Creada en 1997, The Media Project es una red independiente, única en su tipo, formada por periodistas en actividad de todo el mundo; ya está presente en 45 países. La mayoría de sus integrantes son cristianos pero eso no es un requisito de membresía.
Entre las actividades que desarrollan está el dictado de conferencias, el análisis de la cobertura de la temática religiosa en los medios y programas educativos. A través de la Universidad de Oxford, The Media Project publicó en 2008 Punto Ciego: Por qué los periodistas no captan la religión (Blind Spot: Why Journalists Don't Get Religion), en el que varios miembros de la red analizan noticias importantes que fueron malinterpretadas o pasaron inadvertidas por haber dejado de lado o no haber entendido el factor religión.
De paso por Buenos Aires, donde vino a dictar una conferencia sobre la situación global del periodismo (en el marco de una jornada organizada por César Dergarabedian, miembro argentino de The Media Project y coeditor de Pulso Cristiano), Paul Glader dialogó con Infobae acerca de los desafíos que presenta la cobertura periodística de la temática religiosa en la actualidad.
Glader trabajó diez años en el Wall Street Journal, de modo que su experiencia es mayormente en el periodismo financiero. También ha colaborado en The New York Times, The Washington Post, TheNewYorker.com, Associated Press, Der Spiegel Online, y en programas de radio y TV. Actualmente escribe para Bloomberg BusinessWeek, ChristianityToday y Forbes.com. Además, enseña redacción periodística y periodismo financiero en The King's College en Nueva York.
—¿Qué criterios debe seguir un periodista que cubre la temática religiosa en un medio laico? ¿Cómo evitar, por ejemplo, que parezca proselitismo?
—Yo he sido hasta ahora un periodista financiero, no de religión. Trato de hacer periodismo sobre religión y lo que he aprendido de los periodistas que escriben sobre este tema es que hay que evitar poner etiquetas a la gente, evitar llamarlos fundamentalistas, o locos o lo que sea, o marginales, o secta. En lo posible, tratar de explicar lo que creen, lo que dicen; este es un aspecto importante en la cobertura de temas religiosos. Además, los periodistas debemos investigar en temas religiosos, hablar con expertos, llamar a académicos que conocen la historia de las religiones, de las creencias religiosas, para tratar de ser lo más rigurosos posibles cuando abordamos una historia antes que apurarnos a largar lo que adivinamos. Es decir tratar de profundizar en el contexto de la noticia. Y creo que, si damos esos pasos, esto es simplemente buen periodismo, no proselitismo.
Dean Baquet, editor del NYT, comprendió que su staff debía ser más versado en la temática religiosa
—¿Qué desafíos o dificultades debe superar el periodista que se dedica a esta temática?
— Uno de los desafíos es que hemos escuchado decir "no hables de política ni de religión en la cena". En la cobertura de noticias con frecuencia tenemos cada vez más noticias políticas pero cada vez menos cobertura religiosa y creo que eso es porque la gente, incluidos los periodistas, se sienten incómodos cubriendo religión. Creen que el tema divide, temen equivocarse, entonces parecen preferir excluirla de la cobertura, pero creo que eso es un error, porque sabemos que la política y la religión son importantes para la gente, para nuestros lectores y usuario. El editor del New York Times, Dean Baquet, dijo en diciembre a una radio que él se crió como un católico en New Orleans y se dio cuenta de que su propio staff, en el diario más influyente en los Estados Unidos, con mucha frecuencia no cubría religión, tenían un solo periodista experto, quería contratar más, pero fundamentalmente se dio cuenta de que su staff tenía que ser más versado en lo que hace a las personas creyentes comportarse como lo hacen. Porque sabemos que el mundo se está volviendo más y no menos religioso, que en Estados Unidos y en muchas partes de América Latina, 70 u 80 por ciento de la gente declara ser religiosa, creer en Dios. Por lo tanto los medios deben cubrir religión de un modo que tenga en cuenta ese hecho.
— ¿Hay margen entonces en los medios para los temas religiosos?
— Creo que necesitamos buena cobertura religiosa en periódicos de izquierda, de derecha, de centro, en la comunidad católica, protestante, en toda la comunidad. La religión es un área especial que tiene mucho espacio para mejorar. Y creo que los lectores nos lo recompensarán porque quieren este tipo de notas. Es difícil a veces cubrir buenas historias que no sean Relaciones Públicas para la Iglesia, o promover religión, pero los buenos periodistas encuentran noticias para cubrir de modo preciso, veraz, que prueben la importancia de la religión en la vida de la gente. Hay un aspecto que veo por ejemplo en Indonesia -y también en Argentina- que es la tolerancia religiosa, la convivencia armónica. Indonesia, que es el país del mundo con la mayor población musulmana, conviven cristianos, hinduistas y musulmanes. Es fácil escribir sobre conflictos religiosos, pero también es necesario escribir sobre la armonía entre religiones, porque esta convivencia es una base sólida para nuestras sociedades. Johnatan Haidt, un profesor de la New York University's Stern School of Business, que escribe sobre la relación entre religión y moral en nuestras sociedades, dice que es intrínsecamente humano el tener juicios morales a partir de ideas religiosas así que no podemos simplificar o'ignorar ese aspecto de la vida de la gente.
— Volviendo de la dificultad para tratar ciertos temas; ¿no cree que el drama de los cristianos perseguidos en Asia y en África especialmente es poco tratado en Occidente?
— Estoy de acuerdo en que la persecución es muy real y hay zonas de Medio Oriente, donde la cristiandad tiene profundas raíces, en que los cristianos están en riesgo de ser exterminados. Ahora, los grupos terroristas como ISIS o Al Qaeda persiguen también a los musulmanes, no sólo a los cristianos. Es algo terrible para la historia de la humanidad. En parte la cobertura no es la que debiera porque es peligroso cubrir noticias en Siria o Irak y otros países donde ocurren estas atrocidades; hay periodistas que han sido asesinados o decapitados, como Jim Foley, un periodista estadounidense, católico, que fue decapitado en 2014; el papa Francisco llamó a su familia. Yo vi algunas de sus crónicas en la BBC, documentando las destrucciones de sitios cristianos en Irak y la persecución. Es un desafío cubrir las noticias en sitios tan peligrosos, pero he visto buenas coberturas en el New York Times y otros medios. Incluso en USA estamos viendo algunas reacciones violentas contra judíos. Nos quedamos atónitos cuando terroristas entran a Charlie Hebdo y masacran a sus redactores, pero cada año en Medio Oriente mueren miles -incluso musulmanes- por violar supuestas leyes contra la blasfemia. Tenemos que ocuparnos de todas las persecuciones y es deber del periodismo documentar estas atrocidades pero a veces los editores en Occidente tratan de minimizar el aspecto religioso; hablan de las muertes, los atentados, y no mencionan la motivación religiosa; eso no es buen periodismo, hay que informar a la gente de las motivaciones, si las conocemos, eso es contextualizar.
El Papa ha creado un nuevo entusiasmo, una corriente eléctrica en el catolicismo estadounidense, si no en todo el mundo
— La elección del nuevo Papa ¿ha significado un aumento del interés por la temática religiosa?
— Definitivamente, sí. En Estados Unidos puedo decir que hay mucho interés actualmente en la gente joven, especialmente cuando fue presentado y lo que supimos sobre el papa Francisco, sus orígenes en Buenos Aires, su estilo humilde. Mucha gente en Estados Unidos, especialmente en la generación X, Y, Z, a la que le importan la justicia
social, que quiere ocuparse más de los pobres, que quiere hacer de nuestras ciudades lugares mejores, que los negocios beneficien a toda la sociedad y no sólo a los inversores, y el Papa ha tomado esos temas en lo que dice y en cierta forma se convirtió en una rock star; las encuestas de opinión sobre él eran muy altas y creo que lo siguen siendo, él ha creado realmente un nuevo entusiasmo, una corriente eléctrica en el catolicismo estadounidense, si no en el de todo el mundo.
Me preocupa el tono combativo de Trump con los medios, pero en algo le doy crédito: él habla con la prensa, da largas conferencias de prensa, acepta muchas preguntas
— Considerando que la última elección presidencial polarizó tanto a la sociedad estadounidense, me pregunto si los periodistas logran evitar caer en un posicionamiento "militante" en vez de tratar de explicar qué está pasando…
— Sí, Trump es una figura polarizante para la comunidad religiosa y para el periodismo, la comunidad religiosa se dividió por Trump, no porque él fuese una persona muy religiosa sino porque su estrategia fue atraer a sectores religiosos conservadores evangélicos y católicos. Su compañero de fórmula, Mike Pence, ahora vicepresidente, apeló a esos grupos, pero cuando la comunidad religiosa ve el modo en cierta forma incivilizado con el cual Trump ataca en redes, y las revelaciones sobre su comportamiento hacia las mujeres, muchos se sintieron molestos y dijeron, nunca, jamás votaremos Trump, pero otros pensaron que, pese a todo, estaba más cercano a posiciones religiosas conservadoras que Hillary entonces con la nariz tapada lo votaron. Muchas iglesias y familias siguen divididas. En cuando al periodismo, yo le doy crédito en algo: Trump es muy activo, él toma el teléfono y habla con la prensa, da conferencias de prensa de una hora y media y acepta preguntas y preguntas, mientras que la táctica de Obama y Hillary era aceptar un número limitado de preguntas. Ellos eran más fríos con la prensa, aunque la trataban con respeto. Lo que sí me preocupa y a otros periodistas también es el permanente tono combativo de Trump contra la prensa: somos los "enemigos del pueblo", "CNN miente", y trata de sembrar desinformación o falsa información. Está probado que ha mentido en pequeñas y grandes cosas, también su secretario de Prensa mintió, lo que viola la confianza de la prensa. Y cuando se ataca a un miembro de la prensa se genera solidaridad en el resto.
Este es un gran momento para ser periodista
— ¿Cómo es este momento para la prensa?
— Creo que los periodistas tenemos que pedirles cuentas a todos los funcionarios. Este es un gran momento para ser periodista. Estamos en un momento raro en el cual algunos medios, por ejemplo The New Yorker, la mejor revista de Estados Unidos en mi opinión, han adoptado un rol activista en cubrir a Trump, con tapas que lo caricaturizan y artículos muy duros, pero creo que son precisos y creo que hay una percepción de que, como Trump está cambiando las reglas del juego, los periodistas también tienen que responder en formas inusuales. Para ser honestos, no sé si es la mejor forma… La prensa libre es uno de los guardianes de una sociedad libre, es como un canario en una mina de carbón. Si los políticos están tan molestos con la prensa y tratan de limitarla -es lo que hacen los políticos corruptos o autoritarios, es lo que está pasando en muchos países, como Venezuela- hay que tomárselo seriamente y es por eso que la prensa está siendo tan dura con el nuevo presidente.
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