Todo ocurrió ayer a la tarde a la altura de la intersección de las calles Zeballos y San Martín de la ciudad de Rosario. Ahí los vecinos vieron que un perro había quedado atrapado en la cornisa de un segundo piso, a mitad de camino entre dos balcones, y que un mínimo error podía hacerlo caer.
El animal estaba inmóvil, no ladraba, no intentaba avanzar, ni retroceder, el peligro era inminente y por eso un grupo de vecinos y curiosos que empezaban a juntarse abajo decidieron actuar.
"Un perro juega a ser equilibrista mientras vecinos y transeúntes preocupados trabajan en conjunto para amortiguar su posible caída", contaba en vivo y en directo Francisco Morello en su muro de Facebook, mientras registraba fotos del momento.
Alguien llamó a los bomberos y cada vez más personas se sumaban al improvisado operativo de rescate. Ante el riesgo de una posible caída, fue que algunos fueron a buscar una frazada y se colocaron debajo de la cornisa, listos para reaccionar si el animal no aguantaba.
Al rato Morello publicó: "La situación se relajó un poco con la llegada de los Bomberos Zapadores de Rosario, que realizaron un rápido y efectivo operativo para salvar a nuestro peludo y pata corta amigo".
La historia tuvo un final feliz gracias al trabajo de los bomberos, pero las medallas se las lleva este grupo de vecinos que interrumpieron sus días, pospusieron compromisos, llegaron tarde, para ayudar al can.
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