su vida, la joven también guió a los investigadores hasta a un cuarto, en el que encontró, junto a sus compañeros, "cadenas, sogas y preservativos", que eran usados en las violaciones.

En esa habitación, Stroppiana descubrió distintos elementos para incorporar como prueba. Uno de ellos es un hueco en la pared como posible indicio de una cadena amarrada, además de una mancha roja y restos de negativos de fotos. Ya en otros allanamientos se había secuestrado material pornográfico, fotografías y dinero en efectivo en las habitaciones de los curas.

En cuanto a la causa, lo último que se conoce son los intentos de la defensa de los acusados para pedir la revocación de la prisión preventiva o solicitar libertad o prisión domiciliaria. Por el momento, él único beneficiado fue Corradi  (acusado de violar menores desde hace más de 50 años) quien por su avanzada edad y regular estado de salud, está preso pero no en una cárcel común.

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