"Hay ocho millones de historias en la ciudad desnuda. Esta es sólo una de ellas".
Corría 1958. Y ésta era la presentación de la serie de tevé Made in USA, en blanco y negro, "La Ciudad Desnuda".
Buenos Aires no tenía entonces ni tiene hoy ocho millones de almas. Pero sí historias que, aunque anónimas, parecen nacidas para la pantalla.
Y hoy, Día de San Valentín, día de los enamorados, la que sigue en palabras e imagen (ver el video) es una obra maestra del amor sin barreras.
Del que nunca duda.
Del que nunca pregunta.
Sus protagonistas son Perla Pascarelli y Luis Sánchez.
Él, 43 años. Ella, 46.
Están juntos hace casi tres décadas.
Nunca se casaron. Cuatro hijos: los mellizos Juan Cruz y Franco (17), Chiara (14) y Santino (10).
Tienen un local de tatuajes en Villa Lugano.
A priori, su vida cotidiana no inspiraría a un guionista ni a un director de cine o de tevé.
Sin embargo, Ronen Suarc, joven conductor y actor, que trabaja en FM Delta el Disparador y en Ideas del Sur (programas Este es el Show y La Previa del Show), y dueño de la productora Garra Contenidos… rompió ese anonimato con un video que lo tiene todo.
Amor. Abnegación. Entrega al otro de por Vida.
Conoce a Perla y a Luis desde hace diez años. Y cuando decidió subirlos a un video, "sentí que era la más grande historia de amor que conocí en mi vida, y aprendí que el amor salva", dice.
Manos a la obra. Con su productora armó el video, y lo editó Tumach.com, una productora amiga.
Por cierto, el azar también jugó su papel.
Ronen recuerda que "los conocí porque Luis era amigo del hermano de Perla. Empezaron a verse cuando Luis iba a la casa de su amigo, y Perla le gustó. Un día en que el hermano no estaba, se quedó tomando mate con ella… y se enamoraron. Y llegó el primer beso cuando fueron a bailar por primera vez…"
Consejo para el lector.
Si no abrió el video… empiece.
Si no, siga leyendo.
Perla recuerda que Luis era simpático, chistoso, y siempre estaba de buen humor. "No como ahora…", dice y se ríe.
Hubo celos.
Ella hacía un curso de liderazgo en un hotel. Pero Luis no sabía qué pasaba en ese hotel. Perla salía a las doce. Luis llegó para buscarla… diez minutos antes. No lo dejaron entrar.
Y enloqueció:
–¡Si a las doce no sale, rompo todo! –amenazó al portero.
Ella salió en punto. "Le vi la cara. Parecía que se lo llevaban los demonios", recuerda.
Hubo peleas.
"¡Me voy de casa!, le dijo Luis. Pero se quedó en la puerta. Pedido para uno de los mellizos: "Si mamá necesita algo, avisáme. Aquí estoy".
Define Perla:
"Sin amor no se puede vivir. Pero es una plantita que tenés que regar todos los días".
Bromea Luis:
"Ella se enamoró de mi físico. No el de ahora, claro…".
Y en el video, que hasta más de la mitad los ha mostrado en "plano pecho" (el término técnico), la cámara se abre… y la dramática verdad queda revelada.
Duele verla.
Duele describirla con palabras.
Pero conmueven –canto al amor– las palabras de Luis:
"Cuando se baña, estoy con ella. Le doy la comida. La cambio. Me llama a cada rato: '¿Cómo estás, qué estás haciendo, te falta mucho?'".
Y una confesión de hierro:
"No finjo ni miento. Puedo quedarme con Perla como enfermero, como padre de los chicos, o como pareja. ¡Y elijo quedarme como pareja! Como su marido. Porque en la casa, la que sostiene todo… ¡es ella!".
Y siguen adelante.
No sólo por amor: por prepotencia de vida.
Por algo que tiene luces y sombras.
Lágrimas y sonrisas.
Pero con las dos almas intactas.
E intactos también los dos corazones.
Para ellos, San Valentín en todos los días, horas, minutos.
Mientras escribo (tres de la tarde del catorce de febrero), el video de Luis y Perla, en el Facebook de Ronen, tuvo ya más de… ¡ocho mil reproducciones!
Y al final del día tendrá muchas más.
Porque el amor, además de todo lo que es… también es el mayor éxito humano.