En el barrio del papa Francisco existe la mayor tasa de homicidios de Buenos Aires, con un registro cuatro veces superior a la media: sólo en 2015, hubo 24 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Dos de ellos se mediatizaron y despertaron la furia de quienes tienen que convivir con esta realidad a diario.
El comisario Alejandro Attili, quien fue removido este mediodía de la comisaria 38 del barrio porteño de Flores, era el máximo responsable de brindar seguridad en las calles. Ya había sido desplazado en el 2014 de la seccional 42. Esa remoción fue uno de los casos más resonantes por aquél entonces. Al igual que en Flores, se acumulaban las quejas de los vecinos de Mataderos ante la inacción de los llamados que recibía el 911. Los residentes de la zona denunciaron que la comisarÍa no enviaba efectivos frente a las denuncias que se hacían por la cantidad de casos de inseguridad que estaban viviendo. Fue en ese contexto que se resolvió el traslado de Attili a la 38. Dos años después, volvía a ser el eje de la polémica.
Frente a la ola de robos a mano armada, motochorros y asesinatos que los vecinos de Flores sufrieron el último año, a principios de noviembre se acercaron a la comisaría para pedir explicaciones. Attili recibió en su despacho a algunos de los representantes del barrio. Pero no fue la primera reunión. "En julio, hubo una reunión comunal en la que estuvo presente el Jefe de la Comuna 7, Guillermo Peña, acompañado del Ministro de Seguridad Porteño, Martín Ocampo. Nos fuimos sin respuestas", explicó una vecina que estuvo presente y aclaró que, frente a la necesidad de saber qué sucedía decidieron acercarse a la comisaría. "Nos reunimos con él (el jefe policial) y su respuesta fue que la cantidad de policías que tiene a su cargo no alcanzan para brindar seguridad. Aquellos que prestan servicio están en algunos puntos calientes de la zona y otros salen a rondar con el auto", detalló.
Flores padece uno de los problemas más graves de la Ciudad de Buenos Aires: el flagelo de la droga. Muchos de los vínculos con el narcotráfico se generan en la villa 1-11-14, lugar donde ocurrieron 28 homicidios durante el 2015, un 27,5% más que el año anterior, según se informó desde el instituto de Investigaciones del Poder Judicial. La villa queda a solo 7 cuadras de la casa de Brian, el menor asesinado por motochorros el pasado fin de semana.
"Como en todos los trabajos, porque este es un trabajo, el malestar se siente", cuenta un policía de la seccional que hace hincapié en la importancia de "rescatar al personal policial que hace las cosas bien que, por cierto, son bastantes". Sin dar nombres, aseguró que "en la policía tenés tres grupos: aquellos que aman su trabajo y no hay que pedírselos porque aman lo que hacen; los otros que son el famoso 'ni' y, por último, los corruptos, que son pocos, pero tienen mucha fuerza".
Pero Attili no es el único personaje en juego. El comisario inspector Manuel Monzón, el funcionario de la comisaría que estuvo presente mientras los vecinos se manifestaban en la puerta en pedido de justicia por Brian, se hizo cargo de la Circunscripción VI luego de que Osvaldo Tapia fuera destituido por una causa de enriquecimiento ilícito. Monzón era el principal nombre que resonó desde las 19 de ayer hasta que desalojaron la dependencia policial.
"Hace ocho meses me acerqué a la comisaría a denunciar un prostíbulo ubicado sobre la Av. Eva Perón. Una amiga me llevó por una 'entrevista de trabajo' y tuve la suerte de no caer en la red. Me acerqué a la 38 para hacer la denuncia y se me rieron en la cara, no me la tomaron", reclamaba una mujer durante la manifestación de anoche que, por miedo, no da su nombre. A la denuncia se sumó el pedido unánime de renuncia de todos los responsables de la seguridad del barrio y, sobre todo, se escucharon voces gritando que Flores es "una zona liberada".
"Yo hablaría de desidia, de falta de profesionalismo", aseguró el mismo policía y que, respecto a las denuncias de corrupción, indicó que "no puede dar información objetiva sobre el tema pero que los rumores existen, como en todas las comisarías. Algo que, lamentablemente, no va a cambiar".
Por otro lado, el apellido Peña también fue de los más nombrados y, el malestar del barrio con el comunero de la 7° fue más grande que el que había con el personal policial porque Peña, electo por segunda vez, tampoco ha dado respuesta respecto a ninguno de los últimos casos que han sido mediatizados. "Mientras que buscábamos a los asesinos de Pascual Mollo, Peña y Claudia Mamone (comunera del barrio), se fueron a ver al Sapo Pepe y Adriana al Parque Chacabuco", denunció uno de los vecinos en el grupo cerrado de Facebook que mantienen entre ellos para hacer visibles los diferentes hechos de inseguridad que suceden en los alrededores. Una forma de mantenerse resguardados entre ellos.
Ante las reiteradas denuncias de los vecinos en la sede la comunal, Mamone envió un mail con la promesa de crear "un Comité de Crisis conformado por todos los bloques con el objeto de agilizar el flujo de información entre las distintas áreas de gobierno y los vecinos, en temas de seguridad y situaciones extraordinarias, con el fin de actuar de nexo y contención de los ciudadanos".
Hoy, los vecinos marcharán una vez más, pero será en la intersección de la Av. Rivadavia y la calle Culpina, donde funciona la Sede Comunal 7 que abarca Flores y Parque Chacabuco. Allí estarán a las 19.
Sin embargo, uno de los abuelos de Brian Aguinaco, al salir de la reunión en el ministerio de Seguridad porteño, pidió que no hagan la movilización.
Especial para Infobae, Sofía Quilici
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