Cada vez hay más vehículos en las calles y rutas del país, pero los controles y la prevención no están a la altura de las circunstancias. Así parece indicar un informe del Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV), que registró una suba del 25% en la mortalidad vial si se compara febrero de 2017 con el del año anterior.
El fenómeno parte no solo de la ampliación del parque automotor, sino de una cultura de la irresponsabilidad. Y una falta de conciencia de la peligrosidad que implica estar frente al volante. "Hay que ver cómo vemos socialmente un suceso, porque el día de las muertes en el recital de Olavarría (donde hubo dos víctimas) hubo unos 25 muertos en las rutas", sentenció Eduardo Bertotti, director de ISEV.
El estudio arroja el perfil de los accidentes de tránsito ocurridos en febrero. Uno de cada tres siniestros involucró una moto (el 67% de las lesiones se producen en la cabeza), mientras que el 51% de los muertos fueron menores de 30 años.
El domingo es el día en el que mayor probabilidad hay de padecer un siniestro, detectó el registro. Los choques suelen tener lugar en zonas urbanas, de 12 a 18, y se producen de manera "lateral". Las víctimas mortales rondan entre los 16 a 30 años, pero participan conductores de hasta 45.
Otro punto saliente del reporte es que se incrementó en un 4,9% la cantidad de lesionados graves en el tránsito. El único descenso estadístico es el de la tasa de siniestralidad vial grave (los incidentes en los que hay heridos con fractura, como mínimo), que cayó en un 0,7 por ciento en comparación con el período anterior.
Para Bertotti, hay una "cultura de la fatalidad que tiene el argentino en general frente a un siniestro. Lo naturaliza como si fuera un hecho del destino o Dios. Y traslada la responsabilidad a un tercero. Entonces esto conspira contra una conducta preventiva".
"La gente cruza la calle sin mirar y maneja a una velocidad temeraria. debemos romper esta base con educación vial", señaló el especialista al diario Clarín.
Este año, la estadística se vio fuertemente influida por dos accidentes que involucró a micros de larga distancia. El primero fue el 18 de febrero, cuando una unidad de la empresa TurBus chocó en Mendoza, en la ruta nacional 7 camino a Chile. Allí murieron 19 personas y otras 21 sufrieron heridas. La otra tragedia tuvo lugar en Santa Fe. El 24 de febrero, dos micros embistieron de frente en la Ruta 33, a la altura de Pérez. Hubo 12 víctimas fatales y al menos 34 heridos.
El aumento de la mortalidad vial está lejos de sorprender. En Argentina, veintidós personas mueren por día en accidentes de tránsito. Se trata de una cifra muy alta en comparación con los índices de otros países. Sobre todo, porque mientras el resto de los países ve caer la cantidad de gente que muere, en el país el número sigue igual. Con más vehículos en las calles, desde 1990, se mantiene constante el dato en torno a los 7500 muertos por año.
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