—¿A poco más de un año del cambio de gobierno, cómo estás viendo el periodismo?
—Una parte del periodismo sigue dormido, aletargado, enredado en la grieta, por un lado; y hay mucha falta de preparación, autocrítica, exigencia. No me animaría a desmentir a alguien si dice que el periodismo argentino desde algún punto de vista no está mejor que los maestros argentinos. Nos debemos mucha autocrítica, preparación, profundidad, chequeo, lectura, volver a escribir como escribía la mayoría de los periodistas de nuestra generación.
—¿Del 1 al 10 qué se saca el periodismo argentino?
—Yo lo aplazo. Me incluyo en ese aplazo, pero lo aplazo. Aspiro a un periodismo de profundidad que todos los días plantee el desafío de trabajar con datos, que no se suba a ningún colectivo, que no participe de operaciones ni de manera inconsciente ni consciente. Los periodistas debemos ser capaces de transmitir asuntos muy complejos de manera muy sencilla y que genere un impacto en las audiencias. El otro gran laburo es pelear, en el buen sentido, con nuestras armas contra la posverdad, los hechos alternativos o que cualquiera diga cualquier cosa y que se instale como una verdad revelada cuando es una mentira de acá a Luján.
—¿Sigue existiendo el periodismo militante hoy?
—Sí. Periodismo militante no es periodismo, es amateurismo con sobres por abajo de la mesa, con patoteadas, con gritos, con la idea de que si te legitiman en una red social y tenés más de mil seguidores, se supone que sos un star de la comunicación, y todo ese embrollo mezclado con baño público, militancia e intimidación. Eso que le hizo mucho mal al periodismo todavía sigue existiendo, sí.
La sociedad no va a soportar ningún grave error más de este Gobierno y se lo va a hacer saber o por la vía de los votos o por la vía de una movilización muy fuerte
—¿Hay un nuevo periodismo militante a favor de Macri?
—No, yo no he detectado un periodismo militante a favor de Macri de la envergadura que tenía el periodismo militante a favor del kirchnerismo. Sin embargo, hay muchos periodistas que son macristas, que no le ven nada de malo al Gobierno de Macri y que terminan no comprendiendo el rol del periodista, que es tomar distancia, publicar los datos y criticar lo que haya que criticar. Vengo de una generación que todo el tiempo hace periodismo y que tarde o temprano, ante los errores de los nuevos gobiernos, y este Gobierno está cometiendo muchos, pero muchos, la sociedad no va a soportar ningún grave error más de este Gobierno y se lo va a hacer saber o por la vía de los votos o por la vía de una movilización muy fuerte.
—¿Qué quiere decir que la sociedad no va soportar un error más de este Gobierno?
—Que está complicado este Gobierno, que no tiene margen para equivocarse. Le adjudican al Gobierno errores de comunicación, yo creo que no es un error de comunicación. Les adjudican errores a los ministros y a los secretarios, yo no creo que sea así, yo creo que el principal responsable de los errores del Gobierno es el presidente Mauricio Macri. No es un problema de comunicación, es un problema de política, o son derivados de decisiones políticas los graves errores que cometió este Gobierno, desde los 20 centavos por jubilado en la última actualización hasta el 24 de marzo, pasando por el complejo, gravísimo, muy sensible, problema del Correo o de Avianca. ¿Lo podemos poner en la categoría técnica conflicto de intereses? Cómo no tuvo la sensibilidad política como para no darse cuenta de que él, viniendo de la actividad que viene, siendo un hombre de negocios, y marcando todo el tiempo en las encuestas el prejuicio de clase que genera, no vio que el problema del Correo, el de Avianca, el de los CEO, el de sus amigos que pueden ser muy idóneos y honestos pero hoy forman parte del Gobierno, el de sus parientes, iba a convertirse en una especie de maremágnum que había que atajar antes. No comprendo cómo no lo vio. El Presidente pensó que podía surfear todo esto y está claro que no lo puede surfear. Vos me dirás también: "Bueno, pero esto no es el Gobierno del kirchnerismo, que encuentran a un tipo revoleando bolsos con millones de dólares y dicen que no era suyo, o que los dólares son caramelos, dicen cualquier cosa". No, evidentemente, esto el Gobierno lo asume, se equivoca, trata de corregirlo. Lo que no puede hacer es de nuevo equivocarse y cada cinco minutos volver a corregirse, porque entonces sus funcionarios, y muchos de ellos me dan que pensar en ese sentido, parecen tontos.
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—¿Todo lo que pasó en la última semana son intentos de desestabilizar como piensan algunos sectores?
—Las razones de la protesta, del conflicto y los reclamos existen. ¿Se reclama porque a un loco se le ocurrió reclamar? No. Hay pérdidas de puestos de trabajo, sobre todo en industria manufacturera. Los coletazos de la recesión, la desocupación, los aumentos de tarifas, de peajes, etcétera, todavía existen y son muy patentes y están impactando en el humor social. O sea que las razones por las que hicieron eso existen. ¿Hay muchos aprovechadores? Sí. ¿Hay muchos ingenuos que perdieron el olfato de la calle, como los gordos de la CGT, y piensan que pueden plantear una movilización sin plantear una fecha de paro y no saben que los van a correr por izquierda los kirchneristas y otros sectores sociales legítimos? Sí. Y hay kirchneristas y una parte del peronismo que está trabajando para que Macri se vaya mañana si pueden, no dentro de dos meses, después de las elecciones de octubre, mañana, ahora, cuando termine esta nota. Están trabajando para eso.
—¿Considerás que tienen posibilidades de que eso suceda?
—La Argentina es una caja de sorpresas. Si se combina la peor de las tormentas, torpeza política de un gobierno, que hace muchas cosas mal y muchas cosas bien, factor humor social in crescendo, alguna pólvora o algún fosforito que alguien tire… El otro día me explicaron con detenimiento por qué todavía no hacen lo que tienen que hacer cuando cincuenta personas o menos, seis personas, te cortan una calle en la Ciudad de Buenos Aires, porque tienen miedo e informes, aparentemente, de inteligencia que les tiren un muerto y que el muerto derive en una crisis social de alcances inimaginables. Si vos me preguntás, hoy creo que no hay espacio, Macri no es De la Rúa, ni los sectores golpistas que quisieran que Macri se vaya tienen todavía la suficiente fuerza ni el poder de articulación para hacerlo. Pero te voy a decir algo que me dijo Marcelo Longobardi y que me pareció un concepto brillante: ¿Sabés cuál es el principal incentivo de la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner para que este Gobierno termine mal y no en el tiempo que corresponde? Su miedo objetivo, clarísimo y fuerte, ir presa. Porque las causas que la involucran y que la investigan pueden dar como resultado que Cristina finalmente termine detenida.
—¿Y hoy sin embargo no le es funcional al Gobierno Cristina en libertad, el temor que genera en cierto sector de la sociedad?
—Sí, sí, claro. El de la polarización extrema es un juego peligroso. Quieren azuzar el fantasma de Cristina porque es la menos presentable para ganar las elecciones generales, las legislativas de la provincia de Buenos Aires. Eso puede terminar siendo peligroso porque si le dan los instrumentos para que siga construyendo política como si fuera una política seria, está muy equivocado el Gobierno porque está pensando a un plazo de un minuto. La Argentina necesita un gobierno bien constituido, alternativas de centroizquierda y centroderecha, si vos querés más progresistas, o el Gobierno será centroderecha y una alternativa más progresista de centroizquierda, [Sergio] Massa o a [Margarita] Stolbizer, pero con alternativas democráticas y discutiendo los problemas de la Argentina y no tipos que están acostumbrados a manejar inteligencia en el Estado y que todavía hoy manejan una inteligencia paralela, que te revolean carpetas, expedientes, denuncias delirantes, escraches, corridas por izquierda en el acto de la CGT, este es un país de delirantes. Si prevalece esa dirigencia en la oposición, prevalece una dirigencia de delirio, populismo del más berreta.
Cristina tiene un incentivo muy poderoso para que Macri no termine y es el miedo real a ir presa
—¿Cristina tiene todavía una vida política o ya está? Porque escucho las dos posiciones muy fuertes. Escucho quien dice: "No hay nadie como ella en la oposición" y escucho otros que opinan: "Está acabada políticamente".
—Es que las dos cosas tienen parte de la verdad. Si Cristina hoy fuese la candidata, ganando las PASO en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo contra Randazzo, y ese triunfo frente a Randazzo hipotético convalidaría su imagen de invencible, obtendría muchos votos, nunca más del treinta y pico por ciento. Sería una buena elección mirando al peronismo pero le ganaría cualquier candidato de Cambiemos y quizás el triunfo del candidato de Cambiemos frente a Cristina Fernández de Kirchner determinaría el fin de su carrera política. Si Randazzo le gana en las internas, que eso habría que verlo, y si va Randazzo, determinaría efectivamente el final de su carrera política. Pero hoy hay un núcleo duro en el Conurbano que ve a Cristina como todo lo bueno que le pasó en la vida en los últimos años y por eso podría seguir siendo una política exitosa.
—¿Vos creés que Cristina quiere que Macri termine ya?
—Yo creo que Cristina tiene un incentivo muy poderoso para que Macri no termine y es el miedo real a ir presa.
—Saliendo de Cristina y del kirchnerismo, ¿cómo ves a la oposición?
—La principal ventaja que tiene el Gobierno en este momento, Macri, Cambiemos, es que la oposición está muy fragmentada. Tiene problemas también Cambiemos. Elisa Carrió es una ventaja en algún aspecto y es un problema en otros aspectos. Pero la oposición, ¿qué oposición? A [Juan Manuel] Urtubey lo veo como un opositor responsable. A Massa lo veo por momentos como un opositor responsable. A Margarita Stolbizer la veo como una opositora responsable, constructiva y muy precisa.
—¿[Florencio] Randazzo?
—A Randazzo lo quiero ver, quiero oírlo hablar, hace mucho que no habla. Tiene como ventaja una buena imagen y como desventaja que hace mucho que no dice nada. En qué foto lo ves a Randazzo, yo no sé en qué foto lo veo todavía; si lo veo en una foto en donde se quiere incendiar algo, no me gusta. Si lo veo en una foto que plantea una oposición responsable y cuestiona al Estado, sí. A ver, si lo veo en una foto de un peronista que se atreva por fin, porque este es otro problema, a criticar fuertemente a la corrupción del cristinismo y del kirchnerismo, qué pasa por los bolsos de López, Lázaro Báez…
—¿Pero puede hacer eso habiendo estado tan dentro de ese Gobierno?
—Me gustaría que lo empiece a hacer. Tiene sus limitaciones. Massa de alguna manera lo pudo hacer y estuvo dentro del gobierno.
¿Cuánto tiempo podés seguir haciendo política admitiendo que sos el menos peor?
—¿Macri pensó que íbamos a estar mejor a esta altura?
—Sí, seguro. Uno de los problemas del Presidente es que peca de optimismo, subestima los problemas y subestima a la oposición. Macri es un optimista de la política y de la economía, y a veces no es bueno para hacer política ser tan optimista, porque la política está llena de imponderables. Luego, los que se ponen contentos con lo que pasó esta semana, con el incidente violento en la CGT dentro del Gobierno, no son inteligentes, esto le hace mal a la sociedad y ellos como parte del Gobierno son responsables por lo que pasa en la sociedad. Escuché a algunos funcionarios que se ponían contentos: "Uy, mirá lo que hicieron, estos mostraron lo que es la oposición". Ahora, ¿cuánto tiempo podés seguir haciendo política admitiendo que sos el menos peor? Te va a durar un ratito nada más, tenés que empezar a hacer política haciendo buena política, sosteniendo tus ideas y sosteniéndolas bien, no cambiando de un minuto al otro.
—Abrís con una entrevista al Presidente y me dijiste que este año vas a buscar con la ex Presidente. ¿Qué le preguntarías si te dan hoy una pregunta para hacerle a Cristina?
—Si vive en un mundo paralelo. Y si no vive en un mundo paralelo, si me permitiría que con 4 o 5 datos le hiciera conocer la realidad que vivió, que vive y que ella niega.
Entrevista completa:
Agradecimiento: Paula Balmayor, proucción de vestuario; Jannete Sedi, maquillaje