Con el tiempo llegaron al Bajo Flores nuevos criminales, nuevos transas y usurpadores de ranchos, nuevas mafias y motochorros, pistoleros a sueldo. Sus nacionalidades eran diversas; algunos eran argentinos, otros paraguayos, otros peruanos como él.
Lo cierto es que contra Marco Estrada González -o simplemente "Marcos"- ninguno de ellos se atrevió. Estrada nunca perdió ni un centímetro de su dominio: nadie tuvo el poder de fuego o el coraje para correrlo. Durante más de 15 años, la Villa 1-11-14 fue suya. En el Bajo Flores, Estrada -oriundo de Lima- fue el original. El pionero en el tráfico a gran escala de cocaína y paco. El capo peruano por excelencia, la máxima figura criminal en una de las zonas más violentas de la Ciudad.
Estrada enfrentó tres juicios en la Argentina
Su organización, que incluía a su mujer Silvana Salazar y a su suegra Lily Alarcón, contó con una gran cantidad de dealers, satélites y sicarios, muchos de ellos reincidentes seriales, con nombres como Nelson Nike Huamanchumo y apodos pintorescos como "El Negro Pantano" y "El Peluchín".
Estrada tuvo hasta una red de mulas que venían en vuelos desde Lima con cocaína de alta pureza en sus estómagos, con niveles registrados por cromatógrafo de hasta un 80%. El jefe incluso contaba con remiserías propias dentro de la Villa, que iban al aeropuerto de Ezeiza a buscar a las mulas.
Albert Cruz Villanueva, el padre de Brian González, el menor acusado por la muerte de Brian Aguinaco el mes pasado, fue condenado a seis años de cárcel por participar en el esquema de "mulas" de Estrada, cuando fue sorprendido en el sector de arribos de la terminal esperando a dos mujeres que traían casi dos kilos en sus estómagos.
En los tribunales de Comodoro Py, el juez federal Sergio Torres fue el principal encargado de perseguir al capo peruano durante la última década con la asistencia de secretarios como el fiscal Diego Iglesias -actual cabeza de la Procuraduría de Narcocriminalidad- y con la doctora Verónica Bresciani.
Fue una guerra larga: investigaron a más de cien personas y se secuestraron más de cien kilos de droga, con 80 armas incautadas, incluidas ametralladoras y fusiles FAL, más de 2600 municiones y hasta granadas y chalecos antibalas. Se lograron también 63 condenas desde el juzgado de Torres, incluida la de "Marcos". Sin embargo, el capo peruano, que hasta llegó a fugarse a Paraguay en avioneta en 2007, siempre tuvo un poco de suerte. Fue condenado, pero no con una pena demasiado dura.
Estrada enfrentó tres juicios en la Argentina. El primero en el Tribunal Oral Criminal N°8, encargado de dar sentencia sobre el crimen con el que el capo comenzó su historia de sangre en la 1-11-14: la masacre de la "canchita de los paraguayos" de febrero de 1999, donde Estrada habría matado a cuatro hombres junto a dos cómplices. El capo fue absuelto por pedido del fiscal general del proceso. Los testigos del hecho cambiaron su versión repetidamente. Algunos hasta dijeron haber sido amedrentados por policías para incriminar al capo narco.
El segundo juicio, encabezado por el Tribunal Oral Federal N°3, englobó siete causas por narcotráfico. La mujer y la suegra de "Marcos" estuvieron en la lista de condenados: Estrada recibió apenas seis años. Su tercer juicio, también en el TOF N°3, le aseguró otra condena. Ambos juicios fueron abreviados. Y a pesar de estar acusado de ser el mayor capo narco de la Ciudad, recibió el insólito beneficio de la unificación de sus condenas: el total fue de diez años de cárcel.
"Marcos" salió en febrero de 2014 del penal de Ezeiza, en donde compartió mesa tumbera con colegas locales como "Mameluco" Villalba, el jefe narco de San Martín. Quedó libre cinco meses antes de lo previsto; irónicamente, le otorgaron el beneficio por sus buenas calificaciones como estudiante. Luego de Ezeiza, Estrada comenzó a vivir en su casa del exclusivo country La Celia; el ex ministro bonaerense Pablo Granados era su vecino.
Torres ordenó el procesamiento y la prisión preventiva de Estrada, su mujer y todos los presos de su banda en un escrito de más de 400 páginas al que accedió Infobae
Sin embargo, para el juez Torres y su equipo, "Marcos" jamás había dejado de comandar su organización desde la comodidad de su casa. Jamás dejaron de investigarlo tampoco. El 16 de diciembre pasado, luego de meses de inteligencia y con la actuación de la PROCUNAR, Torres y la doctora Bresciani enviaron a la división Antidrogas Urbanas de la PFA a allanar 38 puntos, incluido el dúplex de "Marcos" en el country La Celia. También allanaron bunkers en la villa 1-11-14 y en zonas bonaerenses como La Matanza, Esteban Echeverría, y en Villa Celina frente a la feria La Salada. Arrestar al capo era una orden expresa.
Torres sospechó que Estrada había expandido sus negocios hasta la provincia de Buenos Aires, con nuevos depósitos de drogas. Hubo cinco iglesias evangélicas allanadas, incluida una frente a la cancha de Tristán Suárez: aunque todas están anotadas en el Registro de Culto, Torres y Bresciani creen que eran usadas como frentes financieros.
Se encontraron 15 kilos de cocaína y 24 armas, varias de ellas con denuncia previa por robo: había tres ametralladoras en la lista. "Marcos" no cayó solo. Su mujer fue apresada junto a él en Ezeiza. Otros 23 miembros de su banda fueron detenidos. Entre ellos había varios proveedores, intermediarios y soldados de su estructura.
Ayer, Torres ordenó el procesamiento y la prisión preventiva de Estrada, su mujer y todos los presos de su banda en un escrito de más de 400 páginas al que accedió Infobae. Estrada y Alarcón fueron señalados, según el documento, como "organizadores de una cadena destinada al tráfico ilícito de sustancias estupefacientes en la que intervinieran más de tres personas y coautores del delito de acopio de armas de fuego, sus piezas y municiones, ambos en concurso real entre sí".
El embargo que el juez federal le decretó a ambos fue particularmente elevado: 4,5 millones de pesos. A los otros imputados, peruanos en su mayoría, les tocó una cifra de 2,5 millones.
Torres busca dar un mensaje con este procesamiento: la idea es que "Marcos" ya no sea beneficiado con sentencias blandas y unificadas tras juicios abreviados. Mientras tanto, las 400 páginas revelan una larga serie de pruebas fuertes.
Amigos de fierro
Para un jefe narco, perder su arsenal es por lo menos doloroso. La PFA encontró varias armas de puño y algunas ametralladoras en los allanamientos bonaerenses del operativo, pero la mayor concentración estuvo en dos ranchos de la 1-11-14.
En una casa en la manzana 23 junto a la pollería "Ricko Pollo" se encontraron 5 pistolas calibre .9mm de marcas como Bersa y Browning, además de gran cantidad de cargadores y municiones. En otra casa de la manzana 16 se encontraron seis pistolas Bersa .9 mm, cuatro pistolas Browning, un revolver Doberman y otro revolver Ruby, ambos calibre .32, además de una pistola Taurus .38 Special con la numeración limada y una pistola marca Tala calibre .22 junto a varios pedazos de marihuana, bolsas de nylon para armar dosis y una balanza.
A pocos metros, también en la manzana 16, se allanó otro bunker con balanzas, pastillas para moler y estirar cocaína y casi tres kilos de polvo.
"Marcos" también tenía un depósito en la localidad de 9 de abril, partido de Esteban Echeverría. Allí se encontraron seis armas, incluida una escopeta y varias cajas de municiones. La caja fuerte del grupo estaba en otro domicilio de la misma zona sobre la calle Ingeniero Huergo, en la casa de Mamfer Noriega Narro, un peruano de 25 años que también fue detenido y procesado. Allí se secuestraron 800 mil pesos y 9 mil dólares, el mayor lote de dinero del operativo. Estrada no guardaba mucho en la casa de country donde cayó preso: tenía algunas joyas y poco menos de 50 mil pesos, además de su camioneta Ford Ecosport. La PFA no le encontró drogas o armas.
Hubo un arrepentido a lo largo de la causa, que se acogió a la figura que le permite la ley de drogas y señaló al capo de forma anónima. Su testimonio fue algo incendiario. El arrepentido aseguró: "'Marcos' ahora está preso en el penal de Marcos Paz, pero sigue manejando todo desde la cárcel, hay personas que lo van a ver, también tiene celulares para hablar con gente de la banda que está afuera… Al que vende en la villa y no tiene autorización de 'Marcos', lo matan".
Señaló en ese entonces a una tal "Gladys", la encargada de ser el enlace en la villa con la mujer de "Marcos" y la encargada de darle parte de la recaudación.
El dato de "Gladys" cobró valor seis años después: Torres obtuvo su teléfono y ordenó intervenirlo el año pasado. El procesamiento revela conversaciones entre Gladys y varios subalternos de la banda; su rol seguía siendo, precisamente, el de enlace con Silvana Salazar, la mujer de Estrada. El 22 de agosto, por ejemplo, "Gladys" hizo un llamado desde el teléfono de Salazar. Hoy, Gladys Santos Carhuachín, limeña, de 46 años de edad, está presa y procesada por Torres junto a su hermana Virginia.
Volver al pago
¿Estrada regresaba a la Villa 1-11-14? Por lo visto, sí. En su procesamiento, el juez Torres sostiene que el capo visitó el Bajo Flores al menos una vez. Hay una escucha a "Marcos" que apunta en esta dirección. Es una conversación del 17 de julio de 2016 con un tal "Enano". La celda activada por el aparato de Estrada pertenece a la avenida Riestra, una de las principales arterias que llevan al asentamiento. Esta es la parte central de ese diálogo:
Marco: Vos no mandaste una nota para mí, para que te veas conmigo, me entiendes, porque yo no te quiero ver a ti, enano atorrante.
Enano: Pues entonces, ya fue huevón, ¿para qué quieres que vaya para allá?
Marco: Puta madre, Enano, eres poco inteligente
Enano: No soy inteligente pero tú no me dices…
Marco: Enano, Enano, yo soy Cuervo.
El tono de la charla es de obvio guiño y disimulo ante el riesgo de una línea pinchada. "Cuervo" es precisamente un lugar, el viejo nombre de un restaurante junto a una carnicería en la manzana 15 de la Villa, que Estrada conoce.
Hoy, el capo está preso en el penal de Marcos Paz. Aunque no se le aplicó la ley de extrañamiento tras su condena anterior -un instrumento legal que le permite a la Justicia de ejecución penal expulsar a un extranjero del país cuando cumple la mitad de su condena- su tiempo en la Argentina puede acabarse. La PROCUNAR, a cargo del fiscal Iglesias, busca echarlo de vuelta a Perú en una estrategia conjunta con Migraciones y un expediente iniciado en el fuero contencioso administrativo, con un fallo favorable a los planteos de la Justicia que ya fue apelado por la defensa del capo.