Dante Josué Ramos Gutiérrez vivió toda su vida bajo una paradoja.
El joven, nacido en 1994 en Capital Federal, siempre cargó con un rótulo por lo menos pesado: el de ser el hijo de uno de los capos narco más violentos de la historia de la Capital Federal. Para la Justicia y la Policía Federal, su padre es Alionzo "Ruti" Ramos Mariños, ex aliado del célebre "Marcos" Estrada González en la Villa 1-11-14 del Bajo Flores. Juntos, "Marcos" y "Ruti" construyeron las bases de lo que fue quizás el mayor negocio narco en la historia porteña, una red de mulas, sicarios y kioskos narco mantenida a sangre y fuego durante casi 20 años.
"Ruti", tras romper con "Marcos", intentó ganar de vuelta el control de la Villa 1-11-14 en 2005 con la "masacre del Señor de los Milagros", un tiroteo en una procesión religiosa en el asentamiento del Bajo Flores que dejó cinco muertos, incluido un bebé de ocho meses, algo que le valió una condena de 18 años de cárcel, quizá la más dura a un jefe narco en la historia porteña. Mariños fracasó y tuvo que contentarse con desembarcar en el Barrio Ferroviario de la Villa 31 bis junto a su sobrino Richard, alias "Choclito" y su hermano "Meteoro", ex Sendero Luminoso, masacrado en una vendetta posterior.
Dante fue fiel a la tradición peruana al llevar el apellido combinado de su padre y de su madre. Pero lo cierto es que "Ruti" jamás reconoció a Dante como su propio hijo, algo que confirmaron fuentes ligadas al capo a Infobae: el legajo judicial del joven lo apunta, escuetamente, como descendiente "de padre natural".
La falta de aval paterno, al menos en los papeles, no le impidió a Dante alardear según varios testimonios ser el hijo de "Ruti" en los pasillos del Barrio Ferroviario. Informes de inteligencia policial recibidos tanto por el Juzgado Federal N°1 de María Romilda Servini y el N°12 a cargo de Sergio Torres -hoy el principal magistrado encargado de investigar a "Ruti" y su banda- indicaron que Dante hasta habría participado de las actividades del clan, no como hijo de capo, no como niño jefe, sino en un simple nivel medio.
Varios testimonios también lo señalan dentro del Barrio Ferroviario a bordo de su moto enduro. Precisamente, por participar de un brutal asesinato en la Villa a bordo de su moto, Dante será juzgado este año, luego de ser detenido por órdenes del juez de instrucción Hernán López -que hoy investiga la muerte del empresario Roberto Fernández Montes- y el fiscal Eduardo Cubría. La víctima fue un menor que ni siquiera estaba involucrado en la trama del caso, que se llevó una bala mortal sin ninguna razón. El presunto móvil: los celos desmedidos del tirador. Fue un homicidio pasional.
Ocurrió el 1° de enero del año pasado, a la 1:30 del Año Nuevo. L.O, la víctima, se había dirigido al kiosko "La Boca" en el Barrio Güemes de la Villa 31 para ver a sus amigos luego de despedirse de su familia. Poco después, dos hombres llegaron al lugar en una moto Honda XR blanca: el que ocupaba la parte trasera abrió fuego contra el grupo para luego fugarse.
Fueron ocho disparos en total; uno de los tiros alcanzó a L.O, un impacto en su tórax. El joven murió horas después en una mesa de cirugía en el hospital Rivadavia, a donde sus amigos lo llevaron ensangrentado en un remise: los médicos intentaron salvarlo, sin suerte. Para cuando su padre llegó el joven ya había muerto. Tenía 16 años; dejó atrás a seis hermanos.
Para la Justicia, según los testimonios recogidos, Dante Josué fue el piloto de la moto del ataque, lo que lo vuelve un partícipe necesario. El juicio en su contra, que estará a cargo del Tribunal Oral Criminal N°1, aún no tiene fecha designada para este año. Mónica Cuñarro, que investigó largamente el desembarco de "Ruti" en Retiro, es la fiscal designada para el proceso.
Mientras tanto, hay novedades. El juez López pudo identificar al presunto tirado: el hombre es Fernando Fabián Veira, un paraguayo de 26 años, con fama de "picante" en el asentamiento. Veira se fugó de Retiro poco después del crimen; López logró detenerlo ayer luego de casi un año de intervenciones telefónicas y seguimientos de Gendarmería en varias provincias. Mientras tanto, para el hijo de "Ruti", las pruebas abundan en su contra.
Una pica
Los amigos del menor muerto, de acuerdo a documentos de la causa a los que accedió Infobae, declararon que no tenían problemas con nadie en el barrio; L.O, por su parte, no tenía antecedentes penales de ningún tipo. El ataque fue totalmente sorpresivo; el grupo del menor muerto se había cruzado varias veces con Veira en los últimos meses y no había pasado nada. Hasta un año antes del crimen, Veira hasta tenía amistades entre los chicos del Barrio Güemes.
El padre de L.O aseguró que su hijo no había recibido ninguna amenaza previa, tal como se estila entre los homicidios de bandas en Retiro. Alguien en el barrio le mostró una foto de Veira en pleno velatorio de su hijo: "Este es el gil que estaba en la moto", le dijeron. En paralelo, otro menor dio a la Justicia una descripción del conductor de la moto que se ajustaba fuertemente a Dante Josué. Otra voz en la causa lo señaló claramente: "Fue 'el Dante, el hijo de un transa'", dijo el testigo. Luego, ese mismo joven señaló al supuesto hijo de "Ruti" en una rueda de reconocimiento.
Poco después, llegó a oídos del juez López y el fiscal Cubría que Veira tenía un conflicto con un joven del barrio Güemes que había estado, según los amigos del menor muerto, poco antes en el mismo kiosko en donde L.O fue asesinado.
El testimonio trajo la aparente verdad detrás del crimen: Veira había tenido una relación fugaz con la novia de un joven del Barrio Güemes mientras este último estaba preso en el penal de Devoto, algo que ya se sabía entre el Barrio Güemes y el Barrio Ferroviario al cual pertenecía Veira, lo que engendró una creciente pica. Para Año Nuevo del 2016, el joven preso ya había salido de la cárcel, lo que preocupaba a Veira. Era, básicamente, el uno o el otro. En la riña de gallos, alguno de los dos tenía que morir.
Más adelante una voz en el Barrio Ferroviario reconoció a la Justicia haberse reunido con Veira minutos después del crimen en un kiosko del asentamiento; el testigo aseguró haberlo visto nervioso, temblando, le preguntó qué le pasaba, sin recibir respuesta alguna. Poco después, a través de un primo, oyó que Veira había reconocido en el barrio que "me salieron mal las balas, creo que le di a un chico, a alguien le di", que había salido "empastillado" a buscar al hombre que había estado con su mujer, que "tiró por tirar". Incluso, entre sus íntimos, Veira habría señalado a Dante Josué como el dueño del arma asesina y como "hijo del 'Ruti', un transa de la 1-11-14".
Faltaba un testimonio: el del joven ex preso en Devoto. La trama aquí cobra un giro interesante. Al declarar, aseguró que efectivamente tenía un problema con Veira y que el presunto asesino del menor en Año Nuevo había estado con su novia. También, reveló que su novia había tenido un hijo con Veira antes de iniciar la nueva relación. Veira, por su parte, había salido con la madre de un hijo del ex preso. La pica se duplicaba.
En su declaración, el hombre desligó totalmente al menor muerto: "Él no tenía ningún problema con Veira", aseguró, "ni los chicos que estaban con él. El conflicto era conmigo porque yo había estado con la mamá de su hijo y él con la mamá de la mía". También aportó otro dato que completó el cuadro: su hermano menor estaba en el grupo presente en el kiosko del barrio Güemes cuando L.O fue baleado en Año Nuevo. "Seguramente lo buscaban a él", afirmó al juez López.
"Ruti" Mariños, por su parte, está detenido en Perú por orden del juez Sergio Torres, que espera su extradición hace varios meses para juzgarlo en suelo argentino. El capo había vuelto a Lima gracias a un fallo del doctor Axel López, que le concedió la figura de extrañamiento tras cumplir la mitad de su sentencia por la masacre del "Señor de los Milagros". Fue capturado de vuelta en septiembre pasado a pedido de Torres, acusado de comandar su organización narco a distancia en la Villa 31 y de ser el autor intelectual de al menos un homicidio.
Dante, al ser indagado, negó todos los hechos que le imputan, incluso aseguró no conocer a Veira. Hasta dijo ser un simple repartidor de gaseosas con un sueldo de cinco mil pesos por mes."Ruti", por su parte, no le envió ningún abogado particular de alto vuelo: Dante Josué fue representado por un defensor oficial. El joven, ante la Justicia, hizo un solo pedido: que no lo manden al penal de Marcos Paz, que ahí tenía enemigos, que lo iban a matar. El pedido fue concedido. Hoy está en el penal de Ezeiza bajo resguardo de su integridad física: no puede cruzarse con ningún otro preso.
Su pedido, por otra parte, tuvo al menos buen timing; "Marcos" Estrada, el enemigo mortal de su padre, ingresó a Marcos Paz el mes pasado tras ser detenido en su casa de country en Ezeiza.