Cristian Aldana, de El Otro Yo, ya está en la cárcel de Marcos Paz: temen que otros presos lo ataquen

El músico acusado de abusar sexualmente de seis fans menores de edad fue trasladado a una celda personal tras pasar Navidad preso. El juez del caso, que le denegó la libertad, le ordenará pericias psiquiátricas

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Cristian Aldana, cantante de El Otro Yo
Cristian Aldana, cantante de El Otro Yo

Cristian Aldana, líder del grupo El Otro Yo, ya tiene destino penitenciario tras haber sido detenido el jueves pasado en su casa por abusar de al menos seis fans menores de edad, con una causa a cargo de la fiscal Betina Vota y el Juzgado N°17 a cargo del doctor Roberto Ponce. Fuentes alrededor del caso confirmaron a Infobae que el músico fue trasladado a la cárcel de Marcos Paz.

Aldana fue enviado a una celda solitaria, no a una celda conjunta o un pabellón colectivo. El fin de la medida: resguardar su integridad física, de cara al riesgo de ataque de otros presos. La gravedad de su acusación y su notoriedad pública vuelven a Aldana un blanco evidente. El músico pudo conservar, por ejemplo, los cordones de sus zapatillas, ya que se determinó que no existe riesgo de suicidio.

Desde su página de Facebook, El Otro Yo todavía anuncia las dos últimas presentaciones de su agenda para 2016, con shows en Banfield y Avellaneda el 29 y 30 de este mes. Sin embargo, no es para nada probable que Aldana recupere la libertad en un corto plazo: el viernes pasado, el juez denegó el pedido de excarcelación presentado por el abogado de Aldana, Horacio Rivero, sin ninguna chance de caución. Ponce no solo puso en la balanza un posible riesgo de fuga, sino también las "graves características de los hechos atribuidos".

Ponce apuntó en su negativa a la excarcelación difundida por el CIJ que Aldana actuó "sabiendo de su condición de ídolo musical de las víctimas menores de edad y, en aprovechamiento de la adoración que éstas le dispensaban, como así también de su inmadurez sexual, las forzó a mantener relaciones sexuales con él en forma violenta e intempestiva, accediéndolas carnalmente por vía vaginal y anal, y a practicarle sexo oral. Además, por su influencia sobre las niñas, logró manipularlas para que participaran de orgías sexuales que organizaba con otras menores de edad, como así también las incitó a incorporar a otras niñas a dichas prácticas".

El siguiente párrafo es lapidario: "Se denota la ausencia total de consideración a la minoridad de las víctimas, también un claro desprecio al género femenino e incluso una falta total de respeto a la noción más elemental de la dignidad humana". Los testimonios incorporados a la causa hablan de situaciones aberrantes: jóvenes forzadas a lamer el piso a pedido de Aldana, objetos introducidos rectalmente, golpizas, ausencia total del uso de preservativo y contagio de enfermedades de transmisión sexual.

Las cortas edades de las presuntas víctimas al momento de haber ocurrido los hechos, con al menos seis denuncias penales canalizadas por la UFEM, la unidad de la Procuración dedicada a violencia de género, agravan aún más el panorama. "C"., hoy de 26 años, la primera en denunciarlo en abril de este año, reconoció que conoció a Aldana tras un concierto en 2003 con apenas trece años de edad: el músico le llevaba 19 años de diferencia. "C." incluso admitió que convivió con Aldana en un departamento durante todo 2007, cuando tenía 17 años.

Las pericias psiquiátricas realizadas a las denunciantes en el Cuerpo Médico Forense fueron la clave para que la fiscal Vota pidiera la detención del músico: las jóvenes no solo exhibieron signos de trauma complejo sino que sus relatos no contenían elementos de mentira de acuerdo con los especialistas.

Por su parte, según adelantaron fuentes de la causa, el juez Ponce pedirá pericias psiquiátricas y psicológicas para Aldana, a las cuales el músico, tal como hizo el portero Jorge Mangeri, se podrá negar.

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