Julio Bocca: "No descarto en el futuro dirigir el teatro Colón"

El popular bailarín y coreógrafo habló con Infobae sobre la obra que presentará en mayo, su vida en Uruguay y la actualidad de la danza argentina

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El prestigioso bailarín y coreógrafo argentino lleva siete años radicado en Montevideo dirigiendo el Ballet Nacional Sodre. De visita en Buenos Aires, donde coordina la presentación de Hamlet Ruso, que presentará en mayo en el teatro Ópera, explica a Infobae qué experimenta cuando vuelve al país: "Sensaciones encontradas, alegría, tristeza, felicidad por empezar a volver más seguido y también por poder traer cosas que uno viene trabajando y haciendo relacionado con lo que hacía como dirigir un ballet. Tratar que la danza siga siendo popular y para todos; y mostrar lo que vengo haciendo en Uruguay para el público argentino".

—En esta oportunidad con Hamlet Ruso como director, una obra que interpretaste como bailarín.

—Es la segunda vez que el ballet lo hacemos en Uruguay y es emocionante traerlo aquí. Es la tercera vez que venimos, pero la primera que lo hacemos con el ballet completo y con una obra que hice en el 2005 acá, en Argentina. Esperemos que le guste a la gente el trabajo que vengo haciendo en una obra completa.

—¿Cuando mirás el recorrido, hay algo que hubieras hecho distinto?

—A veces. Por un lado no, porque hice la carrera como quise hacerla. Por otro lado me hubiese gustado tener el tiempo, que lo hubiera tenido si hubiera querido, de trabajar más con [Maurice] Béjart o con [Jiří] Kylián, estos grandes coreógrafos, de haber hecho creaciones, de haber tenido ese contacto un poco más directo y más prolongado. Fue una elección mía, tampoco es que me arrepiento, porque tener la posibilidad de crear un ballet argentino, dar posibilidades a bailarines jóvenes a que salieran, conocieran, trabajaran de lo que les gustaba me dio satisfacción.

—A los 40, hubo una gran despedida. ¿A los 50, qué?

—A los 50, un agradecimiento maravilloso a todo lo que vengo haciendo, al apoyo que siempre tuve. Y ver este resultado de una compañía en siete años, que se pueden hacer las cosas bien, y que no te digan: "No te preocupes, vengo a Sudamérica, ya conozco". No, venir a Sudamérica pero sin embargo acá se hacen las cosas bien, acá se hacen cosas con tiempo; eso también me da satisfacción.

—El lugar en el que has puesto al Ballet Nacional de Uruguay es muy importante.

—Es muy importante y no sólo lo que fue el ballet, también los talleres del auditorio que se están recuperando. El espacio que tenemos para poder trabajar. Ahora estamos vendiendo telones de El corsario a Hong Kong, se están haciendo en el mismo teatro. Hay un montón de cosas que se generaron a través de la compañía y de los apoyos del gobierno, del público, de la prensa. Se pueden hacer las cosas y uno demostró que en poco tiempo con trabajo, con disciplina, con una proyección y aprendiendo, cambiando, equivocándose, se pueden hacer cosas maravillosas como este Ballet Nacional.

—Siempre pareciera en Argentina que queremos que dirijas el teatro Colón. ¿Tiene que ser en algún momento?

—No descarto en algún momento futuro.

—¿Cansa ese pedido popular?

—No, en parte es lindo que quieran que uno esté en un teatro como es el teatro Colón, pero ojalá ese cariño y esas ganas que tienen de que uno vuelva, ojalá le den el mismo apoyo ahora a Paloma. No sólo desde la cabeza del teatro o políticamente, sino también de los bailarines, que realmente quieran hacer ese cambio que la danza necesita.

Hay un cambio que se necesita, ojalá que Paloma tenga el apoyo y lo pueda hacer

—¿Te gusta Paloma Herrera a cargo del Ballet Estable?

—Me gusta. Creo que tiene carácter, tiene conocimiento, tiene contactos. También es una directora que tiene mucho que aprender, es nueva, no es fácil, lo digo por experiencia; de golpe tener una compañía a tu cargo, la juventud se mueve de otra manera a lo que uno estaba acostumbrado. Ella viene, como uno venía, de Estados Unidos, una compañía americana privada, el manejo es totalmente diferente. Hay un cambio que se necesita, ojalá que tenga el apoyo y lo pueda hacer.

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—Voy más allá del teatro Colón, ¿nunca estuvo la fantasía de un cargo en política, en el área de cultura?

—No, en esas cosas políticas les agradezco pero no, ni acá ni en ninguna parte del mundo. Yo me manejo en lo que sé hacer, en este caso en una época era bailar, ahora dirigir, enseñar, tratar de generar cosas, de programar, de seguir defendiendo lo que es la danza, que esté encaminada, respetada y apoyada; que realmente no lo tomen como si fuera un hobby esto, ni un entretenimiento, sino un crecimiento para la sociedad.

No me siento preparado para un cargo político y no es a lo que yo podría servir

—¿Te han buscado? ¿Te han ofrecido cargos políticos?

—No oficialmente. Sí se me ha comentado, se me ha interrogado en el buen sentido de ver si me interesaba o no, pero oficialmente no. Igual en este interrogatorio mi respuesta fue siempre la misma: no me siento preparado y no es a lo que yo podría servir.

—¿Aparecieron excesos o permitidos al dejar el protagonismo en el escenario?

—No, pero es una elección, me tengo que cuidar. Sí sigo tomando mi copita de vino, de champagne, me gusta, pero me tengo que cuidar porque tampoco quiero estar frente a una compañía a la que le exijo que esté en forma física, que se cuide, un montón de cosas, y no puedo estar yo con una pancita adelante. No me parece lo correcto; por respeto a ellos me cuido.

—¿Cómo ves el arte y la danza argentinos en el plano internacional?

—Tenés maestros, tenés bailarines, culturalmente es muy imponente, ojalá se dé esa conjunción que se apoya la cultura realmente como se merece y que lo tomen como también representativo de lo que es un país. No sólo lo que es la carne, el tango, o el fútbol, hay un montón de otras cosas en cuanto a cultura que es muy fuerte, muy imponente en escritores, en directores.

—En este Hamlet Ruso hay una historia de poder y también aparece la corrupción. ¿Te interesan esos temas?

—Me interesa porque uno trata de tener una sociedad en la cual esté mejor, dentro de lo que uno puede ayudar, con la cultura, con la danza, una sociedad que pueda crecer, donde la corrupción no esté, donde si tenés a alguien que está robando, que robe menos, que devuelva todo lo que a la gente le corresponde. Yo soy muy cuidadoso con todo lo que es el proyecto, tengo un presupuesto anual y tengo que con ese presupuesto que manejarme, hacer las producciones, definir a quién traigo y a quién no, y devolverle con esa calidad a la gente cuando se abre el telón, que tenga que ver, porque nuestro sueldo es parte del impuesto que se le cobra a la gente. En eso trabajamos para que sea muy honesto y muy transparente. Trato justamente de que cuando venga gente de afuera, no diga "Sudamérica", sino diga: "Una compañía normal".

—¿Qué consejo te darías a vos mismo cuando eras un chiquito que empezaba?

—Más que al niño, le diría a la familia, esa suerte que yo tuve de tener una familia unida: "Contengan al niño", porque desde niño es una carrera profesional. Es una carrera que no sabés lo que te puede deparar la vida. Tenés que tener esa seguridad, esa tranquilidad de que tenés una familia que te está apoyando en lo que quieras.

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Agradecimiento: Paula Balmayor, producción de vestuario

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