Se convirtió en uno de los sex symbol del momento y no reniega de eso: "Es parte del juego, que el galán sea yo es la devaluación", dice entre risas sobre los títulos periodísticos que hablan de sus "fotos hot" o de cómo "calienta las redes". A punto de comenzar las grabaciones de Cinco estrellas, la nueva ficción de Pol-Ka, explica: "No me creo un galán, el hecho de estar en televisión genera cierta atención del público" y afirma que no dedica una atención excesiva al cuidado del cuerpo y si un personaje le requiere engordar 20 kilos, lo haría.
—¿Qué pasa con esa atención que genera estar en la tele?
—Puede ser un problema si no te podés encontrar y saber cuáles son tus bases, tus anhelos, tus límites; puede llegar a marearte. Tengo la suerte de haber visto desde muy chico a mi padre siendo famoso y eso también te prepara para si algún día sucede.
—¿Cómo conviven el conductor y el actor?
—Bien, toman café a la mañana en un monoambiente en Billinghurst y Córdoba (risas). Si sos actor, podés ser conductor, porque estás actuando una situación que la llevás como si fueses un conductor. Podés pensar como si fueses un conductor de noticiero, un conductor de programa de entretenimientos.
—¿El conductor puede actuar?
—Si tiene un poco de inteligencia emocional, sí. No es tan difícil actuar.
—¿El participante de un reality?
—No necesariamente por de dónde salga tiene que ser excluyente o no. Actuar es algo que sale o no sale, no creo que sea algo tan exclusivo como tal vez tocar un instrumento o mismo cantar.
No es tan difícil actuar
—¿Cómo fue tu infancia?
—La veo como una buena infancia. En mi familia nunca se cumplieron los ritos de clase media. Nunca fue como "se toma la comunión", cumpleaños de 15, viaje de egresados, ese tipo de cosas.
—¿Terminaste el colegio?
—Sí. Pero siempre de alguna manera… no hippie, no loco, pero tal vez diferente. Muchas mudanzas, muchos cambios y no cumplí los mismos ritos de la clase media en la que por ahí más o menos estaba situado. Pero tuve una buena infancia, mis padres han sido justos, me han enseñado todo lo que han podido. Me han pasado también sus cosas buenas y sus cosas malas, como todos. Han sido lo suficientemente buenos e inteligentes para no cargarnos de mierdas muy externas o muy ajenas a nosotros mismos y si han hecho alguna cosa mal, se han tratado de rectificar y han tenido la grandeza de pedir disculpas. Tal vez yo soy el más jodido de la familia pero…
—¿Por qué?
—Soy el que menos llama o el que menos familiero es.
—¿Nunca estuvo la fantasía de dedicarte a otra cosa?
—Sí, pero no sabía para dónde ir. Había perdido mucho tiempo haciendo esto o pensando que podía hacer eso como para dedicarme a otra cosa. En mi casa me dijeron: "Bueno, lo que quieras, pero, a ver, hacelo". Es loable. Siempre fueron muy flexibles, con la escuela y con todo. Siempre: "Bueno, dale, fijate para dónde es, pero seguí". Y eso está bueno.
—¿En qué momento dejaste de ser el hijo de Alfredo Casero y pasaste a ser Nazareno?
—Mi padre es una figura tan fuerte que no voy a dejar de ser el hijo de Casero. Lo que tampoco necesariamente tiene por qué significar algo… Por suerte es una figura muy fuerte, muy importante. No reniego de ser "hijo de". Sí tal vez ya caducó lo de: "Está ahí por ser el hijo de", eso no sé si se sigue pensando mucho, porque he laburado, he hecho cosas.
—Yo sé que tu tema preferido es tu estado civil. Te encanta hablar de si estás en pareja o no.
—Ok, digamos que sí, es mi tema preferido (risas).
—¿Estás en pareja?
—No, estoy solo, estoy soltero.
—¿Qué te enamora?
—Por suerte no hay algo. Me puede enamorar algo en la personalidad, no hay una fórmula.
—Primera cita ideal de Nazareno Casero.
—Comer algo rico. Pasear. Charlar. La fórmula es más o menos la misma, después los condimentos que uno pueda poner, ahí está la gracia.
—¿Podrías tener una pareja abierta?
—Pienso que prefiero no tener pareja para eso hoy día. Como soy yo y como estoy, preferiría no tener pareja. Pero sí, es necesario buscar variaciones. Cambian los tiempos, cambian las personas y pueden cambiar las relaciones. No lo veo mal, no lo veo raro. No necesariamente hay que verlo desde el lado de la promiscuidad. Sí, se podría.
Me gusta proteger a una piba con la que estoy
—¿En qué te reconocés machista?
—En abrir la puerta del auto. En que la chica no tenga frío. En que me gusta invitarla a comer. Soy un hijo de puta.
—Eso suena más caballero que machista, es como cuando le preguntás a alguien su peor defecto y te dice: "Soy muy exigente conmigo".
—Y, pero si soy machista es un poco así. Me gusta proteger a una piba con la que estoy. Proteger no sé de qué en realidad, de todo, tengo una mirada apocalíptica desde siempre, no desde ahora que está de moda.
—¿Qué es una mirada apocalíptica?
—Que el mundo está en constante movimiento. Que el mundo desde siempre se puede acabar. Entonces es cuidar a otra persona, es lindo. También es cuando estás solo y tenés que preocuparte de vos mismo, que estás un poco más guarecido. Soy machista porque quiero, de alguna manera, que una chica que esté conmigo esté bien, no tenga que atravesar ningún tipo de situación que pueda ser incómoda. El mundo va a ser un lugar más inhóspito y de alguna manera casi todos nosotros vamos a ver ese cambio. Es saber más o menos qué es lo que puede llegar a venir. Eso hay que disfrutarlo ahora. Estar con los que uno quiere.
—¿Te sale fácil disfrutar? Hay gente que es muy culposa del disfrute.
—No, me gusta la culpa también, así que disfruto con la culpa. Trato de encontrar los espacios para disfrutar. Tampoco es que soy muy exigente con el disfrute. Ya compartir con gente que quiera, hacer por ahí algo fuera de lo común, meter un viaje, cosas así. Eso es parte del disfrute.
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—¿A qué todavía no te animás pero creés que un día sí?
—Cantar y esas cosas, estoy trabajándolo muy lentamente porque soy un cagón. Pero sí, eso puede llegar a ser. Es tal vez una cuenta pendiente. Soy cagón en cómo se lo puede mirar: "¿A ver? Mmm, esperaba más de este pibe". Prefiero guardarlo y realmente mostrarlo cuando esté seguro y cuando quiera compartirlo.
—Pensando en el actor, más allá de lo ideológico, ¿qué político de la actualidad te parece un buen personaje para interpretar?
—D'Elía. Como physique du rol y como personaje, alguno así extrovertido.
—¿Cómo estás viendo el país hoy?
—Como Argentina, que siempre parece que todo puede explotar pero no. Y parece que un día va a florecer todo y al final no, porque cayó un granizo. Siempre hay esa cuota de esperanza y de desesperanza. A mi alrededor tengo personas que se han quedado sin laburo y tengo personas que están laburando mejor que en otro momento. Tengo la suerte de tener una burbuja en la cual puedo ver más o menos lo que yo quiero.
—¿Qué te pasa cuando surgen peleas con tu papá en redes sociales, que trascienden y tienen que ver con la posición política?
—Me gusta que haga y diga lo que quiera, es muy importante eso. Creo que no sucedieron más, porque ya paró un poco eso que había tan explosivo. Me da risa cuando escribe cosas divertidas peleando con alguien. Después me aburre un poco ya la pelea de internet. Reaccioné cuando vi que se usaba todo un aparato para insultarlo o para difamar, todo un aparato puesto al servicio de hacer ese daño. Es una persona que ha vivido muchas cosas, me ha contado muchas cosas. Todas las cosas que ha dicho me las ha dicho siempre, de toda la vida. Sé que está yendo con su verdad y que su interés es decir lo que quiere y hacer lo que quiere, es loable, tendría que haber más personas como él.
—¿Y como papá cómo es?
—Es un muy buen padre. Siempre comparte su conocimiento. Siempre trata de contagiar a todos de lo que hace. Es una persona con mucha energía, el primero que se levanta, el último que se acuesta. Es una persona que te enseña, no para, te dice: "No pierdas el tiempo", ese es su mayor consejo y está buenísimo.
En una relación, si es con consentimiento de ambas partes, se puede todo
—Hubo hace poco un debate vinculado con la prohibición o en algunos casos la cancelación de determinados concursos tipo la cola Reef o concursos de belleza típicos de la temporada. ¿Cómo lo ves?
—Estoy en contra de la prohibición en general. Creo que la prohibición es la manera más rápida de terminar algo que en realidad es poner un parche, hay que cambiar las cosas desde mucho antes, es más profundo el cambio. Entiendo que si la aguja está muy tirada para un lado, hay que tirarla toda para el otro para tratar de encontrar cierto medio. Es entendible que las pibas quieran ser la reina de lo que sea y las otras pibas que no quieran que eso se haga. Entonces es entendible que se haga y está bien que se manifiesten en contra y ver si eso llega a algo.
ENTREVISTA COMPLETA:
—Si hablamos en un año y salió todo genial, ¿cómo te voy a encontrar?
—Platinado, obvio. Y con tetas (risas).
—Si en una noche apasionada tu compañera te pide: "vestite de mujer", ¿te aparecés vestido de mujer?
—No sé si tan frío como que me lo diga, quizás me lo tenga que hacer saber. Todo se puede. En una relación, si es con consentimiento de ambas partes, se puede todo.
—¿Cuál es el límite de Nazareno?
—No me gusta que me lastimen, que me deje sangrando, una cicatriz en el hombro. Es difícil coincidir que dos personas que se gustan químicamente puedan irse al carajo en la relación, como que encuentren ese súper clímax. Pero se puede, creo que no hay que tener muchos tapujos. Y volviendo a lo que me preguntabas, si hablamos en un año y me salió todo bien, me vas a encontrar más tranquilo. Cada vez estás menos enloquecido, cuando estás menos en la búsqueda, ya estás más encontrando y sabés para dónde, ahí bajás un poco la locura. Cuando uno más perdido está, más loco se encuentra, y eso es bastante natural.